Control de la contaminación del recurso hídrico mediante el uso de bacterias salino resistentes en la isla de San Andrés
Enviado por patriciaabdul • 14 de Febrero de 2022 • Documentos de Investigación • 2.018 Palabras (9 Páginas) • 86 Visitas
Control de la contaminación del recurso hídrico mediante el uso de bacterias salino resistentes en la isla de San Andrés
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Introducción
Como es sabido, las playas de la isla de San Andrés se constituyen en un atractivo turístico debido a su belleza natural y a la inmensidad de sus colores que le confiere un encanto único. Sin embargo, más allá de esto, existe una situación que se relaciona con la calidad del agua costera asociada con la salud del bañista y que se convierte en un foco potencial de enfermedades de transmisión hídrica restándole importancia a la recreación.
La diversidad de peligros en ambientes de aguas recreativas demuestra la necesidad de comprender su relativa importancia para la salud humana así como los costos y recursos necesarios para su control. Los peligros incluyen factores asociados con accidentes (ahogamiento, casi ahogamiento y lesión de la columna); contaminación microbiológica; exposición al calor, frío y luz solar; exposición a productos de algas tóxicas y contaminación química ocasional.
A pesar de lo señalado anteriormente, se ha dado mucha atención a los riesgos de contaminación microbiológica debido a que en últimas, la meta es proteger la salud pública asociada con el uso de las aguas recreativas. Entre los riesgos mencionados, se encuentran las aguas residuales y excrementos. Cabe señalar que estos peligros incluyen también infecciones a la piel, ojos y oídos, producto de la contaminación del agua por materia fecal y por los mismos bañistas afectando a un gran número de usuarios principalmente con la aparición de síntomas gastrointestinales leves.
Sumado a lo anterior, es preciso mencionar que el recurso agua marina se constituye en uno de los más relevantes para su conservación en el ámbito ambiental por el hecho de que es el pilar de innumerables procesos que se llevan a cabo en la naturaleza. Por lo tanto, propender por su manejo e integridad garantizara la sostenibilidad ambiental de la vida en todas sus formas y manifestaciones no como un capricho sino como una cuestión de supervivencia.
Teniendo en cuenta lo anterior, diversos estudios apuntan a que definitivamente los parámetros que marcan la pauta para establecer el grado de contaminación de las aguas, en este caso para fines recreativos, son los relacionados con la calidad microbiológica, ya que esta evidencia los riesgos sanitarios que pueden presentar los bañistas en áreas donde el recurso hídrico se encuentra deteriorado comúnmente con excrementos y aguas residuales domésticas como es el caso de la isla de San Andrés.
Este documento propone a través de un indicador microbiológico, estimar el nivel de contaminación de las aguas marinas y con base en esto, proponer una medida de choque a través de la bioremediación con el fin de mitigar los impactos que se están produciendo hacia las aguas marinas y consecutivamente sopesar los beneficios obtenidos frente a los costos que implica la implementación de esta medida.
Situación actual
El Archipiélago comprende un área de más de 250.000 Km2, de aguas territoriales y zona económica exclusiva de los cuales 70 km2 son islas, 5.000 km2 aguas poco profundas sobre plataformas de islas y cayos con arrecifes ricos en recursos pesqueros y biodiversidad (Márquez et al, 1994); esta conformado por: las islas de San Andrés, Providencia Santa Catalina, numerosos cayos, bancos y bajos (Figura 1).[pic 2]
Figura 1. Localización del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina
Actualmente, la densidad poblacional en San Andrés es crítica, si se compara con lo reportado en el año 1973 cuya densidad poblacional era de 755 personas/ km2, mientras que en 1999 pasó a ser de 1.969 personas/ km2 y una de las más densas en la región caribe, con una población oficial de 53.159 habitantes (DANE 1999).
En los últimos años, se ha notado la proliferación de barrios sub-normales y la inmigración ilegal proveniente del continente (Colombia) en busca de trabajo, por lo que esta situación hace suponer que en el Archipiélago existe una población no oficial de más de 80.000 habitantes. Los habitantes de la isla de San Andrés están dentro de tres (3) grupos: 1) población isleña, 2) residentes inmigrantes de Colombia, y 3) residentes extranjeros inmigrantes de otros países especialmente de centro América, sur América y Europa.
En la isla de San Andrés, el alcantarillado cubre tan solo el 8% del total de la isla, mientras que un 64% utiliza pozos sépticos y el restante no tiene ningún sistema de disposición. El 28% de las fosas sépticas instaladas no cumplen con las características técnicas básicas de este tipo de sistemas de tratamiento, principalmente en lo que respecta a la distancia mínima del fondo con respecto al nivel freático. El manejo inadecuado de estos sistemas, así como la ausencia de los mismos ha producido entre algunos de los problemas más graves, la contaminación de las aguas subterráneas y en consecuencia, la afectación de la calidad de las aguas marinas, por la confluencia de las aguas confinadas del acuífero hacia el mar.
El agua conducida por la red de alcantarillado es dispuesta directamente al mar sin ningún tipo de tratamiento, poniendo de esta manera en peligro la salud pública de las personas que hacen uso de las zonas recreacionales, los ecosistemas estratégicos característicos de estas latitudes y en general, la biota asociada con el ambiente marino costero. Sumado a lo anterior, se encuentra la disposición final de residuos líquidos provenientes de los pozos sépticos que son descargados sin tratamiento alguno a las aguas costeras, la acumulación de basuras y el incremento estacionario de población flotante devenida del turismo.
Desarrollo de la propuesta
Las aguas marinas son un capital natural renovable, sin embargo, este hecho no significa que dejar de lado su conservación y protección garantizará la perpetuación de este recurso a través del tiempo. Al contrario, cumpliendo este recurso con funciones ambientales tan diversas y complejas de manera simultánea, es necesario propender por su conservación y uso de una manera sostenible.
Para esto planteo, la identificación de una clase de microorganismo (enterococos), seleccionado por la EPA para aguas marinas ya que estos son mejores predictores de enfermedades gastrointestinales agudas que los comúnmente “indicadores de contaminación fecal” por sí solos.
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