Alcohol Inmunosupresores
daniel.qaz4 de Septiembre de 2014
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Alcohol inmunosupresores
La neumonia bacteriana es la causa mas comun de infeccion del tracto de las vias respiratorias inferiores en poblaciones inmunocomprometidas, incluyendo abuso del alcohol del paciente. Los alcoholicos son infectados frecuentemente con patogenos respiratorios altamente virulentos y en conseciecia experimentan incremento en la morbilidad y mortalidad por neumonia bacteriana. El incremento resutante en el uso de los recursos del cuidado de la salud en estos pacientes representa un significante problema de salud publica.
Los mecanismos de defensa del huesped operan de la nasofaringe hasta los alveolos, muchos de los cuales se ven afectados negativamente por la ingesta escesiva de alcohol.
Aunque el aumento del riesgo de aspiración orofaríngea ha sido reconocida por siglos, sólo recientemente se han detallado estudios de los sistemas mecánicos, innata e inmune adapativa identificando mecanismos específicos a lo largo del tracto aerodigestivo mediante el cual la exposición de etanol hace que el individuo sea más susceptible a la infección. Además de inhibir directamente la capacidad de las células inmunes del pulmón residente para matar las bacterias, el uso excesivo de etanol suprime la normal respuesta protectora inflamatoria aguda a la infección, lo que resulta en el defectuoso reclutamiento de células inmune innatas adicionales. Además, el etanol altera la interfaz intrincado que existe entre la inmunidad innata y adaptativa pulmonar, dificultando aún más la capacidad del huésped alcohólico eficiente para eliminar invasores patógenos. Tanto las terapias inmunomoduladoras, diseñadas para aumentar la respuesta inmune de estos pacientes, será una eficaz terapia complementaria en aquellos pacientes que queden por determinar.
En este artículo se revisan algunos de los mecanismos clave de la defensa del anfitrión pulmonar
que se ven negativamente afectadas en el entorno del abuso del alcohol.
Palabras clave: alcohol, neumonía, la inmunosupresión, defensa huésped; neutrófilos
El alcohol es la sustancia que más se consume en los Estados Unidos y en los países más desarrollados. Se estima que 20 millones de estadounidenses cumplen los criterios diagnósticos de alcoholismo, y del 20 al 40% de los pacientes ingresados en hospitales en grandes
zonas urbanas se presentan con enfermedades resultantes de, o exacerbadas
por, el abuso de alcohol. Los efectos adversos de esta droga son muy amplios , incluyendo toxicidad directa del órgano y la predisposición a enfermedades, tales como neoplasia, la autoinmunidad, y la infección. La neumonía bacteriana es quizá la enfermedad infecciosa más reconocida asociado con el abuso de etanol. Ya en 1785,
el primer cirujano general, Benjamín Rush, observó un aumento de la susceptibilidad a la tuberculosis y la neumonía en los alcohólicos. Más estudios recientes han demostrado que los hombres y las mujeres que abusan del alcohol sufren tres y siete veces mayor grado de mortalidad, respectivamente, por neumonía bacteriana en comparación con los pacientes controlados con neumonía. Del mismo modo, un cohorte análisis identificó más gastos de hospital, más duración de la estancia, y el aumento del uso de ICU por los pacientes que abusan del alcohol ingresados por neumonía en comparación con los sujetos controlados. Un análisis de pacientes
con neumonía extrahospitalaria y shock séptico encontró que sólo una historia de abuso de alcohol fue asociada con la infección causada por los patógenos gram-negativos virulenta de las especies Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacteria. Para empeorar las cosas, la mayoría de los pacientes que beben en exceso también consumen productos de tabaco, y los efectos nocivos de estas sustancias en los mecanismos de defensa pulmonares son aditivos. Estos hallazgos destacan la importante carga de salud pública y el impacto financiero impuesto por una infección resultante del consumo excesivo de etanol. En consecuencia, los esfuerzos sustanciales tanto en banco y
cabecera han aumentado la comprensión de los mecanismos precisos a través del cual la intoxicación por alcohol deteriora la respuesta de defensa pulmonar a la infección. En este artículo se revisa el estado actual del conocimiento de los efectos del alcohol en la respuesta de ladefensa pulmonar a la neumonía bacteriana.
Defensas de las vías respiratorias superiores
Con las notables excepciones de los aerosoles patógenos, tales como la tuberculosis Legionella y Mycobacterium, la mayoría de los casos de neumonía resultan de la aspiración de secreciones orofaríngeas que contiene el patógeno. La inmunidad de la mucosa oral es un lugar fundamental próximo a la defensa microbiana en el tracto digestivo. La saliva es un componente importante de las defensas de la mucosa y contiene agentes bacteriostáticos y citotóxicos, tales como peroxidasas, histatinas, defensinas, lisozima y lactoferrina. La secreción de inmunoglobulinas, especialmente IgA, es también un importante componente salival. El abuso crónico de etanol induce sialosis, un agrandamiento difuso de las glándulas salivales mayores que se cree como resultado de las alteraciones inducidas por el etanol en el sistema nervioso autónomo de entrada a estos tejidos, y esta condición se caracteriza por disminución de la producción salival.
Además, la saliva de los consumidores de alcohol crónicos es defectuosoa en su capacidad reguladora de ácido, lo que conduce a la acelerada enfermedad gingival y a la formación de la cavidad. Tal enfermedad periodontal es acelerada por el uso concomitante frecuente de productos de tabaco por el paciente que abusa del alcohol, y este proceso proporciona un microambiente favorable para el crecimiento de bacterias anaerobias y gram-negativas, en particular Klebsiella pneumoniae. La combinación de la disminución en la secreción de ácido gástrico (como resultado de la asocicióm del alcohol con la gastritis crónica atrófica) y el efecto relajante del alcohol en la esfínter esofágica inferior puede contribuir a la inoculación de la
la boca con las floras patógenas.
Las barreras anatómicas de las cuerdas vocales y la epiglotis hacen que la aspiración en la tráquea se dificulte fisicamente. Las fuertes vías de inervación sensorial de la glots y las vías respiratorias superiores son sensibles a los aspirantes no deseados e inician el reflejo de la tos, uno de los medios más eficaces de limpieza de las vías. Debido a que este mecanismo requiere entrada del intacta del sistema nervioso central, el presencia de la actividad mental alterada, como se ve en la sedación farmacológica, trauma de cabeza, o intoxicación por alcohol, son reconocidos factores de riesgo de aspiración y el posterior desarrollo de neumonía bacteriana.
Al entrar en el árbol traqueobronquial, el material aspirado es sujeto a deportación de los pulmones por la escalera mecánica mucociliar.
La importancia de una función ciliar intacta en la prevención de la neumonía es evidenciada por las infecciones crónicas sinopulmonares que sufren los pacientes con discinesia ciliar en condiciones intrínsecas, tales como el síndrome de Kartagener. La exposición crónica al alcohol ha
Demostrado para disminuir la frecuencia de batido ciliar, así como el primario etanol metabolito acetaldehído. Debido a que el acetaldehído también se encuentra en el humo del tabaco, la función ciliar puede ser particularmente sensible a la exposición combinada de estas sustancias.
La inmunidad innata
Los patógenos que evaden las defensas de la vía respiratoria proximal ganan entrada a las vías respiratorias terminales y los alvéolos. A medida que el residente predominante fagocítico en los espacios , el macrófago alveolar es responsable de detectar y matar a las bacterias, manteniendo así la esterilidad del tracto respiratorio inferior. El consumo crónico de alcohol deteriora la fagocitosis de macrófagos alveolares y la producción de superóxido en respuesta a la exposición bacteriana. Los macrófagos alveolares reconocen agentes infecciosos por su interacción con los receptores de reconocimiento de patrones expresados en la superficie celular, incluyendo una familia de receptores conocidos como receptores de tipo Toll. La capacidad de intoxicación aguda de etanol para inhibir la inducción de citoquina inflamatoria en respuesta a una serie de receptores ligados al tipo Toll han sido reporados. El efecto del etanol sobre Toll-como receptor
4 de señalización, el receptor responsable del reconocimiento de lipopolisacárido (LPS), ha sido ampliamente estudiado por el laboratorio de los autores y por otros. El LPS vinculante, Toll-como receptor 4 inicia una cascada de eventos de señalización intracelulares, lo que conduce a la activación del factor de transcripción crítico inflamatorio NF-KB. El efecto de la intoxicación por etanol en eventos posteriores de señalización celular inducidos por LPS se ha estudiado más en monocitos humanos, los precursores de los macrófagos alveolares. La exposición aguda de etanol ha sido demostrada para inhibir la translocación inducida por LPS nuclear de la transactivación de NF-KB heterodímero p50-p65. Curiosamente, la exposición de etanol por sí sola aumenta la presencia nuclear de la nonactivating p50-p50 NF-KB homodímero, y la intoxicación en presencia de estimulación con LPS no disminuye la presencia nuclear de este homodímero inhibitorio a pesar de la inhibición de la actividad de p50-p65.
El etanol inhibe preferentemente el proinflamatorio NF-KB de señalización, lo que compromete la respuesta temprana a la infección.
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