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El origen de la bioética, sus objetivos


Enviado por   •  17 de Febrero de 2015  •  Trabajo  •  2.873 Palabras (12 Páginas)  •  250 Visitas

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BIOETICA

JULIO 14 DE 2014

INTRODUCCION

Podemos definir a la bioética como una interdisciplina, la cual analiza y regula la conducta humana en tanto a su vida misma, su salud y la responsabilidad que tiene con respecto a la vida de otras especies y el entorno. Se puede dividir en tres vertientes: bioética humana, bioética animal y bioética ambiental.

Se puede considerar a la bioética como un conocimiento práctico que reflexiona sobre los límites lícitos de las intervenciones del hombre sobre la vida, a través del desarrollo de la ciencia y la tecnología. Su significado es muy amplio, pues se ocupa no sólo de aspectos teóricos y prácticos de la medicina, sino de todo lo relacionado con la vida, no sólo del ser humano, sino de todas las especies vivas y del entorno, del escenario, de la biodiversidad del planeta Tierra. La bioética contempla asuntos que interesan a casi toda la gama de estudiosos de fenómenos relacionados con la vida del ser humano.

Existe otro planteamiento que se suma a lo anteriormente expuesto y es en relación a las intervenciones sobre la vida humana, centrándose en los problemas médicos y los problemas que surgen del desarrollo de la biomedicina. Obteniendo las siguientes clasificaciones: Bioética general (Aporta el discurso sobre los valores y los principios originarios, constituye las fuentes documentales), Bioética especial (Analiza los grandes problemas, de reciente creación y los habituales, siempre bajo un perfil general, tanto en el campo médico como el biológico) y Bioética Clínica (Aplica las teorías éticas y principios generales, adaptados a casos clínicos concretos, y a la búsqueda de indicaciones para la acción).

De esta forma, se percibe a la persona humana como poseedora de una esencia, por así decirlo, además de cuatro dimensiones inseparables y que se manifiestan de diversas maneras en su existencia: biológica, física, psicológica y trascendental o espiritual.

En este caso, el ejercicio ético deriva de la formación de un carácter que permite al médico reconocer lo que beneficia a un enfermo o a su familia, pero también sirve de base para todas las demás aplicaciones de la bioética (animal, ambiental) para un actuar libre e independiente de los mandamientos de una religión o lo que dicten las costumbres.

Aparentemente, la bioética nació hace 44 años, y hasta hace poco, sólo unas cuantas personas conocían el significado de esta palabra.

La atribución de la palabra bioética se lo disputaron durante un tiempo el bioquímico Van Rensselaer Potter y el Kennedy Institute of Ethics de la Universidad de Georgetown en Washington. El crédito finalmente se le dio a Potter, quien la usó por primera vez en 1970. Sin embargo, existe también la posibilidad de que la paternidad de dicho concepto sea atribuible al alemán Fritz Jahr, quien en 1927 publico una editorial en una revista llamada “Kosmos”, el título de la publicación fue “Bio-ética: una panorámica sobre la relación ética del hombre con los animales y las plantas”.

Al estar formada por dos raíces que no especifican si la vida estará sobre la ética o viceversa, la bioética queda un poco ambigua, pero precisamente esa supuesta ambigüedad, es la que la hace grande y muy actual. Lo importante del nacimiento de la bioética, es haber propuesto un puente entre la cultura científica (relacionada a la vida y al medio ambiente) con la cultura humanista (enfocada principalmente a la ética clásica). Todo esto fue propuesto con el fin de orientar la investigación científica al servicio de la humanidad.

Cuando se habla de los orígenes de la bioética, necesariamente tenemos presentes los momentos más importantes en la vida del ser humano: la concepción y la muerte. También nos damos cuenta de que en el mundo actual, debido al crecimiento gigantesco de la población, los servicios médicos han ido haciéndose cada vez más costosos y deshumanizantes, y la relación médico-paciente, que es tan antigua como la propia medicina, ha perdido la dimensión real entre los seres humanos, sabemos que el código hipocrático llevó a beneficiar al paciente y a no causarle daños. Sin embargo, hoy en día las nuevas tecnologías han hecho que aparezcan serias dudas sobre lo que resulta o no beneficioso para los pacientes.

Cuestiones de gran trascendencia en la historia de la humanidad, que también deben ser tomados en cuenta cuando se habla del nacimiento de la bioética, son la disminución de la mortalidad infantil y la prolongación de la vida del hombre, a expensas de controlar las infecciones y desarrollar una medicina preventiva. El final de la vida ha cambiado también y las técnicas de soporte vital ahora quieren mantener vivos a pacientes en estados vegetativos, lo que crea conflictos entre los padres, los religiosos y los médicos. A la par, el hábitat mundial se deterioró y empezó una erosión de enormes proporciones en el planeta, así como la contaminación de la tierra, de la atmósfera, del aire y del agua.

Con este panorama y el materialismo indiscriminado que nos caracteriza en la actualidad, que han venido involucrando a muchos participantes en investigaciones médicas poco éticas, así como a diversos grupos de científicos, legisladores, religiosos, filósofos, eticistas y personas preocupadas por el bien de la sociedad, se ha comenzado a formar instituciones donde pudiera enseñarse la disciplina de la bioética.

Sin lugar a dudas, la bioética puede y debe popularizarse en el mundo, debido a que los medios masivos de difusión presentan a diario los nuevos avances de la ciencia. Esto ha hecho que el ciudadano común esté relativamente bien informado sobre la biotecnología, la ingeniería genética, la viabilidad de los embriones guardados a bajas temperaturas, el aborto, las nuevas formas de fertilización humana, la utilidad de las células madres, el uso generalizado de trasplantes de órganos, la clonación de seres vivos, y los últimos adelantos del genoma humano considerado patrimonio de la humanidad.

Actualmente el ciudadano común está al tanto de la violencia y de la tortura practicada a diversos grupos humanos, así como del daño producido contra el medio ambiente, que está poniendo en peligro la supervivencia de nuestro planeta. Durante algunos años, la ciencia y la tecnología se divorciaron de la ética, y ésta misma se ha visto relegada al pensamiento e ideas de los filósofos, que en muchas ocasiones estuvieron alejados de la realidad del desarrollo científico.

Durante la segunda mitad del siglo XX, con la aparición de varias declaraciones universales y de códigos de moral médica, se tomaron en cuenta los derechos de las personas que iban a ser sometidas a investigaciones y la humanidad empezó una nueva etapa

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