CONCEPCIONES DE LA PAZ DESDE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DE CIUDADANÍA

CONCEPCIONES DE LA PAZ DESDE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES DE CIUDADANÍA

Mg. Magda Yasmid Pardo Carreño

Los grandes logros de la humanidad, planeados o no, han tenido un origen común que va más allá del camino para concretarlos, este es el anhelo; esa condición que sitúa al ser humano en el lugar de la reflexión, de la lucha interior y del ánimo, casi obsesivo, para materializar sus propósitos. Tal vez, esta circunstancia de “anhelar”, sea el factor común sobre el cual converge la humanidad desde tiempos remotos, para vivir la equidad, la justicia, la prosperidad, la solidaridad, el bienestar y tantos otros términos que conforman el campo semántico de PAZ.

 Pero, ¿qué es la paz? Para comprender su significado y sus implicaciones actuales, se propone ir a las entrañas semánticas de lo que se ha denominado “Proceso de paz”, realizando una aproximación al imaginario que ronda a la ciudadanía al respecto, pero de igual forma, a su responsabilidad en el cumplimiento de esta meta, perseguida por tantos gobiernos y de la cual la sociedad ha sido espectadora, como si fuese convidada de piedra a la espera del milagro.

 Ahora bien, la palabra PAZ tiene su etimología en el latín pax (genitivo pacis) significando que está relacionado con el verbo pascisci que significa “firmar la paz” ( 2010 p 149 Soca), de manera que al revisar estas precisiones semánticas, es posible observar que el término de nuestro interés, va más allá del sustantivo, originándose en una acción, circunstancia llamativa frente a la recurrencia histórica con que se ha anunciado el cese a la violencia y la firma de acuerdos que finiquiten las atrocidades que va dejando a su paso.

De otro lado, es interesante ver como en la Grecia antigua, la paz encuentra su representación y esencia en Eirene, palabra griega que designaba la Paz, como lo señala María Dolores Mirón Eirene era hija de Zeus, supremo soberano de los dioses y cabeza de la familia divina; y de Temis, la Ley y el Orden Eterno, fruto de esta unión fueron las Horas: Eirene, Dike y Eunomia, que formaban parte de las generaciones más jóvenes del panteón (...). Las Horas eran las divinidades que regían tanto los ritmos agrarios como los cívicos, ligados directamente a los anteriores en una sociedad fundamentalmente agrícola. De este modo, tenían una doble acepción: natural y política (p.10)

En otro apartado de su trabajo, precisa el valor político de la Horas, el cual viene a bien para la comprensión de lo que se aspira con el logro de la paz, el cual será, más adelante, objeto de reflexión:

Las Horas también tenían significados políticos, como indica su propio nombre. Dike era la Justicia, entendida como fundamental para la existencia de una vida ordenada y civilizada, en la que los ciudadanos dirimían sus conflictos mediante métodos pacíficos y regulados. Eunomia era el Buen Gobierno о la Buena Ley, que se caracterizaba por el equilibrio ciudadano y la justicia. Eirene, la Paz, era la consecuencia lógica de la justicia y el buen gobierno, al tiempo que posibilitaba la existencia de ambos. Por tanto, eran interdependientes. (2004, Mirón,)

Luego de reconocer esta concepción de Paz, se puede afirmar sin lugar a dudas que si hay una fórmula para que ésta no sólo sea el cese de la guerra, sino que se convierta en un estado social y político sin dilaciones; la ecuación es sencilla:

Justicia + Buen Gobierno = Paz

Efectivamente, la ecuación es sencilla en su forma, pero la aplicación se complejiza al tratar de comprender qué se ha hecho para despejar cada una de las variables en la historia de Colombia. Pero, para analizar cada una es fundamental hacerlo en el marco de la representación social, con el fin de comprender la relación sujeto – sociedad desde su construcción de realidad y de las relaciones interpersonales, mediadas por el impacto del liderazgo o no, que han tenido los programas de gobierno con sus promesas de garantizar los derechos fundamentales.

La Psicología Social, a través de la mirada de Serge Moscovici, plantea la teoría de las representaciones sociales, en la cual recoge diversas disciplinas como la antropología y la sociología, con el fin de comprender las formas específicas bajos las cuales los individuos o las comunidades construyen su realidad y a la vez las relaciones interpersonales. En palabras textuales de Moscovici:

La representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. La representación es un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación. (Moscovici, 1979 17-18)

 Es así como, ante campañas en las cuales se promueve el fortalecimiento de la convivencia, la cultura ciudadana o la paz, saltan a la vista un sinfín de percepciones, tantas como individuos puedan existir, ligadas a las experiencias que cada uno ha tenido, de tal suerte que los antónimos terminan actuando como sinónimos al evocar los términos con los cuales se demarca el anhelo de bienestar, el cual se aludía al inicio; por ejemplo, paz – guerra, proceso de paz – grupos al margen de la ley, justicia – inequidad - impotencia, buen gobierno – corrupción, etc. Sin embargo, es urgente observar cuáles son aquellos factores que inciden en la construcción de dichas representaciones sociales que se han surgido alrededor de la búsqueda de la paz, tal es el caso de los medios de comunicación quienes terminan regulando los comportamientos, los argumentos y hasta las decisiones de la audiencia, a la hora de enfrentarse a temas vitales como los que nos reúnen hoy. Con ello no se pretende poner en entredicho iniciativas como “Yo me arremango” por las víctimas de las minas, las de marca país como “Colombia es pasión” o “Colombia es la respuesta” o “Soy capaz”, simplemente, se propone ahondar en las implicaciones reales de estas campañas que demandan un compromiso que vaya más allá del show mediático, la moda, el hacer parte de… así no lo comprenda.

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