Catéteres
Enviado por farodriguez • 28 de Agosto de 2013 • 1.035 Palabras (5 Páginas) • 293 Visitas
Consideraciones teóricas y prácticas en la elección de un
catéter para hemodiálisis.
Autores: Iñigo Moina, MD
Javier Arrieta, MD, PhD, MBA
Inst: Hospital de Basurto. Bilbao.
Aunque la Fístula Arterio-Venosa (FAV) nativa sigue siendo el acceso vascular de
elección en la hemodiálisis crónica (1-4), el progresivo envejecimiento de la población
incidente en diálisis hace a menudo inviable tanto la FAV nativa como la protésica (5),
ante la falta de un adecuado flujo arterial o ante un corazón con limitaciones para tolerar
una FAV de alto débito (6). En este contexto, la utilización de un Catéter Tunelizado como
acceso vascular de elección se plantea como la única alternativa, pudiendo en algunos
centros ser de elección frente a la FAV protésica debido a sus mejores resultados locales
(4, 7).
La necesidad de obtener un adecuado flujo de sangre a fin de no prolongar en
exceso el tiempo de las sesiones, obliga a seleccionar catéteres tunelizados con calibres
superiores a los 5 mm o 14 G (en catéteres de doble luz). Los fabricantes suelen aportar
datos sobre el calibre en unidades G o F únicamente cuando la sección es circular. En los
casos de secciones oblongas (tipo Doble O, o en cañón de escopeta) se suele señalar la
medida en mm, a menudo únicamente de la sección menor. Rada vez se aportan datos
sobre los calibres internos de las luces, que es realmente lo que reduce el flujo del
catéter. El material es importante, ya que una pared más gruesa supone menores calibres
internos para un calibre externo determinado.
Las extensiones y en general la parte externa del catéter constituyen un aspecto
poco cuidado por los fabricantes. En principio, la parte externa debería ser reducida al
mínimo, para evitar reducciones de flujo, así como posibles tracciones accidentales
cuando el paciente se viste o se desviste.
Intentando tratar el tema desde un punto de vista científico (Figura 1), el flujo de
sangre obtenido a través de un catéter dependerá de la Ley de Poiseuille:
Resistencia = 8 L η/ πr4
Donde L es la longitud del catéter
η es la viscosidad de la sangre (dependiente del Hematocrito y que habitualmente
aumenta a lo largo de la sesión de diálisis)
r es el radio de la luz interna del catéter
Flujo = (PVC – P prebomba) / Resistencia
Donde PVC es la presión venosa central (en la vena junto a la punta del catéter)
P prebomba es la presión medida antes de la bomba de sangre del circuito de
hemodiálisis.
La viscosidad de la sangre es de unos 1.8 mPa·s (1.8 centipoises) con una Hb de
10 g/dL, pero asciende a 2.5 mPa·s (2.5 cp) con una Hb de 15 g/dL. En el retorno venoso
durante una hemodiálisis con ultrafiltración, es habitual que la sangre alcance o incluso
supere estas cifras, lo que se traduce en un aumento de la resistencia de entre el 50 y el
100%, con el consiguiente aumento del mismo orden en la presión de retorno venoso.
A pesar de que la viscosidad es mayor en la rama venosa, la mayor parte de las
limitaciones de un catéter en su uso clínico dependen del flujo de extracción (o arterial),
debido a que la tolerancia de los monitores de hemodiálisis es superior con las presiones
venosas que con las arteriales. En los párrafos siguientes nos ceñiremos a la rama
arterial
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