El caso de la contaminación de los vehículos en México

Introducción

En este trabajo se aborda el caso de la contaminación de los vehículos en México relacionando con cada uno de los 16 capítulos del libro inteligencia ecológica de Goleman  cada una de los capítulos estará relacionado con una parte del caso práctico,  enfocado principalmente a la cadena de suministros, el caso es de gran importancia porque en esta era se busca reducir el impacto ecológico de las actividades productivas y usar practicas sustentables dentro de las empresas automotrices. El consumidor la mayoría del tiempo no se percata de las consecuencias  al comprar cierto tipo de producto como por ejemplo, cuanta material se usó para construir el producto o si los trabajadores  tienen condiciones de trabajo adecuadas

Marco teórico

Capítulo 1 el precio oculto de lo que compramos

En este mundo de materialista del ser humano, tiene un precio oculto. Los consumidores muy pocas veces se percatan  de que lo que consumen llevan otros costos, el daño al medio ambiente, a los efectos a su salud física que acarrea el consumir ciertos productos y las condiciones  de trabajo en que las personas realizan su trabajo para realizar ese producto (Goleman, 2009).Todo lo que se produce y consume tiene un costo que no se ve por ejemplo en caso práctico del precio oculto que ocasionan los vehículos impulsados por gasolina en el país de México por ejemplo en 2010 las importaciones de gasolina fueron de 148,481 mil millones de pesos, equivalente al 28% de las exportaciones totales de petróleo del país además se estima que las pérdidas anuales por congestión vial ascienden  200 mil millones de pesos anuales.

En México 18% de las emisiones de CO2e de México son generadas por los automóviles particulares, el cual le cuesta al país hasta el 6% del PIB. Además de un costo oculto económico existe un costo al ambiente, el 95% del consumo de gasolina en México es destinado al autotransporte. A nivel urbano los vehículos son fuentes principales de contaminantes, se estima que contribuyen en promedio al 95% de las emisiones de CO, al 73% del NOx y al 15% de SO2 (Ramirez, 2012)

En México más de 34 millones de personas están expuestas a mala calidad del aire, debido en su mayor parte a la contaminación generada por los automóviles. Se estiman 14,734 muertes relacionadas con la mala calidad del aire en 2008 de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. Anualmente mueren 24 mil personas a causa de los accidentes viales y más de 40 mil padecen alguna consecuencia negativa. Estos causan un gasto de 126 mil millones de pesos al año, lo que representa el 1.3% del PIB nacional. (Ramirez, 2012)

En suma, el incremento del uso del automóvil en las grandes ciudades mexicanas erosiona las ventajas económicas de vivir en una ciudad, generando pérdidas de miles de millones de pesos anualmente. Esta dependencia fragmenta, del mismo modo, el espacio urbano que se  le daría otro uso. (Ramirez, 2012)

El problema es que se observan las políticas públicas que privilegian el uso del automóvil, mediante la construcción de pistas urbanas, más subsidios a las gasolinas y al estacionamiento, y la eliminación de las tenencias.

Ante esta situación es urgente implementar políticas que tengan como objetivo la reducción del uso de vehículos en áreas urbanas como una opción viable, posible y deseable en nuestro país.

Capítulo 2 “verde no es más que un espejismo”

Es común ver un exceso de automóviles y otros vehículos que funcionan a base de gasolina en las ciudades, así como también cada vez es más común ver menos gente utilizando el transporte público o medios sustentables como la bicicleta. El problema es que el cliente simplemente se basa en si su vehículo contamina mucho o poco y con base en eso toma su decisión, sin embargo un aspecto muy importante que pasa por alto es el referente a la contaminación causada en todo ciclo de vida de su automóvil.

Los automóviles contaminan de una forma específica: “Las emisiones procedentes de los escapes de estos vehículos contienen monóxido de carbono, hidrocarburos y óxidos de nitrógeno que son liberados a la atmósfera en importantes cantidades; son los componentes del «smog oxidante fotoquímico»” (García, 1986). Y generalmente el cliente basa su decisión de compra en si estas emisiones son, o no, dañinas para el ambiente, olvidándose por completo del daño que estos vehículos causan durante su ciclo de vida.

El análisis del ciclo de vida se mide como dice Guzmán “La unidad funcional es el elemento clave del ACV y ha de ser definido claramente. Es la medida de la función  del  sistema  estudiado y  da  una referencia de cuáles  son  las  entradas y salidas  relacionadas.  Esto permite la comparación de dos sistemas diferentes” (Guzmán, 2007). Este análisis nos permite determinar el daño que determinado producto hace al ambiente “El concepto del ciclo de vida propone visualizar de manera global el impacto sobre el medio ambiente de las diferentes etapas por las que pasan los productos, procesos o actividades de nuestra sociedad, es decir, desde la extracción de las materias primas necesarias para su fabricación hasta su etapa de fin de vida” (Anónimo, 2006)

Si tomamos en consideración todo este proceso nos damos cuenta que en todo el daño ecológico que hay detrás de la fabricación los automóviles, aun y cuando es menor en comparación al que causa el mismo automóvil, no deja de ser una variable importante así que es importante saber estrategias que  ayuden a minimizar este impacto ambiental como “facilitar el acceso a las piezas de alto valor, emplear técnicas de unión que sean compatibles en el proceso posterior de reciclado, facilitar el desmontaje y la posterior limpieza (descontaminación) de las partes desensambladas”(Viñoles, 2010).

La otra cara de la moneda es lo que debe hacer la industria automovilística para reducir este daño y esto se podría lograr como dice la DOCE:” La  mejora  continua  orientada  a  la  optimización  en  la  utilización  de  los  recursos  debe comenzar  en  el  diseño  de  un  nuevo  modelo de  vehículo.  Desde  el  punto  de  vista  del  diseño, para  conseguir  que  se  cumplan  las  exigencias  de  la  Directiva”(DOCE, 2012). El cliente debe empezar a exigir como prioridad que no solamente el vehículo el cual quieran comprar les garantice que no contaminara el ambiente, sino que también todo el proceso de ciclo de vida desde la fabricación de las primeras tuercas del auto lo sea, en ese momento las empresas empezaran a preocuparse por mejorar sus procesos.

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