Alimentos Probióticos
Enviado por viomv • 23 de Febrero de 2014 • 2.115 Palabras (9 Páginas) • 275 Visitas
Los Alimentos Probióticos
Poco conocido, el papel de la abundante y multiforme colonización bacteriana del sistema digestivo aparece cada vez más como factor determinante para la salud. Los alimentos denominados probióticos, capaces sobre todo de influenciar positivamente el sistema inmunitario, se basan en este fenómeno. Son varios millardos, pertenecen a más de 500 especies diferentes. Tienen con nosotros relaciones más que íntimas (y aún así no las vemos nunca). Las bacterias de nuestro tubo digestivo forman una amplia comunidad de pasajeros clandestinos. Ejercen sobre nuestra salud una influencia confirmada regularmente por nuevos trabajos científicos.
Y no solamente modulan la eficacia de la actividad intestinal (la captación de los nutrientes o la eliminación de los desechos), sino que parece ser que influencian la actividad de nuestro sistema inmunitario. Además, la fauna bacteriana de nuestro intestino puede provocar anomalías graves cuando desarrolla patógenos, a veces virulentos o incluso mortales. Y al contrario, una población bacteriana en la que estos agresores no consiguen implantarse es prueba de buena salud.
Foto 1. Imagen de microscopio de una mezcla de dos cultivos puros de Lactobacillus intestinalis (elementos verdes alargados) y de Bifidobacterium longum (“granos” rosáceos). En ciertas circunstancias, el refuerzo de la presencia de estos microorganismos en la flora intestinal puede tener efectos probióticos con consecuencias benéficas para el refuerzo inmunitario contra numerosas patologías de origen bacteriano.
© Imagen: Ralph Thiel, DISE (Alemania)
Caja Negra
A pesar de su importancia estratégica, esta fauna intestinal sigue siendo mal conocida, hasta el punto que se ha creado para su exploración una importante agrupación de proyectos (europeos, Proeuhealth. Tiina Mattila-Sandholm, del Instituto finlandés VTT Biotechnology, coordinadora de los 64 equipos (16 países) reagrupados en esta estructura, habla de “caja negra” para referirse al tubo digestivo. “Y aún hoy en día, en 2003, nadie puede decir exactamente en qué consiste el ecosistema microbiano de nuestro intestino”, subraya.
¿Cuáles son exactamente las especies que encontramos en el mismo?, ¿cómo ejercen su influencia sobre la salud?, ¿cuáles son las “buenas bacterias”, denominadas también probióticas, y cómo actúan?, ¿cómo podemos concebir alimentos que exploten al máximo sus propiedades beneficiosas?. Son algunas de las cuestiones que los investigadores del proyecto Proeunhealth, lanzado hace dos años, van a esforzarse en responder de aquí al año 2005.
La Extrapolación Alimentaria
Foto 2. Aumento de 60.000 de un corte de lactobacilo (Lactobacillus)
Institut Pasteur (Francia)
Los probióticos interesan tanto a las autoridades públicas como a los industriales de la alimentación y a los consumidores. Se sabe que la ingestión de ciertas cepas microbianas (particularmente las que pertenecen a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium) pueden ser especialmente benéfica para la salud.
No obstante, estas ventajas sólo han sido demostradas en condiciones muy precisas. Varios ensayos, por ejemplo, han demostrado que ciertas cepas de Lactobacillus protegían a los bebés contra las diarreas virales. Evidentemente, tales resultados no son generalizables a todos los probióticos (dos cepas distintas de la misma especie pueden tener efectos contradictorios) y aún menos a toda la población.
Ahora bien, se han observado numerosas extrapolaciones poco ortodoxas. Ciertos industriales se han esforzado por construir una imagen de “alimento sano” (que “estimula el sistema inmunitario” y “equilibra la flora intestinal”) con ayuda de fórmulas que muy a menudo superan la realidad científica. Tiina Mattila-Sandholm prosigue: “Espero que nuestros resultados permitan no sólo mejorar la salud de la población, sino también poner orden en esta jungla del marketing. Pero para eso, hay que comprender la función exacta de las bacterias presentes en el tubo digestivo. Los primeros resultados concernientes a la actividad de los microbios han sido obtenidos por el grupo del profesor Willem de Vos, de la Universidad de Wageninen en los Países Bajos, que igualmente es el coordinador científico de las plataformas de proyectos”.
La Fase de Exploración
Foto 3. Aumento de 20.000 de una división de Escherichia coli, una bacteria que vive normalmente en los intestinos del hombre y de los animales de sangre caliente. Una cierta variedad de E. coli que produce toxinas puede provocar graves enfermedades enterohemorrágicas transmitidas por los alimentos.
© Institut Pasteur (Francia)
Para avanzar de forma rigurosa en este tema multiforme, por lógica hay que comenzar por comprender quiénes son los huéspedes del tubo digestivo y encontrar las formas de diferenciarlos. Es el objetivo del proyecto Microbe Diagnostics, dirigido por un joven investigador apasionado, Michael Blaut, del Instituto alemán de nutrición (DIFE – Postdam). Con sus colegas, se esfuerza por explotar los resultados más recientes de la biología molecular para comprender con la máxima precisión posible la composición del ecosistema intestinal.
Se han utilizado diversas técnicas (citometría de flujos, fluorescencia in situ, mediciones de ARN) para detectar las secuencias significativas (en otras palabras “las señales”) de los organismos presentes.
“Al principio sabíamos muy poco”, explica Michael Blaut. “Ya que, durante mucho tiempo, la ciencia sólo se interesó por los organismos que se podían cultivar, o sea, una proporción muy reducida de los que conciernen a nuestra investigación. Después, se tendió a estudiar más los patógenos que la flora intestinal “normal”, valga la expresión, ya que la flora intestinal varía muchísimo de una persona a otra, e incluso en el caso de la misma persona, cambia según la edad. Y finalmente, las herramientas moleculares existen desde hace muy poco tiempo. Pero no obstante, hemos realizado grandes progresos en el transcurso de los últimos años y poseemos actualmente un inventario con el que realmente podemos trabajar”.
El equipo de Microbe Diagnostics ha realizado ya 16 sondas (pruebas) a oligonucleótidos que permiten detectar muy rápidamente ciertos microorganismos. A medida que se desarrollan los conocimientos, la concepción de nuevas sondas es cada vez más rápida, lo que permitirá fabricar una serie de instrumentos cada vez más diversificados. Estos instrumentos pueden ser después puestos a disposición de otros investigadores, por ejemplo, para encontrar el vínculo entre una patología y una cepa determinada,
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