Arte Y Cerebro
Enviado por miguel_gallito • 12 de Abril de 2013 • 2.782 Palabras (12 Páginas) • 466 Visitas
La parte del cerebro que percibe la belleza en el arte
La belleza puede ser un concepto muy abstracto, dado que una música, un cuadro o una obra literaria, pueden poseerla o no dependiendo de la valoración de cada persona. Sin embargo, la belleza es algo bien tangible en el cerebro humano, y ahora se ha logrado confirmar que cierta región cerebral está encargada de detectarla en la pintura y en la música.
Esa región, ubicada en la parte frontal del cerebro, se "enciende" cuando percibimos belleza en una obra de arte o en un pasaje musical, según una nueva investigación. Esto sugiere que una característica importante que tienen en común todas las obras de arte, cualquiera que sea su naturaleza, es su capacidad de generar actividad en la misma región del cerebro.
La cuestión de si hay características que hacen que un objeto sea bello ha sido debatida durante miles de años por artistas y filósofos del arte, pero sin llegar a una conclusión satisfactoria. También ha sido así con la cuestión de si tenemos un sentido abstracto de la belleza, es decir, una clase de percepción subjetiva que despierta en personas distintas la misma potente experiencia emocional independientemente de si su origen es, por ejemplo, musical o visual.
Tal como razona Semir Zeki (University College de Londres), era necesario que la neurobiología se ocupase de responder estas preguntas fundamentales.
Veintiún voluntarios con diferentes orígenes culturales y étnicos calificaron una serie de pinturas o pasajes musicales en tres categorías: obras bellas, obras feas, y obras que les dejaban indiferentes (ni bellas ni feas). Luego, vieron estas pinturas o escucharon esos pasajes musicales nuevamente mientras se les hacía una resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI), la cual mide la actividad en el cerebro.
Detalle del cuadro “El Embarco de la Reina de Saba” (1648), del pintor barroco Claude Lorrain.
Zeki y Tomohiro Ishizu encontraron que un área en la parte frontal del cerebro, que se conoce como la corteza orbitofrontal medial, se activaba más en los sujetos cuando escuchaban una pieza musical o veían una imagen que previamente habían calificado como hermosas. Por el contrario, ninguna región particular del cerebro se solía correlacionar con obras de arte previamente calificadas como "feas".
La corteza orbitofrontal medial ya había sido vinculada a la apreciación de la belleza en investigaciones anteriores, pero ésta es la primera vez que los científicos han podido mostrar que en los mismos sujetos se activa la misma área del cerebro con la belleza visual y con la auditiva.
Cerebro y conducta
3 de junio de 2010 | escrito por Amelia Catalan Borja | clasificado en General,OER
La última década del pasado siglo XX, fue llamada “década del cerebro”, y tras el estreno del siglo XXI, se afianzan cada vez más, los nuevos avances. Así, durante los últimos veinte años hemos tenido el privilegio de relatar el apasionante desarrollo de la función cerebral y la asimetría hemisférica. La tarea, estimulante desde el inicio, lo ha sido cada vez más a medida que nuevos desarrollos, técnicas y enfoques permitían a los investigadores formularse preguntas cada vez más complejas y darles respuesta.
En la Neurociencia cognitiva, la primera piedra de el enfoque interdisciplinar de la función cerebral fue colocada muchos años antes, cuando ciertos investigadores que traspasaron los límites definidos por la Neurología comenzaron a estudiar y crear modelos de procesos cognitivos superiores, como el lenguaje, la memoria y la percepción. En la actualidad, neuropsicólogos, psicólogos cognitivos, especialistas en neuroimagen, lingüistas y científicos informáticos, -entre otros- trabajan juntos para contribuir a la comprensión de los mecanismos cerebrales que subyacen a la función mental humana.
Actualmente las perspectivas de la Neurociencia cognitiva, apoyan un mayor énfasis en la integración de otras disciplinas, en especial, la combinación de investigaciones de neuroimagen y estudios clínicos de lesiones cerebrales. Y por todo ello sabemos que esta ciencia refleja que el estudio de la asimetría hemisférica contribuye de modo muy significativo a nuestra comprensión general de la función cerebral. Tanto es así, que la popularización de las investigaciones sobre la lateralidad cerebral casi se ha convertido en un fenómeno cultural (y quizá contracultural). Los nuevos hallazgos de la ciencia del cerebro se extienden rápidamente. Según algunos, existe suficiente evidencia para demostrar que la mente dispone de recursos sin explotar y que existe una explicación, por ejemplo, de las diferencias culturales, diferencias individuales en el estilo cognitivo, etc.
Hoy al estudiar estas asimetrías, los investigadores van más allá de lo que es diferente entre una y otra mitad del cerebro. Están descubriendo principios que nos ayudan a formular mejores preguntas sobre cómo la función mental puede relacionarse con la función cerebral y qué significa explicar nuestra conducta en términos de procesos fisiológicos.
Los investigadores abordan temas relacionados con la consciencia, la emoción y la unidad de la experiencia. Algunas quizá sean tentativas prematuras en las que se han usado datos insuficientes y definiciones inadecuadas, pero son pasos –primeros pasos- en el largo empeño por comprender el cerebro y tal vez a nosotros mismos.
Los dos hemisferios del cerebro, metidos apretadamente en el cráneo y conectados por distintos fascículos de fibras nerviosas que sirven de canales de comunicación entre ellos, parecen ser aproximadamente imágenes especulares uno de otro conforme a la asimetría general derecha-izquierda del cuerpo humano. Desde el punto de vista funcional, el control de las sensaciones y los movimientos corporales básicos se reparten equitativamente entre los dos hemisferios de una manera cruzada: el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo (mano derecha, pierna derecha, etc.) y el derecho controla el lado izquierdo. Sin embargo, la simetría física derecha-izquierda del cerebro y el cuerpo no supone que los lados derecho e izquierdo sean equivalentes en todos los aspectos. Sólo hemos de examinar las capacidades de las dos manos para advertir la asimetría de la función. Hay pocas personas verdaderamente ambidiestras, la mayoría tiene una mano dominante. Y las diferencias en las capacidades de ambas manos no son sino una manifestación de asimetrías básicas en las funciones de los dos hemisferios cerebrales.
Una gran cantidad de pruebas acumuladas demuestra que el cerebro derecho y el izquierdo no son idénticos en cuanto a su capacidad y organización, y que las diferencias entre los hemisferios se extienden a las
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