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Cultura Y Droga


Enviado por   •  16 de Septiembre de 2014  •  1.449 Palabras (6 Páginas)  •  246 Visitas

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Nuestras interacciones sociales desempeñan un papel incluso en el remodelado de nuestro cerebro por medio de la «neuroplasticidad», que significa que experiencias repetidas esculpen la forma, el tamaño y la cantidad de neuronas y sus conexiones sinápticas. Llevando repetidamente nuestro cerebro a un registro dado, nuestras relaciones clave pueden moldear gradualmente ciertos sistemas de circuitos neurológicos”. (Daniel Goleman, 2006)

1.- ¿Qué es la neurosociología?

La neurosociología es una neurociencia, es decir, una de las ciencias que toman como punto de vista teórico el funcionamiento del sistema nervioso , y particularmente del cerebro, en cualesquiera actividades humanas.

Específicamente, la neurosociología intenta comprender el rol que tiene el funcionamiento del sistema nervioso en la interacción del ser humano con su entorno social. La necesidad y utilidad de abordar este punto de vista en relación a lo social aparece ya en la literatura neurológica fundacional, como, por ejemplo, en los escritos de Santiago Ramón y Cajal (1960), pero ha recibido su estatus científico muy recientemente.

En efecto, en los años noventa del siglo XX, dos psicólogos norteamericanos, Gary Berntson y, singularmente, John Cacioppo, director del Centro Cognitivo de Neurociencia Social de la Universidad de Chicago, comenzaron a utilizar la expresión “ social neuroscience” [ neurociencia social] para caracterizar sus investigaciones.

La revista Social Neuroscience (Psychology Press, University of Chicago), cuyo primer número apareció en marzo de 2006, es la publicación de referencia en neurociencia social. En dicho número, los editores afirmaban: “Con raíces en muchas disciplinas, como la neurología, la psicología social, las ciencias del desarrollo, la economía y la psicología cognitiva, la neurociencia social ha alcanzado la mayoría de edad. La Neurociencia Social puede ser ampliamente definida como la exploración de las bases neurológicas de los procesos tradicionalmente examinados por la psicología social. Esta descripción general proporciona un punto de partida desde el cual podemos examinar la conducta social y la cognición. Sin embargo, vemos esta definición como una guía más que como una regla y, como tal, vemos este campo más incluyente que excluyente. Los comportamientos y las cogniciones estudiados bajo el paraguas de lo social son diversos”. Así mismo, añadían que el objetivo de la neurociencia social era “comprender la relación compleja y dinámica entre el cerebro (y sus sistemas afines) y la interacción social, una investigación emocionante y significativa, no sólo para los académicos, sino también para el público en general” (Decety- Keenan, 2006:1-2).

El término castellano neurosociología que incorpora el sentido del original social neuroscience ha sido propuesto por el catedrático de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid Francisco Mora, que en su obra Neuro-cultura afirma al respecto: “Neurosociología es, en esencia, una aproximación a entender los parámetros que rigen las interacciones sociales basadas en la lectura de los códigos con los que funciona el cerebro humano” (Mora, 2007:85).

2.- La emergencia de de la neurosociología.

La neurosociología, en su incipiente formulación actual, no hubiera dado sus primeros pasos sin los notables avances que se han producido en los últimos años en relación a la anatomía y fisiología del cerebro humano. Sólo así han podido tomar cuerpo algunas de las intuiciones formuladas desde el siglo XVIII, con los intentos de la frenología de F.J. Gall y J. C. Spurzheim, pasando por el debate sobre el caso de Phineas Gage (1848) y los descubrimientos de P. Broca y C. Wernicke, Otro tanto podría decirse de la obra de S. Freud y de sus controvertidos discípulos que apuntaron correlaciones entre lo social y lo neuronal hoy en día comprobables empíricamente por medio de la tomografía por emisión de positrones (PET), la magnetoencefalografía (MEG) o la resonancia magnética funcional (fRM).

No obstante, entre las circunstancias que han contribuido más al asentamiento empírico de la neurosociología, se pueden citar tres de particular interés.

En primer lugar , el descubrimiento de una neurona , la célula fusiforme, que actúa más rápidamente que ninguna, guiándonos en decisiones sociales inmediatas, y que ha resultado ser más abundante en el cerebro humano que en el de otras especies animales. En efecto, los humanos tenemos unas cien mil células fusiformes más que, por ejemplo, los primates, siendo, por otro lado, los únicos mamíferos en quienes se han detectado. Estas neuronas fusiformes configuran conexiones particularmente activas entre la corteza orbito frontal y la corteza cingulada anterior del sistema límbico, zonas cerebrales en las que

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