Arbitraje

NORMATIVIDAD DEL ARBITRAJE

El acuerdo arbitral como un acto jurídico complejo sui generis que tiene ciertos principios especiales que son aplicables; así Gonzales de Cossio nos dice que estos principios son:

Conocido también como separabilidad o independencia, que tiene doble razón de ser. La primera es la jurídica, que tiene que ver con que si el contrato que incluye una cláusula arbitral estuviera viciado se vería afectado del mismo vicio el acto principal. La segunda es la fáctica que tiene que ver con la inconveniente situación que resultaría de la existencia de un vicio en el contrato principal.

Por tanto la regla principal es que las vicisitudes que puedan sufrir el contrato principal no necesariamente impactan al acuerdo arbitral, por lo que este acuerdo está disociado del contrato principal.

Este principio implica que el acuerdo arbitral tiene un status autónomo frente al contrato principal en el cual está incluido, por lo que la invalidez del contrato principal no invalida el acuerdo arbitral.

Los efectos de este principio son:

a) Que el acuerdo arbitral no se ve afectado por la suerte del contrato principal, es decir que la invalidez de una cláusula arbitral debe apreciarse en forma separada que la del contrato que la contiene, por lo que las partes que celebran un contrato que contiene un acuerdo arbitral, jurídicamente están celebrando dos acuerdos de voluntades cuya suerte no necesariamente está ligada.

b) Que el acuerdo arbitral puede ser regido por un derecho distinto al acuerdo principal. Así la ley civil contempla el principio irrestricto de someter un contrato a cualquier derecho. Este fenómeno es conocido en el derecho internacional privado como “decoupage”, y consiste en el desmembramiento de los diversos derechos que derivan de una relación jurídica determinada sometida a diferentes cuerpos normativos.

c) Que el acuerdo arbitral si bien es independiente, la competencia del tribunal debe ser decidida por el tribunal arbitral mismo.

Principio a favor de validez

La Convención de Nueva York establece el diseño del principio pro-arbitraje, que puede observarse como una agudización del principio de validez, o conservación de los actos jurídicos al establecer, por un lado, el deber de reconocer y ejecutar los mismos mediante la remisión al arbitraje, y, por el otro, lo escueto de las causales de remisión. Por ello al interpretar un acuerdo arbitral no debe tomarse a la ligera la posibilidad de que sea inválido, más bien debe interpretarse como excepciones a la regla de validez del acuerdo arbitral, por consiguiente, además de interpretarlas en forma restrictiva, debe exigirse un umbral de prueba alto, de lo contrario se violaría el principio de validez de los actos.

Principio de interpretación estricta

Es frecuente decir que los acuerdos

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