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CONDICIONANTES PARA EL AGROTURISMO


Enviado por   •  25 de Marzo de 2013  •  2.379 Palabras (10 Páginas)  •  470 Visitas

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Caratula

Introducción

Objetivos

Objetivos general

Especifico

1. Agroturismo hacienda catahuango

1.1. Caracterizascio todo de la parroquia

1.2 beneficios d agroturismo en la zona

1.3 Matriz de unidades turísticas

1.4 CONDICIONANTES PARA EL AGROTURISMO

1.4.1

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Hacienda Catahuango, sí esas piedras hablaran…

Por: Verónica Acosta

mayo - junio 2011

Si bien los historiadores coinciden que Catahuango fue su propiedad, posiblemente ninguno tenga tanta documentación como el Dr. Fernando Jurado Noboa, investigador histórico, genealogista y psiquiatra. Su conocimiento sobre Catahuango, está plasmado en un libro, aún inédito, que espera se publique algún cercano día.

Por un par de horas, escuchamos sus relatos sobre Manuela y Bolívar, en Catahuango…. si esas piedras hablaran, nos dijo…

¿Cómo tiene tanta documentación?

Gracias a que Marcelo Ruales Martínez y su hijo Marcelo Ruales Barreiro, el último administrador de Catahuango, tuvieron la precaución de recopilar ciertos documentos encontrados en la escribanía de la hacienda, entre los que consta la escritura de compra venta, el plano con potreros y linderos y una serie de papeles con letra manuscrita, escritos con tinta negra y sellos reales que sustentan la autenticidad de sus afirmaciones.

¿Cuál es la ubicación exacta?

A la altura de Guamaní por la Av. Simón Bolívar, al sur de Quito, enclavada en las estribaciones de las lomas de Puengasí, en los altos de Amaguaña. Si bien la hacienda pertenece a los Chillos, hay datos que demuestran que su gente tenía fuerte vinculación con Quito pues asistían a la misa en Chillogallo en vez de ir a cualquier pueblo del valle, cercano a la propiedad.

“Catahuango”, un nombre especial…

Es una palabra del quichua, formada de dos vocablos: “cata” cobertor, cobija, refugio y “huango”, trenza. Posiblemente la llamaron así porque era una propiedad muy larga en el sentido norte-sur que daba la forma de una trenza. Y de hecho, fue el refugio de Manuela desde su niñez.

¿Siempre se llamó Catahuango?

El nombre original fue Santa Bárbara de Catahuango. Yo interpreto que en honor a la Santa que protege de rayos y centellas; pero también porque carecían de agua y dependían de las lluvias que el cielo enviaba para la subsistencia y los sembríos.

Dr. Fernando Jurado Noboa ¿A qué época se remonta?

Su historia se puede seguir desde 1595, cuando todavía no era hacienda. Se va formando por unión de pequeños pedazos hasta formar el gran cuerpo que llegó a tener, llegando a fines del siglo XVII a pertenecer a una familia muy acomodada de apellido Barnuevo.

¿Cuál fue su extensión?

En la Colonia tuvo 3.000 hectáreas, luego de la reforma agraria se redujo a 300 y ahora entiendo que son 11 hectáreas alrededor de la casa. Catahuango en un momento limitó con Pasochoa y con La Hacienda La Herrería.

¿Cómo llegó a manos de Manuela?

De la familia Barnuevo se dan una serie de traspasos hasta que es comprada por el Dr. Mateo Aizpuru, su abuelo materno, quien la dejó en herencia a Ignacia Aizpuru, hermana de su madre. Gracias al amor que el abuelo sentía por Manuela, incluyó en el testamento una herencia de 10.000 pesos para ella. Como la tía no pudo pagar lo adeudado, Manuela le planteó un juicio e Ignacia se vio obligada a entregarle la hacienda, convirtiéndose así en su única dueña.

¿Cuál fue la vocación de la hacienda?

De acuerdo a los papeles, fue una hacienda para pasar fines de semana y disfrutar los veranos. Tenía poco ganado y su producción agrícola era escasa por la falta de agua. Don Mateo Aizpuru se preocupó tanto por el líquido vital que vivió en permanente conflicto con sus vecinos, peleando por lo que se conocían como “gatos de agua”.

¿Gatos de agua?

Si, era una especie de unidad de medida. A través de este espacio podía pasar un gato mediano.

¿Quiénes fueron los padres de Manuela?

Su padre, Simón Sáenz, migrante español, nació en Villasur de Herreros, pueblito minúsculo en La Rioja. Llegó a Popayán, hizo mucho dinero y se casó con María Del Campo, una aristócrata con quien tuvo algunos hijos. Como era funcionario público, le dieron el pase a Quito, habiendo dejado a su esposa e hijos en Popayán. Sin embargo, el Cabildo quiteño tuvo que obligarle a traer a la familia a su lado, pues estaba haciendo de las suyas.

Cuénteme…

Simón Sáenz tuvo un affaire con Joaquina Aizpuru y Sierra, una dama de respetada posición social y económica de Quito. De este romance nació Manuela. Parece que la madre murió al mes de su nacimiento. Por eso, aquellas biografías que hacen alusión a que la madre le cortejaba su romance con Bolívar, no son verdad.

¿Cuándo aparece Bolívar en Catahuango?

Antes que Manuela fuera su propietaria, allá por el año 1826, ya estuvo muy ligada a Catahuango y se consideraba su dueña. Según descubrió el Padre Villalba en 1822, Manuela y Bolívar formaron una compañía, poniendo un capital sobre Catahuango para hacerla producir. Es decir, Manuela convirtió a Bolívar en una especie de Empresario Agrícola.

La hacienda tiene dos casas…

La casa original de la hacienda donde vivió Manuelita, es la pequeña, pasando el arco. Sabemos que fue muy modesta. Lo que la hace majestuosa, es su entorno geográfico con árboles centenarios y plantas endémicas, verdadero refugio de fauna y flora andinas y de seguro, nido de amor del libertador y su consorte. Si bien hay quienes sostienen que este romance se desarrolló en la casa grande de estilo afrancesado, se ha comprobado que esta fue construida por Josefa Gangotena de Salvador, a su regreso de Europa, por lo que Manuela no la llegó a conocer.

¿Y el romance en Catahuango?

Desde el primer encuentro con Bolívar, Manuela se enamoró perdidamente, habiendo mantenido por 8 intensos años un romance digno de la mejor novela. Josefina Sáenz Fernández Salvador, sobrina de Manuela dijo a la prensa de Quito en 1914 que ella escuchó siempre a su padre, Gral. José María Sáenz, que Manuela y Bolívar pasaron en Catahuango varias temporadas cortas.

Qué interesante…

En este punto, hay un dato curioso que rescatar. Según el investigador Aquiles Pérez, “Amaguaña”, sector donde está la hacienda, significa “Nido de Amor”, vocablo proveniente del Aimara, idioma que se propagó entre Bolivia y lo que hoy es Ecuador, por el intercambio que realizaba Atahualpa y sus antecesores

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