El Alquimista Errante
Enviado por lvmc • 25 de Mayo de 2013 • 1.249 Palabras (5 Páginas) • 4.038 Visitas
El alquimista errante, se trata bueno sobre la vida y obra de Phillipus Aureolus Teophrastus Bombastus ab Hohenheim después se cambia el nombre por Paracelso era un médico, alquimista, astrólogo y profeta de origen suizo que por primera vez cambio con la idea de que la alquimia era una práctica mística para lanzar propuestas que la convertirían en una ciencia con aplicaciones concretas como la farmacéutica. Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la mineralogía. Viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia. Produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad.
Paracelso cuando tenía 9 años, tuvo un gran conflicto con una pesadilla, porque no pudo reprimir el escalofrío que sentí cuando vio que una hechicera degollara a un gato blanco, luego dejar escurrir su sangre en una olla colocada sobre el fuego, y al final dejo caer la cabeza del gato y decía palabras mágicas. Solo le faltaba el último ingrediente, el cabello rubio de un niño. Prácticamente estaba paralizado ya que no podía pedir auxilio, ni mucho menos correr para escapar de la choza del miedo al ver que la bruja se le acercaba para córtale los primeros cabellos de aquel niño. Despertó en su habitación todo sudado con el corazón agitado y su madre consolándolo amorosamente, mientras su padre que era médico le aplicaba compresas de agua fría en la frente.
Una semana después de lo ocurrido y aquel niño se encontraba en una celda un monasterio de Villach, escuchando su maestro Tritemius hablando de brujas y sus aquelarres, tema que inquietaba a Phillipus (era muy observador, y aprendía muy rápido) fue ahí que se convirtió en un seguidor de la alquimia. Que más tarde se llamaría Paracelso.
En el siglo II, cuando apenas se desarrolla la alquimia, se produce el periodo de mayor expansión y equilibrio del imperio romano, bajo la dirección de Trajano y su sucesor, el tolerante emperador Adriano.
Surgen los primeros talleres de trabajo, donde estas técnicas egipcias se enriquecen con las aportaciones y descubrimientos de los buscadores del secreto, y es importante destacar que allá en Alejandría, en el siglo I, una mujer inscribió su nombre en la historia al descubrir un método para calentar las sustancias sin ir más allá de lo que permite el agua hirviendo, descubriendo genial que permitió destilar a temperatura constante cuando aún ni se planteaba que era la temperatura. El popular “baño maría” recibe su nombre de esta alejandrina famosa, llamada también Miriam y en algunos textos esotéricos “princesa saba”.
Estaba contra la idea que entonces tenían los médicos de que la cirugía era una actividad marginal relegada a los barberos.
Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la mineralogía. Fue conocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su nombre, llamándolo zincum. Viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia. Produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad. Otro aporte a la Medicina moderna fue la introducción del término sinovial; de allí el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones. Además estudió y descubrió las características de muchas enfermedades (sífilis y bocio entre otras) y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio. Se dice que Paracelso fue un precursor de la homeopatía, pues aseguraba que «lo parejo cura lo parejo» y en esa teoría fundamentaba la fabricación de sus medicinas.
Su filosofía como la de todos los grandes del Renacimiento tenía sus raíces en el mundo clásico y encontramos la huella del neoplatonismo en su constante anhelo por elevar y
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