EL POR QUE DE LAS COSAS
Enviado por deysixD • 26 de Junio de 2015 • 1.258 Palabras (6 Páginas) • 154 Visitas
Son muchos los factores que intervienen en el diseño y planificación de las
explotaciones mineras, lo que hace de ésta, una formidable y complicada tarea, tal vez
sólo superada, por la propia operación minera.
La geología, la extensión y morfología del yacimiento, la distribución espacial de la
calidad y cantidad de los diferentes materiales, la climatología, la hidrogeología e
hidrología, las características geomecánicas de los materiales, la topografía y su relación
con el depósito, los taludes finales de la excavación, los límites de la concesión minera;
las leyes de corte, las leyes medias y los ratios, los ritmos de producción en mina y en
planta, las horas anuales de trabajo, las productividades, los factores de eficiencia, la
flexibilidad de la operación, el número de frentes de trabajo, su longitud, la separación
entre ellos, el grado de selectividad requerida, la dilución, las necesidades de mezclado;
los posibles métodos y sistemas, el tipo, el tamaño y el número de equipos a emplear,
sus necesidades operativas: altura de los bancos, necesidades de espacio en los frentes
de trabajo, pendientes y dimensiones de las pistas; las infraestructuras necesarias, las
inversiones y los costes, las recuperaciones, las limitaciones económicas y financieras
de la empresa, los mercados, los precios, las incertidumbres...; y por si esto fuera poco,
debemos tener en cuenta las diferentes técnicas con las que modelamos estos factores y
sus interrelaciones y, cómo no, el criterio que prevalecerá a la hora de realizar el diseño
y tomar la decisión final: maximizar el beneficio global, o el valor actualizado neto, o
las reservas, o la vida de la explotación, o minimizar el riesgo de la inversión, etc.
No es de extrañar pues, que no exista ningún algoritmo matemático que sea capaz de
encontrar una solución óptima, al menos, si hablamos de este término en un sentido
totalmente estricto y riguroso. Lo que sí que existen, son algoritmos que, una vez fijados
implícita o explícitamente un conjunto amplio de parámetros, y bajo la supervisión del
diseñador o planificador minero, ofrecen distintas alternativas, que resultarán más o
menos operativas o factibles, en función de la cantidad y calidad de los parámetros de
entrada que el modelo pueda aceptar. La rapidez de repuesta de los ordenadores es un
importante estimulante del uso de estos algoritmos, debido al carácter ciertamente
dinámico de los parámetros de entrada del modelo.
En definitiva, es el técnico el que deberá tomar las decisiones más idóneas, y el
responsable último del diseño y planificación de la explotación, mientras que los
algoritmos son solamente herramientas potentes de trabajo, que ni deciden ni aceptan
responsabilidades, sólo calculan.
No es objetivo de este trabajo, entrar en el debate sobre cuál debe ser el criterio
económico a seguir por la empresa, en la toma de decisiones. Asumiremos que el
sumatorio de flujos de caja descontados o valor actualizado neto (VAN), es el indicador
de rentabilidad de la empresa, y que el objetivo principal de ésta, es maximizarlo (Lane,
1988; Runge, 1998; Lemieux, 2000). La definición de las reservas y de la secuencia de
la explotación se hará conforme a esta premisa.
El empleo de algoritmos necesita de un modelo del yacimiento, en forma de bloques
rectangulares tridimensionales, que a su vez pueden estar formados por varios bloques
menores, y que pueden tener en su interior información muy variada concerniente a sus
dimensiones y coordenadas, al tipo y densidad del material al que representa, leyes o
cantidades de metal(es), taludes de la excavación, costes, recuperaciones, precios, etc.
Para cada bloque, toda esta información se condensa finalmente en: 1) el valor neto del
mismo (VN) o suma de los ingresos menos la suma de los costes imputables a la
extracción de ese único bloque, supuesto que este valor es independiente de la secuencia
de extracción; y 2) un fichero de arcos (S), que representa el conjunto de bloques que
hay que extraer, de acuerdo con los taludes de la excavación, para posibilitar la salida
del bloque considerado.
El problema de determinación del hueco óptimo (aquél cuyo VAN es máximo), es en
realidad un problema de determinación de la secuencia óptima de explotación, que
como ya hemos mencionado, no somos capaces de resolver actualmente. Para ilustrar la
gran dificultad de su resolución, acompañamos una formulación del mismo, en términos
de programación lineal, presentada por Caccetta (2000):
( )
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(
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