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Capital Natual Y Bienestar Social


Enviado por   •  5 de Febrero de 2014  •  2.170 Palabras (9 Páginas)  •  318 Visitas

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RESUMEN

BIODIVERSIDAD

En general el término se refiere a lo que podríamos llamar “la vida en la Tierra”, pero esto significa muchas cosas. El nivel al que más usualmente alude el término biodiversidad o diversidad biológica es el de las especies vegetales, animales o de microorganismos que pueblan nuestro planeta, pero hay otros dos niveles que también expresan el grado de variabilidad biológica presente en una región: el más elemental es el de la variabilidad genética que una especie presenta en las poblaciones de las que está compuesta y el más complejo es el de los ecosistemas (como un bosque de pinos, una selva o un palmar), que están conformados por las especies de plantas, animales y microrganismos que los habitan y las variables fisicoquímicas con las que interactúan. Los seres humanos forman parte integral de los ecosistemas y que existe una interacción dinámica de ambos, ya que sus acciones modifican los ecosistemas, el funcionamiento de los cuales a su vez afecta el bienestar de la sociedad. La transformación de un ecosistema para extraer ciertos beneficios, como la tala de un bosque para fines agrícolas, implica siempre una transacción, pues los servicios que dicho ecosistema aportará ahora serán distintos: se gana la capacidad de producción de alimentos pero se pierden otros servicios como la captura de agua, la retención de suelos y la captura de bióxido de carbono. Estas transacciones no han sido hasta ahora valoradas de manera adecuada y no se acostumbra comparar los costos de la pérdida de unos servicios con los beneficios por la obtención de otros. Esta situación ha producido, a escala global, daños a los sistemas que mantienen las posibilidades de vida en el planeta, daños que en las conclusiones de una reciente evaluación del estado de salud de los ecosistemas de la Tierra se han considerado en extremo severos. México es un país en extremo diverso y complejo. Lo es en la forma, ubicación y topografía de su territorio, sus ecosistemas y diversidad biológica, su historia y sus culturas. Tal diversidad y complejidad conjugan oportunidades enormes con retos significativos para el país y su gobierno. Nuestra diversidad cultural y

social demanda una multiplicidad de formas de relación con todos los grupos étnicos y sectores sociales. La enorme biodiversidad (nuestro capital natural) requiere diversas formas de uso y manejo, más complejas que las conocidas y dominadas en la mayoría de los países desarrollados, que son más homogéneos cultural, social y ecológicamente que el nuestro.

México es uno de los países del mundo con mayor diversidad biológica y cultural. Las relaciones entre biodiversidad y culturas colocan a nuestro país en una posición única, que representa al mismo tiempo grandes oportunidades para el desarrollo, complejidad en el manejo de los recursos y una seria responsabilidad ante el mundo. Es un país privilegiado por la diversidad biológica excepcional que se distribuye en su territorio, expresada en diversos ecosistemas y numerosas especies con una amplia variabilidad genética. Se estima conservadoramente que más de 10 millones de especies de plantas, hongos y animales habitan la Tierra, de las cuales se conocen sólo alrededor de 1.8 millones. Pese a este desconocimiento, tenemos en la actualidad un panorama claro sobre la magnitud de la riqueza de la vida y su distribución en la Tierra. México se ubica entre los cinco primeros países llamados “megadiversos”, que albergan entre 60 y 70% de la diversidad biológica conocida del planeta. La diversidad conjunta de especies de México representa aproximadamente 12% del total mundial; dicho de otra manera, 12 de cada 100 especies conocidas en el mundo se encuentran en México. Los ecosistemas marinos están conectados con los ecosistemas terrestres no únicamente en la zona costera, sino también por los ríos y diversos escurrimientos, mediante complejas interacciones físicas, químicas, geológicas y ecológicas. Los ecosistemas marinos también contienen una inmensa diversidad biológica que provee abundantes productos y servicios que contribuyen al bienestar de la humanidad y son esenciales para mantener la vida en la Tierra.

México posee una gran variabilidad ecológica, resultado de una compleja topografía y geología, muy diversos climas y microclimas, lo que produce infinidad de hábitats. Todos estos factores propician que la diversidad biológica de nuestro país no esté homogéneamente distribuida en el territorio.

El patrimonio biológico de México ha beneficiado históricamente a la población del país, pero su sobreexplotación ha traído como consecuencia el severo deterioro de los servicios ambientales de los cuales depende el ser humano para su bienestar.

La sociedad mexicana obtiene bienes esenciales de los sistemas naturales como alimentos, forraje, madera y productos farmacéuticos. Estos bienes representan una parte importante de la economía nacional y de la de autoconsumo de no menos de 20% de la población del país. Lo que hasta ahora ha sido poco apreciado es que los sistemas naturales también proporcionan servicios fundamentales para el mantenimiento de la vida en el planeta. Estos servicios incluyen la captura de bióxido de carbono del aire, la captación y purificación del agua de lluvia, la regulación del clima, la regeneración de la fertilidad del suelo y la producción y el mantenimiento de la biodiversidad, de la cual se obtienen las materias primas utilizadas para alimentos, fibras, madera y productos farmacéuticos.

La transformación, sobreexplotación y contaminación de los ecosistemas para obtener de ellos satisfactores sociales, así como la introducción de especies invasoras y el cambio climático, son causas directas de la pérdida de nuestro capital natural. Esto se debe también a factores indirectos como los demográficos y a políticas públicas y desarrollos tecnológicos errados.

La falta de transversalidad de la agenda ambiental en las políticas públicas limita nuestra aproximación a la sustentabilidad, ya que el fomento de las políticas productivas con frecuencia se contrapone a las políticas ambientales. La política ambiental no ha logrado posicionarse entre las prioridades de la agenda nacional. El presupuesto para las actividades agropecuarias es dos veces el destinado al sector ambiental, incluido el del agua. Si se excluye el dedicado a la Comisión Nacional del Agua, el presupuesto agropecuario es 8.3 veces mayor que el ambiental, que incluye el forestal, el de conservación de la biodiversidad, el de política regulatoria y normativa, el de inspección y vigilancia, y el de investigación hidráulica.

La visión convencional del desarrollo social y productivo no ha incorporado la dimensión ambiental ni el enfoque de sustentabilidad. Por ello, con frecuencia

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