Babilonia
Enviado por tana54 • 17 de Junio de 2013 • 666 Palabras (3 Páginas) • 269 Visitas
Política y administración[editar]
Busto de Hammurabi, reformador de algunas de las instituciones de tradición sumeria, hábil en la diplomacia y la guerra y creador del nuevo tejido administrativo imperial.
Artículo principal: Historia de las instituciones en Mesopotamia.
El desarrollo de la civilización mesopotámica, desde las primeras ciudades sumerias, ligó los palacios reales con los templos. La procedencia del poder era divina. Así, los gobernadores de las ciudades sumerias del III milenio a. C., los ensi y los lugal, gobernaban sobre extensiones de terreno que pertenecían a dioses locales. Lo mismo sucedió con los primeros imperios de Asiria y Babilonia. Los dioses, en este caso nacionales, eran los poseedores de la tierra. Los reyes eran solamente sus delegados, encargados tanto del país como de complacer a los dioses y de construir, restaurar y mantener sus templos.15 Los soberanos se arrogaron el título de Reyes de Sumer y Akad, que desde la III dinastía de Ur portaban los reyes que conseguían dominar la mayor parte de la Baja Mesopotamia.5 Asimismo, Hammurabí y otros reyes dejaron constancia de su ambición titulándose Rey del Universo y Rey de las Cuatro Partes del Mundo.16 Pero el período paleobabilónico arrancó con una novedad: aunque la procedencia del poder real siguió considerándose divina, tras Ur III los reyes habían arrebatado las tierras a los templos, dando lugar a un nuevo modelo económico. Algo similar sucedió con la política y la justicia, cuyos cargos se secularizaron. La relación entre el pueblo y el gobierno pasó a ser directa, sin la intervención de los sacerdotes.17
Todas las actividades administrativas, que crecieron especialmente a causa de la complejización de las estrategias de guerra en un periodo en en el que las confrontaciones y los contigentes iban en aumento, quedaban centralizadas en el palacio. Éste se desarrolló arquitectónicamente para albergar la nueva complejidad burocrática.16
En cuanto a la política exterior, las alianzas se sellaban mediante compromisos mutuos de colaboración y amistad que se cerraban intercambiando embajadores y regalos. Esto fue tan usual como la táctica de esperar la debilidad del Estado amigo para, una vez desgastado, enviar un ejército a su conquista.18
La organización del palacio, del templo y de la provincia eran similares. El rey lo controlaba todo, y ante él respondían directamente los prefectos y alcaldes. Aunque se añadieron algunos cargos administrativos en tiempos paleobabilónicos, se perdieron otros y algunos vieron modificada su importancia, las élites administrativas no variaron demasiado de las neosumerias. El término ensi, que otrora había señalado a los gobernantes de las ciudades-Estado y a los príncipes de las ciudades de Ur III, se desvalorizó hasta designar a los feudatarios del palacio. Sin embargo,
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