Enfermedades Patológicas
Enviado por Papirruqui • 10 de Septiembre de 2014 • 4.190 Palabras (17 Páginas) • 472 Visitas
Introducción
En este trabajo se expondrán criterios y aspectos de relativa importancia acerca de algunas enfermedades patógenas, como lo son la anemia infecciosa equina, la enfermedad de Chagas, Lupus Eritematoso, Cestodosis en aves, fotosensibilización en rumiantes, Erisipela porcina, Piedra Negra (clostridiasis), Pasteurelosis en pequeñas especies, Ectima Contagios y Tuberculosis, incluyendo una breve introducción acerca de la naturaleza de la enfermedad, cómo actúa en el organismo del animal y los signos clínicos que presenta, así como también la manera de combatir las enfermedades y medicamentos y procedimientos recomendados para tratar las mismas, al igual que cómo prevenirlas.
Justificación
La realización de esta investigación me proporcionará los conocimientos básicos acerca de las enfermedades antes mencionadas, las cuales son de relevancia en medicina veterinaria y es necesario conocer acerca de éstas para mi formación profesional.
Objetivos
Los objetivos de esta evidencia abarcan la adquisición de conocimientos acerca de enfermedades patógenas que tienen importancia en el campo de medicina veterinaria, incluyendo el mecanismo de la enfermedad a nivel fisiológico y por su puesto patológico; conocer acerca de cómo se puede tratar la enfermedad y los procedimientos adecuados para curarla, si es que es una enfermedad curable; conocer los medicamentos para combatir cada una de las enfermedades presentadas en esta evidencia.
Anemia infecciosa equina
Es una enfermedad de los equinos, causada por un virus y transmitida principalmente por insectos picadores y hematófagos; es una enfermedad que presenta distribución mundial. Se caracteriza por anemia, fiebre intermitente, depresión marcada, debilitamiento progresivo, pérdida de peso y edema. El periodo de incubación es de 2 a 4 semanas. La enfermedad presenta signos agudos, subagudos, crónicos y latentes.
En la forma aguda de la enfermedad, la temperatura asciende repentinamente a 41 o 42 °C o más; el animal presenta ataques febriles frecuentes que rápidamente pueden causar la muerte. Si los ataques disminuyen en frecuencia e intensidad se presentan las fases subagudas y crónicas de la enfermedad. Después de los ataques que duran tres o cinco días, la temperatura regresa a la normalidad, sin embargo presenta anemia.
Otros signos que se pueden presentar en la fase aguda son; inapetencia, pulso acelerado, depresión marcada, incoordinación, debilidad del tren posterior, cambios frecuentes de posición de los miembros locomotores, micción frecuente, heces sanguinolentas, congestión y coloración amarillenta de la conjuntiva, petequias sublinguales y nasales y descenso en el número de glóbulos rojos. Las lesiones anatómicas son: anemia, emaciación, ictericia, edemas subcutáneos de las regiones ventrales del cuerpo, región inguinal, extremidades y en las cápsulas de algunos órganos internos. Ocurren constantes hemorragias en membranas y mucosas, el corazón aumenta de tamaño y los ventrículos se dilatan. El hígado se presenta aumentado de tamaño en la fase aguda y subaguda, en la fase crónica se encuentra atrófico de color rojizo oscuro. El bazo aumenta casi dos veces su tamaño y es de color púrpura rojizo (en la fase crónica se encuentra atrófico). Los riñones aparecen edematosos con hemorragias y las diáfisis de los huesos largos contienen áreas grandes de la médula ósea roja edematosa con focos activos de hematopoyesis. Los cambios patológicos que se presentan en el sistema nervioso central corresponden a una meningoencefalomielitis.
Para diagnosticar la enfermedad también se pueden hacer pruebas serológicas como la prueba de McLegan, reacción de Hanger para el colesterol o pruebas de seroneutralización y pruebas de anticuerpos fluorescentes, entre otras...
No existe un tratamiento específico alguno. Para facilitar la recuperación clínica del animal puede administrarse transfusiones sanguíneas y drogas estimulantes de la hematopoyesis. Para prevenirla pueden tomarse algunas medidas como usar agujas limpias y esterilizadas, desinfección periódica con formol y aplicación de insecticidas en las caballerizas, someter a los animales a análisis clínicos constantemente y evitar el uso de atalajes o arneses que causen laceraciones en la piel del animal.
Enfermedad de Chagas
La enfermedad de Chagas es producida por el protozoo flagelado Trypanosoma (Schizotrypanum) cruzi. Los vectores más importantes son Triatoma infestans en Perú, Pastrongylus megistus en Argentina, Brasil y Paraguay, y Rhodnius prolixus en América del sur, central y México. El vector de infecta cuando toma sangre de un mamífero infectado e ingiere tripomastigotes.
Entre los animales domésticos el gato y el perro son los huéspedes comunes e importantes del parásito. Los signos clínicos en animales por lo general son arritmias auriculares y ventriculares, bloqueos de AV de segundo grado, bloqueo de haz derecho y dilatación de las cámaras derechas del corazón. La fase aguda ocurre entre 5 a 42 días después de la infección, manifestándose con fiebre moderada, edema palpebral, hepatomegalia pronunciada, diversas adenopatías, perturbaciones cardíacas y alteraciones nerviosas.
La fase aguda dura entre 10 y 30 o más días y progresa luego de forma indeterminada, que puede prolongarse durante años sin manifestaciones clínicas. Los perros con infecciones experimentales agudas han mostrado alteraciones de las neuronas del plexo de Auberach y miositis del tercio del tercio inferior del esófago. La forma crónica se manifiesta por miocarditis.
Los métodos de diagnóstico específico de la enfermedad consisten en la identificación directa del parásito o en la búsqueda de ls reacciones inmunológicas correspondientes. La observación directa puede hacerse con sangre fresa entre lámina y laminilla o en frotis delgados o gruesos teñidos con Giemsa. Un método más eficiente es el método de Strout, en el que se deja coagular la muestra de sangre, se centrifuga el suero a baja velocidad para eliminar el resto de las células sanguíneas y luego a alta velocidad para concentrar los tripanosomas, y por último, se observa el sedimento. Dada la presencia de T. cruzi en la sangre, la demostración directa se utiliza preferentemente en la fase aguda y las pruebas inmunológicas en las fases indeterminadas y crónica.
Las drogas disponibles para el tratamiento de la enfermedad en fase aguda son tóxicas e inciertas para erradicar la infección y tampoco existe un tratamiento curativo para la infección crónica. Pero puede ser tratada con antiparasitarios; el tratamiento antiparasitario es más eficaz al comienzo, antes de
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