Basureros

Basureros

Los basureros o vertederos son una parte importante del desarrollo urbano, ya que en ellos terminan la mayoría de los desechos sólidos que generamos cotidianamente. Por su naturaleza, los basureros son uno de los focos más grandes de contaminación que existen, por esa razón suelen estar en zonas muy bien definidas lejos de las áreas habitadas. Sin embargo, con el crecimiento de la población y de la mancha urbana, la capacidad de los vertederos ha llegado a sus límites, al punto de que se han convertido en problemas de salud y medio ambiente.[pic 1]

Muchas de las veces todos los residuos o desechos que existen en los verteros son producidos por una mala gestión de nosotros para ser reincorporados en el medio ambiente o en alguna otra actividad. Tenemos que tener en cuenta que lo que causa la basura no es el material en sí, sino la forma en que es o no organizada, por ejemplo, un trozo de papel, podrá ser basura o materia prima según la manera en que se gestione cuando es inservible y se convierte oficialmente en un residuo. De esta forma, si el papel se deposita en el medio ambiente se convertirá en basura, contaminando el medio durante todo el tiempo que dure se descomposición. Por el contrario, si ese mismo papel se deposita en un contenedor de reciclaje y se procede a gestionarlo de manera adecuada, en lugar de ser basura, se convertirá en materia prima. Es decir, no es la naturaleza de los materiales, sino la gestión que se hace de ellos lo que define que un residuo se convierta en basura o no.

Si bien, en estos lugares se dejan literalmente cualquier tipo de desechos, desde los hogareños hasta los industriales, hay algunos de ellos que tienen un mayor impacto ambiental y en la vida de las personas. El lanzamiento de residuos peligrosos en la basura puede suponer un riesgo para la salud de los trabajadores sanitarios y de cualquier otra persona que pueda entrar en contacto con los restos del material. Por ejemplo, la pintura en aerosol y las baterías recargables son altamente inflamables y en las condiciones adecuadas pueden explotar.

Muchos de los diferentes materiales que terminan en vertederos contienen toxinas que finalmente se liberan y se filtran en el suelo y las aguas subterráneas. Estas sustancias son riesgos importantes para el medio ambiente y pueden durar varios años. Por ejemplo, piense en la electrónica como computadoras, baterías y televisores que son arrojados y terminan en vertederos. Estos productos contienen sustancias como arsénico, ácidos, plomo y otros que finalmente terminan en nuestro medio ambiente y plantean amenazas para la salud pública.

El mercurio (Hg) es otra sustancia tóxica que aparece con frecuencia en los vertederos. Proviene de bombillas fluorescentes y plantea riesgos importantes para la salud. Inhalar incluso una pequeña cantidad de vapor de mercurio puede dañar nuestros riñones y causar insuficiencia respiratoria.

Los vertederos más nuevos se están construyendo con membranas sintéticas para evitar que el mercurio escape al suelo y a las aguas subterráneas. En su lugar, las toxinas se drenan a través de una colección de tuberías y se descargan en un sistema de alcantarillado donde se pueden retener, incinerar o convertir en fertilizantes.

El lixiviado es un líquido que se forma cuando los residuos del vertedero se descomponen y el agua se filtra a través de esos residuos y recoge toxinas. La lluvia que cae en la parte superior del vertedero es el mayor contribuyente del lixiviado. En otros casos, las aguas subterráneas que entran en el vertedero también pueden producir lixiviados. A medida que el líquido se filtra a través del vertedero y recoge los componentes de desechos descompuestos, se producen reacciones químicas y producen un "cóctel" de lixiviados tóxicos. Los productos químicos que se encuentran comúnmente en el lixiviado incluyen:

• Metano (CH4)
• Dióxido de Carbono (CO2)
• Ácidos Orgánicos (-COOH)
• Alcoholes (-OH)
• Aldehídos (-CHO)

Hay una gama de tecnologías disponibles para tratar el lixiviado de vertederos de diferentes maneras. Estos incluyen:

• Tratamiento biológico: Este suele ser el primer paso en el tratamiento de lixiviados de vertederos. Implica el uso de muchos filtros diferentes para eliminar nitrógeno y otros compuestos biológicos de las aguas residuales.

• Procesos químico-físicos: Los procesos de oxidación húmeda se pueden utilizar si es posible oxidar compuestos orgánicos. Esto incluye adsorción de carbón activado, precipitación, floculación y procesos de intercambio iónico entre otros.

Los materiales orgánicos, como los desechos de alimentos y los desechos de patio, generalmente se compactan cuando se colocan en un vertedero. El problema es que esto elimina el oxígeno (O2) y hace que el material se descomponga anaeróbicamente. Con el tiempo, el proceso producirá metano (CH4): un tipo de gas de efecto invernadero que es 20 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) y causa estragos en nuestro medio ambiente. El metano también es inflamable y puede ser muy peligroso en grandes concentraciones.

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