EL ROBO DE HIDROCARBUROS EN MÉXICO COMO UN PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL

EL ROBO DE HIDROCARBUROS EN MÉXICO COMO UN PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL.

El presente problema de la extracción, transporte y comercialización ilegal del combustible de la red de distribución de Petróleos Mexicanos (Pemex), constituye un conflicto de seguridad nacional de naturaleza dinámica que requiere la constante evaluación de estrategias y acciones para combatir a los grupos delictivos que realizan dichas actividades.

En este sentido, el Grupo Interinstitucional: creado el 19 de septiembre de 2008 para el combate del robo, adulteración, transporte y comercialización ilícita de combustibles, integrado por los titulares de la SSP-PF, Sedena, Semar, PGR-DGCAP, Segob-Cisen, SHCP-UIF, SAT y Pemex, Mismo que se encuentra constantemente evaluando las estrategias y acciones que se deben seguir para combatir con más eficiencia dichas actividades ilícitas que los grupos delictivos realizan en torno a la extracción, transporte y comercialización de hidrocarburos. Esto implica que se encuentra en un constante proceso deliberativo analizando y evaluando la implementación y resultados de estrategias para combatir los ilícitos referidos.

Adicionalmente, en diciembre de 2010, por acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional, se creó una unidad enfocada a la atención del robo de hidrocarburos, con la participación de Pemex, la Policía Federal, la PGR y la Secretaría de la Función Pública. En la misma dirección, diversas instancias de la administración pública implementaron el denominado “Grupo de Coordinación de Instalaciones Estratégicas”, el cual busca la interconexión de las comunicaciones con los centros de monitoreo y alarmas de diversas instalaciones a fin de implementar sistemas de información y comunicaciones de alta tecnología para el combate a la delincuencia. Por último, Pemex ha implementado la “Estrategia Integral de Abatimiento del Mercado Ilícito”, con el apoyo de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría General de la República, la Secretaría de Marina y la policía federal.

PRECEDENTE

En 2014 se detectaron 4 mil 127 tomas clandestinas, 57 por ciento más que en 2013 y se estima, que cada dos horas, la delincuencia perfora los ductos de Pemex para robar combustibles. En 2013 dicho robo ocasionó pérdidas económicas que fueron superiores al presupuesto asignado a la Secretaría de Energía y mayor en 600 millones al presupuesto de la Cámara de Diputados.[i]

Al contemplar la Ley de Seguridad Nacional, en su artículo 5 fracción XII, que prevé como amenazas a la Seguridad Nacional, “actos tendentes a destruir o inhabilitar la infraestructura de carácter estratégico o indispensable para la provisión de bienes o servicios públicos”. Y del acceso a la información en materia de seguridad nacional el artículo 51 de la misma en su fracción II “Aquella cuya revelación pueda ser utilizada para actualizar o potenciar una amenaza”.

El director general de Pemex, Emilio Lozoya, calificó la tendencia de “preocupante”. Más de una quinta parte de las extracciones ilegales se perforaron en Tamaulipas, Estado vecino de Texas y que es clave para los proyectos futuros del sector en México. Sólo en lo que va del año, se han detectado 2 mil 932 tomas clandestinas en contra de Pemex y, por tanto, en contra de México.

Las tomas clandestinas representan un problema para todos los Estados de la República, pero aún más para los Estados donde están ubicados los ductos que trasportan el hidrocarburo, las bandas o grupos de personas que realizan esta actividad tienen bien identificadas las tomas y las redes de distribución del hidrocarburo y esto provoca que sea más complicado el combatir este delito.

La ordeña de los poliductos impacta de diversas maneras, por eso se ha convertido en un tema de seguridad nacional, que involucra una red de corrupción pública y privada y que a Petróleos Mexicanos le ha llevado a desembolsar mil millones de pesos para remediación ambiental. Basta recordar lo sucedido en el río San Juan de Monterrey, Nuevo León, la explosión de San Martín Texmelucan, Puebla, que dejó 30 muertos.

Existe la firme convicción y el conocimiento de que el robo de combustible es una de las formas de cómo la delincuencia organizada, asociada a grupos fuertemente armados está financiándose.

Los costes y riesgos se incrementan para el país puesto que el crimen organizado cada vez utiliza herramientas y procesos más sofisticados para estos ilícitos, mientras tanto Petróleos Mexicanos debe cumplir con sus compromisos de abastecimiento de combustible en las zonas afectadas, pero los tiempos de reparación de los ductos toma por lo menos 12 horas y esto afecta severamente los tiempos de entrega, ya que el abastecimiento se debe de hacer con autotanques, incrementando costos y riesgos en carretera.

Las pérdidas afectan al Estado mexicano, ponen en riesgo programas sociales y dependencias gubernamentales, ya que el daño patrimonial por la sustracción ilegal que se realiza a través de tomas clandestinas, representa una pérdida aproximada de 40 mil millones de pesos al año.

Lo atractivo para el crimen organizado radica en que el 82 por ciento de la producción nacional de combustibles automotores se transporta por ductos y el valor del mercado de gasolinas asciende a 428,000 millones de pesos.

Cada vez que roban combustible, no sólo están cometiendo un delito; también están poniendo en peligro la seguridad nacional, al generar un mayor riesgo de fuga o incendio que expone a las comunidades aledañas a las instalaciones de Pemex.

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