Carlos Juan Finlay
Enviado por masteroftrolling • 3 de Diciembre de 2013 • Tesis • 1.404 Palabras (6 Páginas) • 422 Visitas
Carlos Juan Finlay
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Carlos Juan Finlay
Finlay Carlos 1833-1915.jpg
Nacimiento 3 de diciembre de 1833
Puerto Príncipe (Camagüey), Bandera de Cuba
Fallecimiento 20 de agosto de 1915
(81 años)
La Habana, Bandera de Cuba
Nacionalidad Cubana
Ocupación Médico
Carlos Juan Finlay y Barrés (Camagüey, Cuba, 3 de diciembre de 1833 – La Habana, Cuba, 19 de agosto de 1915) fue un médico y eminente científico cubano. Descubrió y describió la importancia del vector biológico a través de la teoría metaxénica de la transmisión de enfermedades por agentes biológicos, aplicándola a la fiebre amarilla transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Índice
1 Primeros años
2 Estudios profesionales
3 La fiebre amarilla
4 Los años de reconocimiento internacional
5 El istmo y el Canal de Panamá
6 Día del Médico
7 Premio de Microbiología Carlos J. Finlay
8 Véase también
9 Notas
10 Enlaces externos
Primeros años
Hijo de un médico inglés que residía en Cuba, sus años infantiles los vivió tanto en La Habana como en el cafetal de su padre en la zona de Alquízar. A la edad de once años, en 1844, lo enviaron a estudiar a Le Havre, en Francia, y regresó a Cuba dos años más tarde, debido a una enfermedad. Retornó a Francia en 1848 para completar su educación. Después de un período en Londres ingresó en el Liceo de Ruan, donde permaneció hasta 1851, cuando regresó a Cuba, convaleciente de un ataque de fiebre tifoidea.
Estudios profesionales
No le fue posible ingresar a la Universidad de La Habana, y pasó entonces a Filadelfia para cursar la carrera de medicina en el Jefferson Medical College, donde se doctoró el 10 de marzo de 1855. En 1857 revalidó su título en la Universidad de La Habana.
Recién graduado, se trasladó en 1856 con su padre a Lima, donde probó fortuna por un corto tiempo. En 1860–1861 estuvo en París. En 1864 quiso establecerse en Matanzas, sin éxito. El 16 de octubre de 1865 se casó en La Habana con Adela Shine, natural de la isla de Trinidad.
La fiebre amarilla
El doctor Finlay fue el más profundo, talentoso e intenso investigador de la fiebre amarilla, y por sus análisis y estudios llegó a la conclusión de que la transmisión de la enfermedad se realizaba por un agente intermediario. Existe una anécdota que dice que, estando una noche rezando el rosario, le llamó la atención un mosquito zumbando a su alrededor. Entonces fue cuando decidió investigar a los mosquitos[cita requerida].
Con los medios aportados por la comisión mixta hispano-estadounidense, fue capaz de identificar al mosquito Culex o Aedes aegypti como el agente transmisor de la enfermedad. Sus estudios lo llevaron a entender que era la hembra fecundada de esta especie la que transmitía la fiebre amarilla.
En 1881 fue a Washington, D.C. como representante del gobierno colonial ante la Conferencia Sanitaria Internacional, donde presentó por primera vez su teoría de la transmisión de la fiebre amarilla por un agente intermediario, el mosquito. Su hipótesis fue recibida con frialdad y casi total escepticismo. Solo fue divulgada por una modesta revista médica de Nueva Orleans a través del doctor Rudolph Matas, recién graduado en medicina, quien había participado en la comisión mixta hispano-norteamericana en calidad de intérprete, por ser hijo de españoles.
De regreso a Cuba, en junio de 1881, realizó experimentos con voluntarios y no solo comprobó su hipótesis, sino que descubrió también que el individuo picado una vez por un mosquito infectado, quedaba inmunizado contra futuros ataques de la enfermedad. De ahí nació el suero contra la fiebre amarilla. En agosto de ese mismo año presentó ante la Academia de Ciencias Médicas de La Habana su trabajo de investigación.
Los años de reconocimiento internacional
No obstante ello, por más de 20 años los postulados del Dr. Finlay fueron ignorados. Solamente después de terminada la Guerra Hispano-Estadounidense, cuando el general Leonard Wood, gobernador de Cuba, pidió que se probara la teoría de Finlay, se volvieron a revisar sus trabajos de investigación, así como los exitosos experimentos que había realizado durante todos estos años.
Mientras tanto, el doctor William Crawford
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