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Crónica Sáfica


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  1.460 Palabras (6 Páginas)  •  229 Visitas

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Lina Johana Narváez Bejarano.

“Ser lesbiana en una cultura tan supramachista -capitalista- misógina- racista-homofóbica e imperialista, es un acto de resistencia, una resistencia que debe ser acogida a través del mundo por todas las fuerzas progresistas. …La lesbiana, esa mujer "que ha tomado a otra mujer como amante" ha logrado resistir el imperialismo del amo en esa esfera de su vida. La lesbiana ha descolonizado su cuerpo. Ella ha rechazado una vida de servidumbre que es implícita en las relaciones heterosexistas/heterosexuales occidentales y ha aceptado el potencial de la mutualidad en una relación lésbica, no obstante los papeles” (Clarke, 1988).

La lesbiana, juzgada por su conducta “ilegal” en una sociedad hetero-patriarcal, que se encarga de decidir la formación personal para la mayoría de las poblaciones, por el complicado hecho de ser más aceptada, aceptado o “normal”. Antaño el género femenino ha sido violentado, y puesto en tela de juicio, además de ser visto desde una de las posiciones más bajas de las jerarquías creadas por el “macho” humano.

La mujer según una sociedad confesional, es el núcleo familiar, es quien engendra las/los hijas/hijos, siendo ella “propiedad” de su compañero, donde es el hombre el que tiene una posición superior a la mujer, y si no hay una presencia “necesaria” de este en un hogar, no habría ningún orden constituido; en este caso, se pierden todas esas normas morales ya que no se ve un juego en cuanto a repartirse roles (mujer/hembra, hombre/macho) , sino que la pareja sáfica realiza un reparto equitativo de tareas; partiendo de estos roles sociales, que someten estrictamente a la mujer, a desarrollar sus sentimientos y su vida pública, estando relacionada en pareja o grupos (“manadas”) con los machos, evadiendo la atracción entre ellas mismas, para no romper así el papel que se le ha delegado a la mujer en el ciclo reproductivo, como dadora de vida; desde una perspectiva religiosa, siendo obstáculos que se presentan, ya que están arraigados a las costumbres conservadoras de esta y muchas otras sociedades, observando el amor lésbico como una aberración.

Vemos que en todo el mundo, se describe a la familia como “centro social”, donde se parte de un modelo o esquema piramidal, patriarcal, y discriminatorio, teniendo en primer plano al padre, que se encarga de dar órdenes y mantener sumisa al resto de la familia, para tener un pseudo control; se ve a una madre sometida a los deseos paternos y como si fuera poco, a los deseos de las/los hijas/hijos; la familia es como una pequeña sociedad autoritaria y partiendo de esto, notamos como se inculca una segregación por parte de esta, hacia las diferencias en cuanto a orientación sexual, viéndose reflejada esta pauta en las comunidades más jóvenes (colegio, universidades, entre otros) y de esta manera pasando de generación en generación, hasta llegar a un surgimiento continuo de sociedades heteronormativas, que nos “obligan” a seguir unos lineamientos, tales como la identidad de género, infundiendo maneras de vestir, hablar, actuar… dando a entender cosas básicas, como que el color rosa es de mujeres y el azul de hombres, creando patrones de comportamiento para todas y todos, que mientras no se sigan o acaten, no habrá una “estabilidad” pública; si una mujer decide vestirse de cierta manera, tener el cabello corto, llevar pelos en las piernas, axilas y demás, entonces está tomando una posición de “varón” que repudia a una comunidad por ser de un “origen” netamente masculino, por un estereotipo mediático creado de lo que representa “la feminidad” o sin ir más lejos el ser femenina y otra vez volvemos al centro, lo que quieren ver todas y todos en ellas, como deben verse físicamente y cómo actuar frente a las situaciones o incluso la misma cotidianidad, por ejemplo “eres mujer debes ser pulcra, limpia y correcta, no faltes a respeto a los hombres que te rodean no dejes ver el más mínimo rastro de que estas sangrando” como si el cumplir un ciclo menstrual fuese “pecado” o un acto sucio y más si un hombre ve rastros de ello.

Por otro lado vemos como algunas de nosotras somos atacadas injustamente, es el caso de Noxolo Nogwaza quien tenía 24 años de edad, mujer lesbiana y activista LGTB de Kwa-Thema, muy conocida en Sudáfrica, ya que en este tiempo, antes de su muerte fue la encargada, de realizar la segunda marcha del orgullo LGTB. Brutalmente violada y asesinada, encontrada en un callejón de un suburbio cercano a Johanesburgo; se evidenció que había sido víctima de una “violación correctiva” que tiene como objetivo, según los victimarios, “curar” y “castigar” a las mujeres lesbianas de su homosexualismo, siendo este invisible hasta hace poco; ya que se percibe como una amenaza a la cultura tradicional. En el mundo encontramos muchos casos como este, que en la mayoría por no decir que todas las veces han quedado impunes, por el miedo o la simple indiferencia, creando más traumas y estigmas, haciendo que la víctima se crea

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