Cuatro Estilos De Natacion

Los cuatro estilos de natación

Los cuatro estilos de natación son: el libre (crol), espalda, pecho y mariposa y, en todos ellos, el objetivo de la brazada está en culminar la carrera empleando el menor tiempo posible.

Los elementos que influyen en la velocidad de nado son dos: la longitud de brazada y la frecuencia de la misma.

La longitud de la brazada es la distancia que recorre el nadador con el impulso de una brazada. Se mide en metros por ciclo de brazada. Hay distintos factores que influyen en dicha distancia: la fuerza del nadador, las características físicas del mismo, la técnica que emplea para generar la propulsión y para minimizar la resistencia.

La frecuencia de la brazada es la frecuencia con la que el nadador completa un ciclo con sus brazos. Se mide en ciclos por segundo o por minuto (ejemplo: 45 brazadas por minuto). La frecuencia está influenciada por varios factores: la fisiología del nadador, la mecánica de la brazada y el tamaño M del nadador.

La velocidad estará dada por la frecuencia de la brazada en virtud de la longitud de la misma con la sumatoria de la propulsión que sus pies puedan dar. i

Si bien, la combinación de la brazada más larga con la mayor frecuencia daría la mayor velocidad de nado, en los hechos, los nadadores adoptarán diferentes combinaciones de estos elementos de acuerdo a la situación y a sus posibilidades denominándose propia técnica. El equilibrio y la estabilidad en el agua son elementos de importancia en todos los estilos. Un nadador capaz de controlar su postura tendrá mayor facilidad para impulsarse y patear más eficientemente. Al perder el equilibrio, deberá mover sus piernas y brazos de manera improductiva. La estabilidad proviene de los músculos abdominales y lumbares que rodean la masa central del cuerpo. De este modo, el nadador que tenga buena fuerza en la musculatura central será más eficiente en el agua y correrá menos riesgo de sufrir lesiones. La flexibilidad interviene en la capacidad de nadar eficientemente y evitar lesiones. La carencia de flexibilidad en los músculos de los hombros o en la elongación de los pectorales dificulta el recobro de los brazos y produce un estrés adicional en el hombro. Las áreas que requieren mayor flexibilidad son: los tobillos, las rodillas, los hombros y la cadera. Hay muchas cosas que se puede hacer para nadar mejor. Algunas son muy simples y, por eso, les acercamos algunas recomendaciones que mejoran el rendimiento en el agua.

Consejos prácticos:

Nadar con frecuencia: cuando no se nada tres veces a la semana se pierde el acostumbramiento al agua y la técnica comienza a deteriorarse. Esto disminuye considerablemente la velocidad con la que se nada. Si la opción está entre uno o dos entrenamientos largos y tres o cuatro más cortos, es mejor elegir la segunda opción ya que la mayoría de los nadadores logran un mejor rendimiento cuando nadan con frecuencia

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