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Emergencia Y Desastre


Enviado por   •  11 de Marzo de 2014  •  6.851 Palabras (28 Páginas)  •  250 Visitas

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DESASTRES: GESTIÓN DE LA AYUDA HUMANITARIA

Gestión de Riesgos es: Planificar el desarrollo de las comunidades tomando en cuenta las amenazas que las hacen vulnerables

La ayuda humanitaria en caso de desastre aparece ,en la mayoría de los casos como una reacción sensible y emotiva , sincera y honesta, que promueve en el interior de cada ser humano la solidaridad con aquellas personas que están viviendo las consecuencias de un grave evento de origen natural o antrópico-tecnológico.

Esa ayuda puede ser también -según experiencias aquilatadas- un problema más para la situación de emergencia que vive una comunidad. Enviar donaciones, sin saber en realidad qué es lo que se precisa en el lugar del desastre, provoca una serie de inconvenientes que pueden alterar las acciones de respuesta. Hay que afectar personas que , por ejemplo, deben clasificar, verificar, descartar , etc. los envíos y que quizás desconocen los procedimientos a seguir para que esa ayuda sea eficaz y llegue a satisfacer las reales y urgentes necesidades de los damnificados y damnificadas por un desastre.

Varios organismos internacionales se han preocupado, desde su experiencia en evaluación de daños y análisis de necesidades, en emitir recomendaciones en estos casos en los que, enviar lo que después de debe desechar, hace perder tiempo y tambièn dinero a las instituciones y la comunidad.

Reproducimos algunas reflexiones y sugerencias de la OPS/OMS:

"Las donaciones en algunos casos se convierten en un dolor de cabeza por no ser necesarias, no ser requeridas, no tener ninguna utilidad, o no existir capacidad de organización para su recepción y administración"

"Para hacer más eficiente y rápida la asistencia de los afectados y su pronta recuperación, la OPS/OMS recomienda tomar en cuenta y difundir a la comunidad nacional e internacional algunos principios generales:

- El objetivo de una donación es responder a las demandas expresadas por los afectados. Por tanto, es necesario ajustar lo más posible las donaciones a la evaluación de necesidades realizada por el país y sus autoridades.

- No se recomienda estimular el envío de vestimenta usada (ropa, zapatos, etc.), de alimentos caseros perecederos o medicamentos con fechas de caducidad próximas o ya pasadas.

- Siempre que sea posible, se deben estimular las donaciones en dinero. Ello permite realizar compras locales y ahorrar tiempo, recursos logísticos en almacenamiento y transporte.

- Las necesidades de la población afectada no solo existen al momento del impacto, se extienden al periodo de recuperación y reconstrucción. No es más eficiente la donación que llega primero, sino la que responde mejor a una necesidad probada.

La gestión del riesgo de desastre es un proceso social complejo cuyo fin último es la reducción o previsión y control permanente del riesgo de desastre en la sociedad, en consonancia con, e integrada al logro de pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial sostenibles. Cuando el problema (desastre) rebasa la capacidad de respuesta socio organizacional local, la acción humanitaria que proviene del exterior puede tener una orientación humanitarista versus humanitarianista. En este se ensayo se contrastan ambas perspectivas abogándose por el empleo de la humanitarianista, cuyo eje central se basa en el respeto los derechos de los ciudadanos afectados y en la búsqueda de la corresponsabilidad y el involucramiento social en la solución de los problemas.

La capacidad de respuesta socio-organizacional es la combinación de todas las fortalezas y recursos disponibles dentro de una comunidad, sociedad u organización que puedan reducir el nivel de riesgo o los efectos de un evento o desastre. El concepto de concepto de incapacidad puede incluir medios físicos, institucionales, sociales o económicos así como cualidades personales o colectivas tales como liderazgo y gestión. De ahí que la capacidad de respuesta ante los desastres pueda también ser descrita como aptitud para solventar problemas.

La gestión del riesgo de desastre es “un proceso social complejo cuyo fin último es la reducción o previsión y control permanente del riesgo de desastre en la sociedad, en consonancia con, e integrada al logro de pautas de desarrollo humano, económico, ambiental y territorial sostenibles. Admite en principio, distintos niveles de coordinación e intervención que van desde lo global, integral, lo sectorial y lo macro-territorial hasta lo local, lo comunitario y lo familiar”.

Un desastre requiere de ayuda externa, cuando la comunidad no puede por sí misma hacer frente ante los fenómenos adversos. Es en estos momentos que la acción humanitaria se hace presente a través de sus actores.

La naturaleza y la actuación de la respuesta humanitaria ante las situaciones de desastres presentan dos variantes que contrastan en su labor: Humanitarismo versus Humanitarianismo

El Humanitarismo parte de la concepción humanista tradicional de prestación de ayuda a los necesitados. Bajo una visión caritativa y paternalista de la prestación otorga el socorro inmediato y la ayuda que considera prioritaria a las víctimas de los desastres, conceptualizando a las personas como objetos sin esperanza que inspiran compasión. Atiende por tanto las manifestaciones sintomáticas del desastre pero lo desvincula de un mecanismo complejo multicausal, por lo que no atiende sus consecuencias posteriores, ni evita situaciones futuras.

El Humanitarianismo es un cambio conceptual y dinámico, que basa su actuación en la defensa y garantía de los derechos de las personas afectadas, proporciona por tanto el apoyo requerido para que los ciudadanos hagan frente a las condiciones negativas y adversas que requieran de inmediata y mediata atención. Los individuos afectados por los desastres son vistos como sujetos demandantes de atención en la que se procura la corresponsabilidad.

La acción humanitaria en tales casos no solo proporciona la asistencia para sobrevivir con dignidad, sino que también proporciona protección (seguridad a los afectados) incidiendo en los riesgos de desastre al construir en la gestión local mediante la abogacía y el cabildeo, a la par que evidencia la diferenciación cultural que suele hacerse de la atención humanitaria entre géneros y segmentos poblacionales. Al respecto es conveniente señalar que en determinados contextos socioculturales las mujeres no son escuchadas y su involucramiento en la búsqueda de respuestas ante los desastres es relegada.

Habrá de tenerse en cuenta que la recuperación ante los desastres es màs rápida cuando se construye sobre organizaciones locales y que la capacidad de resiliencia∗∗ depende de la inserción social

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