Bioètica

El término “bioética” fue utilizado por primera vez por V. R. Potter hace más de treinta años. Con este término Potter se refería a los problemas que el inaudito desarrollo de la tecnología planteaba a un mundo en plena crisis de valores. Por lo tanto se debía superar la actual ruptura entre la Ciencia y la Tecnología de las Humanidades. Ésta fisura hunde sus raíces en la asimetría existente entre el enorme desarrollo tecnológico actual que otorga al hombre el poder de manipular la intimidad del ser humano y alterar el medio, y la ausencia de un aumento correlativo en su sentido de responsabilidad por el que habría de obligarse a sí mismo a orientar este nuevo poder en beneficio del propio hombre y de su entorno natural.

Otro referente importante así como Potter fue Warren T. Reich quien contribuyo en el desarrollo de la bioética apareciendo en el año de 1978, presentando la primera edición de la Enciclopedia de Bioética, en la que se define a la Bioética como: El estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la vida y de la salud, examinadas a la luz de los valores y de los principios morales.

Por lo tanto no existe una definición universal de bioética pero el “Comité Institucional de Bioética” del Hospital Juárez en México la define como: “El estudio sistemático de las dimensiones de la moral incluyendo a la visión moral, las decisiones, la conducta y las políticas de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, empleando una variedad de metodologías éticas en un contexto multidisciplinario”.

En 1979, Tom L. Beauchamp y James F. Childress en su libro Principles of Biomedical Ethics, cuyo tema principal es el estudio de la ética biomédica donde se basa una de las corrientes más extendidas en el ámbito de la bioética, el Principialismo donde se pondera una tétrada clásica: beneficencia; no maleficencia; autonomía y justicia.

Los principios de la bioética son: Justicia, Autonomía, Beneficencia y No Maleficencia.

La Justicia se refiere a la obligación de igualdad en los tratamientos y, respecto del Estado, en la distribución equitativa de los recursos para prestar los servicios de salud, investigación, etc.

La Autonomía se basa en la convicción de que el ser humano debe ser libre de todo control exterior y ser respetado en sus decisiones vitales básicas. Se refiere al respeto debido a los derechos fundamentales del hombre, incluido el de la autodeterminación.

La Beneficencia en el ámbito médico, este principio obliga al profesional de la salud a poner el máximo empeño en atender al paciente y hacer cuanto pueda para mejorar su salud, de la forma que considere más adecuada.

La No Maleficencia estipula que el deber de no dañar es más obligatorio que la exigencia de promover el bien. Implica, sobre todo, el imperativo de hacer activamente el bien y de evitar el mal.

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