Comportamiento materno en rumiantes
Enviado por fcardenase • 23 de Febrero de 2021 • Tarea • 1.456 Palabras (6 Páginas) • 144 Visitas
15 de septiembre de 2020
Fernando Adrián Cárdenas Espínola
NUA: 300274
Comportamiento materno en rumiantes
La conducta materna es aquella “que resulta de la combinación de factores neuronales, humorales y sensoriales, cuyo fin lleva al individuo a nutrir y cuidar a su progenie” (como se cita en Ramírez, 2011, p. 28). La conducta materna es un elemento clavo en la crianza ya que el recién nacido depende completamente de la madre, además que el cuidado adecuado generará una menor incidencia de factores des estrés en el crecimiento de la cría. Las fallas durante este proceso pueden desembocar en la muerte de la cría.
Poco antes del parto se inician los comportamiento relacionados con la conducta materna. En los rumiantes es normal que se alejen del grupo, a pesar de ser animales gregarios, para poder dar a luz a su cría. El aislamiento varía entre especie y raza, pero también es influido por factores climatológicos, fisiológicos y del entorno. Usualmente las hembras buscan lugares aislados y protegidos para tener a sus crías, secos y rodeados de vegetación, donde puedan ocultarla durante los primeros días.
Esta conducta de aislamiento corresponde a dos necesidades básicas: la protección de la cría y el establecimiento de lazos entre la madre y su cría. Desde 6 semanas antes del parto pueden evitar el contacto con los congéneres para evitar contactos y brusquedades que afecten al feto. También puede darse porque la hembra es menos ágil y no puede mantener su posición en el grupo. Dos semanas antes evita la lucha por los comederos, comiendo al final o cuando hay pocos animales. También tienden a caminar por la periferia y descansar por más tiempo. Poco antes del parto se aísla, buscando una zona para parir, y prepara todo para recibir a su cría (como se cita en Campuzano, 2015, p.9)
El aislamiento permite el establecimiento del vínculo madre-cría sin intervenciones externas que puedan alterarlo, siendo éste un elemento propio de la conducta materna de los rumiantes.
Una vez nacida la cría, la madre comenzará a reconocer el olor de su cría de 2 a 4 horas luego del parto. Este proceso se inicia gracias que la hembra se ve atraída por los líquidos amnióticos de la cría, incitando a la hembra a lamerla e iniciando el reconocimiento olfatorio. Si bien usualmente inician lamiendo la cabeza o tórax, la mayor frecuencia de lamido se da en la zona perianal, ya que es la zona donde se detecta mejor el olor de la cría. Las feromonas que se emiten permiten a la madre reconocer las características individuales de la cría, por lo que la madre será selectiva al atender a su cría sobre otras. Esto se observa a los 30 minutos de interacción con las crías, y a las 2 horas ya hay una selectividad muy marcada. Se detectan primero señales olfatorias y posteriormente las visuales y auditivas. Debido a esto, en algunos casos se llegan a demostrar comportamientos agresivos frente a crías que no les pertenecen.
La concentración de estrógenos del final del embarazo altera a la madre, por lo que hembras a término o que tienen poco tiempo de haber parido pueden verse atraídas por una cría recién parida, acercándose para lamerlo y olerlo. Si otras vacas se acercan a lamer a la cría, se puede afectar la relación madre-cría debido a que ésta no ingiere adecuadamente los líquidos amnióticos.
Los lamidos estimulan a la cría para incorporarse y amamantarse. La estimulación táctil afianza el vínculo. La madre estimula “el desarrollo fisiológico, sensorial, emocional y social” de su cría gracias a la interacción entre ambos. El vínculo se crea de forma rápida gracias al lamido desencadenado por la ingesta de los líquidos amnióticos y los cambios hormonales. La oxitocina es una hormona importante en los cambios emocionales de la hembra y facilita el vínculo madre-cría. Pero no es el único elemento que interviene, ya que la experiencia también determinará el comportamiento.
En las primeras horas será muy defensiva y protectora, hasta agresiva, y tenderá a ocultar a su cría. La defensa de la cría se incluye dentro de la defensa territorial. La protegen no sólo de amenazas o depredadores, sino también de sus congéneres. En algunas especies criadas de forma intensiva puede haber cierta reducción del comportamiento de defensa por la ausencia clara de depredadores, aunado al ambiente, manejo del personal e instalaciones.
La lactación es el “patrón conductual más importante y marcado dentro del comportamiento materno” (como se cita en Campuzano, 2015, p. 10). Señales de la madre como feromonas, saliva, la lengua y sonidos ayudan a la cría a acercarse al pezón para alimentarse. El vínculo
...