El proceso de evaluación del alumno
Enviado por eusebiochevo1 • 26 de Mayo de 2013 • Trabajo • 714 Palabras (3 Páginas) • 388 Visitas
En términos prácticos, evaluar a un estudiante (o en su caso a un docente) es una tarea relativamente fácil: basta con elaborar una prueba con una serie de preguntas sobre un tema de interés, administrarla, calificar las respuestas, calcular el porcentaje de aciertos, e interpretar los resultados con base en una escala predefinida (por ejemplo, del 0 al 10).
Esto es lo que hacen los profesores en su salón de clases, de cualquier nivel educativo, y nadie duda de la validez del procedimiento utilizado, de los resultados obtenidos, de su interpretación, ni de las decisiones educativas que se toman (por ejemplo, aprobar o reprobar a un estudiante).
Sin embargo, cuando se trata de evaluar las competencias escolares de los estudiantes en un estado o un país, como lo hacen la SEP con ENLACE, el INEE con Excale y la OCDE con PISA, la metodología de evaluación se torna sumamente sofisticada, en la que interviene una gran diversidad de expertos: desde especialistas en currículo y enseñanza de contenidos específicos, hasta especialistas en psicometría y análisis de datos. En las evaluaciones de gran escala se desea asegurar que los resultados de las pruebas sean válidos y confiables, sus interpretaciones correctas y las decisiones pertinentes.
De acuerdo con la tradición psicométrica estadounidense, validar la interpretación y uso de los resultados de las evaluaciones es valorar la racionalidad o argumento en que se sustentan las conclusiones sobre los resultados de una evaluación. En última instancia, la necesidad de validación se deriva de la exigencia científica y del requerimiento social de que se justifiquen las decisiones que se tomen.
Por lo general, la calidad de las evaluaciones se juzga con criterios científicos. Desde esta perspectiva, la preocupación principal es la exactitud de los resultados de las evaluaciones, en términos de su semejanza con el verdadero atributo que se mide (por ejemplo, comprensión lectora). Un segundo elemento de preocupación es la consistencia (o precisión) de los resultados. La exactitud se asocia con la noción de validez y la consistencia con el concepto de confiabilidad. La perspectiva científica ha sido muy fructífera y base del desarrollo de las teorías y prácticas actuales de la evaluación educativa. Sin embargo, no es la única óptica que puede adoptarse cuando se trata de evaluar a personas con propósitos públicos, sobre todo cuando los resultados tienen consecuencias duras. Incluso para muchas personas esta perspectiva no es la más natural e importante. De acuerdo con el psicómetra Michael Kane, en los Estados Unidos han emergido al menos otros dos puntos de vista: el de los usuarios (personas evaluadas) y el de los funcionarios públicos (tomadores de decisiones).
Para los usuarios, las evaluaciones se consideran concursos o competencias que se quieren ganar; los estudiantes o profesionistas
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