Conocimientos pre-científicos y los medios para su adquisición en la ingeniería agroindustrial

Conocimientos pre-científicos y los medios para su adquisición en la ingeniería agroindustrial

Iván Darío Silva Chaux

Francisco Javier Vargas Velasco

Conocimiento pre-científico

El desarrollo de la ingeniería agroindustrial requiere que los nuevos ingenieros en formación realicen avances constantes y den nuevas innovaciones para generar oportunidades laborales e ingresos, además, de mejorar la calidad de los productos agrícolas, disminuyendo la cantidad de residuos que contaminen el medio ambiente y en satisfacer la demanda de los consumidores. Estos tipos de problemas sociales e individuales han motivado en los ingenieros agroindustriales el desarrollo de la investigación, sea científica o no. Cuando un ingeniero comienza a adquirir un lenguaje e inicia su formación de conceptos científicos sobre la agroindustria, se pregunta sobre el significado de los mismos. ¿Cómo se preservan durante varios días las frutas que son perecederas? Este es el tipo de preguntas que genera una persona que está iniciando su formación en el campo de la ingeniería agroindustrial. En estos ordenamientos se produce una reflexión sobre los conceptos e ideas, las cuales constituyen un requisito para el desarrollo del pensamiento del ingeniero en su formación.

A nivel comunitario o social también se distinguen formas pre-científicas o no-científicas de saber:

a). Saber del sentido común

b). Saber mítico-religioso

Saber o conocimiento del sentido común

Retomando la pregunta anterior, el ingeniero primero debe obtener una gran cantidad de información acerca de las frutas, de que están compuestas, los usos que se le pueden dar a estas, los procesos de maduración, el aporte nutricional que ellas traen, valor comercial, medios de cultivo, etc. Descubrir todas las aplicaciones que se les puede dar a las frutas e ir adquiriendo todas las habilidades para poder transformarlas como materias primas en jugos, mermeladas, compostaje, aromatizantes, bebidas; inventar técnicas de cultivar el suelo y el clima en el que estas se producen. Mediante la adquisición de estos conocimientos el ingeniero descubrirá posibles técnicas para una producción eficiente de frutas. El ingeniero debe adquirir todo este tipo de saberes mucho antes de realizar algún proceso o avance tecnológico en la fruta y así obtener las habilidades y la información adecuada sin la adopción premeditada de modos científicos de conocimiento. A este conocimiento que se genera en el interior del ingeniero y que se genera por el producto de las experiencias pasadas, de tradiciones y hábitos rutinarios, de vivencias e indagaciones le permite actuar con cierta inmediatez, a este tipo de conocimiento se le conoce mejor como sentido común.

El saber del sentido común lo encontramos en reglas empíricas, proverbios y dichos populares: “La imaginación y la experiencia van de la mano” Algunos refranes populares se constituyen en reglas para actuar: “La ciencia puede divertirnos y fascinarnos pero es la ingeniería la que cambia al mundo”

El sentido común ha sido insuficiente para proporcionar alternativas a algunos problemas que los ingenieros han afrontado. Por ejemplo, analicemos el caso de la comunidad que actúa de acuerdo con la regla de que el uso intensivo del abono conserva la fertilidad del suelo. En algunos casos se puede continuar con éxito este tipo de agricultura. Pero también puede seguir la regla ciegamente, a pesar del manifiesto empobrecimiento de la tierra, y por tanto, puede hallarse desvalida frente a un problema crítico de suministro de ciertas frutas y alimentos. 

Es probable que el sentido común sea ignorante de las razones de la eficacia del abono como fertilizante en relación con la química del suelo. Este ejemplo ilustra que el sentido común es un conocimiento que raramente es consciente de los límites dentro de los cuales sus creencias son válidas o sus prácticas exitosas.

La experiencia de otros ingenieros o de los maestros hacia los nuevos jóvenes ingenieros ayuda en su formulación de ideas y conceptos para que el joven inexperto logre fortalecer sus bases de la ingeniería. Del mismo modo es importante recalcar que la adquisición de esta experiencia es fundamental para el desarrollo de saberes, que han evolucionado.

Conocimiento mítico-religioso

La relación entre agricultura y religión nace de la más absoluta necesidad. Los ciclos del cultivo o la fertilidad de las tierras eran unos acontecimientos que los hombres primitivos relacionaban con fuerzas mágicas, pues les parecían a todas luces inexplicables. ¿Cómo entender, por ejemplo, que de una pequeña semilla nace un fruto? ¿O cómo explicar que, después de un duro trabajo, un rayo acabe con una cosecha entera justo antes de recolectar?

El ingeniero agroindustrial, en su afán de dar cuenta al mundo y de sí mismo, ha elaborado explicaciones que lo satisfacen psicológicamente al reducir los temores, supersticiones y la incomodidad ante lo desconocido que hay en la naturaleza, en innovar técnicas de producción, e industrialización de los alimentos y de él mismo.

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