Bioetica
Enviado por jesusort • 15 de Diciembre de 2013 • Tesis • 6.334 Palabras (26 Páginas) • 384 Visitas
Introducción
La bioética como ciencia surge por una parte, en respuesta al problema de la deshumanización de las ciencias de la vida, ya cada vez se realizaban mayor cantidad de experimentos en los cuales el respeto por la vida era mínimo o nulo, por otra parte ante los avances tecnológicos de la medicina que, planteaban y plantean problemas del orden ético, ante estas situaciones y teniendo en cuenta el gran avance que tuvo a partir de la década del sesenta los movimientos por el derecho de las personas, el movimiento por los derechos de los consumidores, y lo que se podría denominar como la segunda revolución enciclopédica pero, a un nivel de masificación dado por la sociedad de consumo, que llenó los negocios de revistas o diarios con enciclopedias médicas, hecho que le resto al médico el monopolio exclusivo de los conocimientos sobre el cuerpo humano y sus enfermedades más comunes.
Todos estos hechos dan como resultado el surgimiento de una disciplina que con el fin de unir las ciencias humanas con las ciencias biológicas, dando origen a una nueva ciencia, que tiene como característica principal la interdisciplinariedad.
El siguiente trabajo nace con el transcurso del tiempo y del intento de proporcionarle a la Bioética un marco epistemológico adecuado. Toda ciencia naciente o toda ciencia como tal debe en primer lugar tener un marco de trabajo, una metodología que la identifique y que la diferencie de las demás ciencias, no sólo por su fin sino también por la forma con que se acerca a ese fin. De esa manera se puede trabajar desde un marco teórico adecuado.
Para eso se parte del análisis de lo que se entiende por interdisciplinariedad, para seguir con el análisis de la bioética como ciencia interdisciplinaria, ambos trabajos fueron presentados en forma individual en las 1ras Jornadas Nacionales de Interdisciplinariedad realizado en Córdoba. El tercer trabajo, trata de la universalidad o no de la bioética como ciencia, planteado a partir de una ponencia presentada en el 2do Congreso Mundial de Bioética, dicho trabajo está escrito a partir de hipótesis y demostraciones, como un pequeño homenaje a Baruch Spinoza, y su Ética demostrada según el orden geométrico, dicho trabajo fue presentado en las 3ras Jornadas Nacionales de Bioética. En el último trabajo se trata de formular brevemente un esquema de lo que se entiende por una epistemología en la bioética, y es una ponencia que fue presentada en las 1ras Jornadas Provinciales de Bioética (Córdoba).
ANTECEDENTES.
El término «bioética» (del griego bios, vida y ethos, ética) es un nombre nuevo, utilizado por vez primera por el oncólogo estadounidense Van Rensselaer Potter en su libro Bioética: un puente hacia el futuro (1971), en el que propone la siguiente definición de su neologismo: «Puede definirse como el estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias humanas y de la aten- ción sanitaria, en cuanto se examina esta conducta a la luz de valores y principios morales». Sin embargo, debe tenerse en cuenta que estamos ante un término nuevo para afrontar una realidad ya antigua. Como ha afirmado C. E. Taylor, ninguna profesión ha sido tan consciente como la medicina, desde épocas tan antiguas, de las dimensiones morales implicadas en su ejercicio. En efecto, la cultura occidental puede presentar el famoso juramento de Hipócrates (siglos VII a.C.) como el primer testimonio de esa conciencia de la medicina sobre las implicaciones éticas de la profesión. El juramento forma parte del llamado Corpus Hippocraticum o conjunto de escritos atribuidos al que es calificado, con razón, padre de la medicina. Se considera, sin embargo, que el juramento no tiene como autor a Hipócrates -y ni siquiera representa la forma de entender la praxis médica en la Escuela Hipocrática- sino que procede muy probablemente de círculos neopitagóricos. El juramento tiene dos partes fundamentales: en la primera aborda las obligaciones éticas del médico hacia sus maestros y familiares, mientras que la segunda trata de sus relaciones con el enfermo. Este documento, puesto bajo la autoridad del padre de la medicina, será recogido por la tradición occidental, quitándole su inicial invocación dirigida a los dioses del Olimpo, y constituirá un documento venerable en que se condensan las obligaciones éticas básicas que el médico deberá observar en el ejercicio de su profesión. Es importante subrayar que otras culturas, aunque no de forma tan precoz, poseen documen- tos similares, con importantes puntos de contacto con el contenido del juramento hipocrático. Habría que citar aquí el llamado «Juramento de Iniciación», Caraka Samhita, del siglo I a.C., procedente de la India; igualmente, debe hacerse referencia a otros dos documentos, que tienen relación con la tradición hipocrática: el juramento de Asaph, dentro del mundo judío, probablemente del siglo III-IV d.C., y el Consejo de un médico, del siglo X d.C., que procede de la medicina árabe. Dentro de la cultura china se citan Los cinco mandamientos y las diez exigencias, de Chen Shih-Kung, médico chino de comienzos del siglo XVII, que constituye la mejor síntesis de ética médica de esta cultura. Se ha afirmado que todos estos documentos tienen cuatro puntos coincidentes: En primer lugar, el primero non nocere, «ante todo, no hacer daño» -al que más tarde nos referiremos-; la afirmación de la santidad de la vida humana; la necesidad de que el médico alivie el sufrimiento y, finalmente, la san- tidad de la relación entre el médico y el enfermo (que se refleja, sobre todo, en que el médico no puede desvelar los secretos conocidos en su relación con el enfermo ni aprovecharse sexualmente de él).
La preocupación por los aspectos éticos de la medicina fue objeto de atención por parte de la moral católica, que, en torno al 5° mandamiento, abordó temas especialmente referidos al inicio y final de la vida. Al surgir en la Edad Media las primeras Escuelas de Medicina se adopta la costumbre, que permanece vigente especialmente en el mundo anglosajón, de que los alumnos, al finalizar los estudios de medicina, profesen solemnemente versiones actualizadas del juramento hipocrático, antes de iniciar el ejercicio de la profesión. Se ha presentado al médico inglés, Thomas Percival, como padre de la «ética médica», ya que éstas son las dos primeras palabras del larguísimo título de su libro -al estilo de la época- dedicado a ciertos aspectos éticos del ejercicio de la medicina. La obra de Percival, de inicios del siglo XIX, responde, sobre todo, a una situación en que las tensiones entre los médicos, especialmente por motivos de competencia profesional, eran muy intensas. Este aspecto es muy abordado en su obra, por lo que se ha dicho que, más que un texto
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