“EL BOSTEZO, ¿CONTAGIOSO?”
Enviado por ricardicho07 • 28 de Agosto de 2015 • Ensayo • 1.155 Palabras (5 Páginas) • 234 Visitas
“EL BOSTEZO, ¿CONTAGIOSO?”
A lo largo de los años, la humanidad se ha caracterizado por su enorme curiosidad de saber cómo funcionan las cosas y el porqué de ellas. Podemos enlistar miles de interrogantes que nos cautivan y nos inquietan en esta vida; pero en esta ocasión nos enfocaremos en una, una situación muy peculiar y que ha todos sin excepción nos ha incitado a preguntarnos la razón por la que sucede, llegando incluso al grado de buscar información detallada sobre ello, tal, es mi caso, por lo que en este ensayo les plasmaré “El bostezo, ¿contagioso?”.[pic 1]
Antes de todo hay que saber cómo se define bostezo, y esto es lo que nos dice Wikipedia: Un bostezo es la acción incontrolada de abrir la apertura bucal, con separación muy amplia de las mandíbulas, para realizar una inhalación profunda a la que sigue una espiración de algo menos de lo inhalado, con cierre final de la boca… es una acción común entre los animales vertebrados. Los mamíferos y la mayoría del resto de animales dotados de columna vertebral bostezan, incluyendo peces, serpientes, tortugas, cocodrilos y aves. [pic 2]
Ahora que ya sabemos que es por definición un bostezo, podemos indagar sobre su origen, como es que este se provoca. He aquí, donde se confrontan opiniones, tanto empíricas como científicas, por lo que citaremos todo tipo de ellas, para así poder llegar a una deducción más clara y concisa.
¿Cómo responde la ciencia a este cuestionamiento? La teoría más famosa es la que dice que el bostezo se realiza como un acto reflejo ante la falta de oxigenación en la sangre, por lo cual el cerebro nos hace bostezar llenando nuestros pulmones de aire. No obstante, esta hipótesis dista mucho de ser correcta.
Siguiendo en la línea fisiológica, las hipótesis o teorías sobre la función del bostezo son múltiples. Desde la creencia que sirve para controlar la temperatura corporal hasta que es causa de un exceso de químicos en el cerebro, las hipótesis se multiplican, y ninguna es del todo sólida y aceptada.
“Las neuronas que producen el bostezo se activan por la acción de la dopamina, aminoácidos excitadores y oxitocina. Se considera al bostezo como un poderoso mensaje no verbal, que tiene diferentes significados y refleja una sensación distinta de la persona. Puede indicar cansancio, estrés, aburrimiento... Puede ser reflejo de descompensación psicológica tras un estado de alerta elevado, o tratarse de un medio de expresión de emociones fuertes como el enfado. Pero sobre todo, puede ser objeto de estudio para conocer la personalidad o la forma de comportarse de los seres humanos: Puede expresar fuertes mensajes asociales.”
[pic 3]
“El bostezo sirve para sincronizar los ciclos de sueño, lo cual mantiene la presunción de que el bostezo es una consecuencia del sueño.” -Esto por citar algunas.
Sin embargo; la “caprichosa” duda portada en algún momento por todos nosotros destaca sobre las demás, la cual se titula: ¿es el bostezo contagioso?
Como podemos notar, esta hipótesis del contagio, contradice la anterior, la cual describe al bostezo como una reacción natural de nuestro cuerpo, una necesidad. Por lo que ahora veremos otro punto de vista que sin duda podría ser el más popular y más aceptado por nosotros.
De igual manera la ciencia nos sigue compartiendo su opinión basándose por supuesto de hechos, investigaciones; apunta que: “Los bostezos se contagian, entre seres humanos y entre los chimpancés. Se han realizado numerosos estudios y experimentos para descifrar las causas por las que el bostezo se contagia. Uno de estos experimentos consistía en realizar dos pruebas a niños de entre 2 y 11 años. La primera prueba consistía en ponerle vídeos en los que aparecía gente bostezando. En la segunda, se les alentaba a leer o escuchar una historia sobre bostezos. Tras estas dos pruebas, el experimento consistía en observar las reacciones de los pequeños. Las conclusiones fueron relevantes: conforme la edad del niño era mayor, aumentaban las posibilidades de reaccionar ante el bostezo. A los niños menores de 5 o 6 años las historias o los videos, no provocaban ninguna reacción.”
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