Ensayo Sobre Enfermedades De La Cabeza
Enviado por albe12345 • 25 de Enero de 2014 • 2.714 Palabras (11 Páginas) • 260 Visitas
Introducción
VÍNCULOS DIVERSOS Y complejos nos relacionan con todas partes del mundo. Las influencias que de ello se derivan se han entretejido con la trama de nuestra vida diaria en la comida, el idioma, la música, el vestido y otros aspectos, algunos evidentes, otros invisibles. En este artículo me referiré a tres aspectos fundamentales relativos a las enfermedades infecciosas en una era de aldeas globales.
1. Las infecciones que aparecen en un punto determinado de nuestro planeta pueden brotar casi en cualquier otro sitio. Los viajes y las migraciones de los seres humanos han servido para borrar las fronteras de las enfermedades.
2. La tecnología para el combate de las infecciones tiene aplicación universal pero debe adaptarse localmente. Los avances tecnológicos fluyen de los países industrializados a los en desarrollo.
3. El control de muchos de los principales problemas infecciosos requiere de esfuerzos internacionales.
LAS INFECCIONES
Vivimos en una época de frecuentes y rápidos movimientos de seres humanos, animales, productos y otras cosas. Una consecuencia es la aparición de patógenos fuera de sus usuales áreas geográficas de distribución. Para ilustrar lo anterior, me gustaría describir tres casos que acudieron a mi consultorio en sólo una semana del mes pasado. El primero era una estudiante graduada que acababa de retornar de El Salvador en donde había pasado dos semanas ayudando en la construcción de una iglesia. El sitio de edificación había sido previamente un basurero. Poco antes de su regreso a Estados Unidos, esta joven empezó a presentar fiebre, rigidez y dolores de cabeza. La fiebre aún persistía ya transcurrida una semana, cuando acudió a mi consultorio. El segundo caso era un universitario de 21 años que buscó ayuda médica por una lesión de 3 cm, duradera y sin dolor que tenía desde enero. El joven había estudiado en Brasil, de septiembre a diciembre, como parte de un programa especial de su universidad, en un proyecto que lo llevó a la selva tropical y a áreas rurales. El tercer paciente era un joven que vino a verme por unas hinchazones crónicas, ligeras comezones, que supuraban y un cierto decaimiento; las lesiones eran más prominentes en los antebrazos. Este joven había concluido un viaje de ocho meses en los que había visitado, junto con su familia, 14 países africanos, desde Marruecos hasta Sudáfrica. Las pruebas de laboratorio arrojaron un resultado de 44 por ciento de eosinófilos.
La rapidez y frecuencia de los viajes internacionales y las múltiples fuerzas que empujan a la migración humana enfrentan a los médicos cada vez con mayor frecuencia con enfermedades que hasta entonces conocían sólo como referencia en sus libros. Las personas infectadas suelen transportar patógenos de un área geográfica a otra. El movimiento de animales infectados, así como de productos derivados, el transporte de vectores infecciosos o permisivos, y el embarque de alimentos y otros materiales contaminados, también se traducen en infecciones fuera de las áreas geográficas habituales. Así por ejemplo, en marzo y abril de este año, ocho residentes de Nueva Jersey (en Estados Unidos), desarrollaron cólera tras haber ingerido cangrejo que un viajero trajo desde Ecuador en avión en una bolsa de plástico. Algunos casos de la enfermedad de Chagas transmitidos vía transfusiones en Estados Unidos, se han seguido hasta donadores de sangre asintomáticos de Centroamérica. Estos ejemplos refuerzan la necesidad de sostener una perspectiva global de los riesgos de las enfermedades y una conciencia informada de cómo y dónde están apareciendo las infecciones.
La distribución de las enfermedades infecciosas es muy compleja y dinámica, si bien es posible definir los determinantes comunes. Para algunos patógenos, el movimiento y comportamiento de los seres humanos son los únicos determinantes de la ubicación y frecuencia de las infecciones humanas. El SIDA ejemplifica una infección que está difundiéndose inexorablemente a todos los países del mundo. El SIDA y otros patógenos transmitidos por contacto sexual pueden ser llevados a cualquier sitio por los seres humanos. Con respecto a otros patógenos, el potencial de su existencia está regido por el clima, las condiciones del suelo y la vida animal. Sin embargo, en casi todos los casos, los factores sociales, económicos, políticos y culturales tienen una influencia decisiva sobre los patrones y la frecuencia de las infecciones humanas.
El movimiento de los patógenos es multidireccional. Muchos de ellos llevados de un país a otro no son de fácil transmisión de persona a persona, o bien requieren de un vector específico y no tienen consecuencias más allá de la enfermedad de un individuo. Sin embargo, los viajeros algunas veces introducen patógenos en nuevas áreas cuyas condiciones permiten una difusión continua y el desarrollo de epidemias. Ejemplos actuales e importantes son el dengue y el cólera.
Al atender a los pacientes individuales localmente es necesario pensar globalmente. Esto requiere estar advertidos de posibles infecciones basadas en el área geográfica y de poseer información sobre pruebas diagnósticas e intervenciones poco usuales. Para auxiliar en los diagnósticos de los tres casos descritos, tuve que recurrir a personas de los Centros de Control de Enfermedades en Atlanta, de los laboratorios de investigación de los Institutos Nacionales de Salud y de Boston, así como del laboratorio del hospital en donde trabajo. Aún sigo esperando los últimos resultados serológicos del primer paciente. El segundo tiene leishmaniasis, confirmada por cultivos y análisis de DNA, y el tercero tiene loiasis (loa loa).
LA TECNOLOGÍA
El segundo terna de importancia es la transferencia y aplicación de nuevas tecnologías. Estas incluyen vacunas, pruebas para detectar parásitos y diagnosticar infecciones, nuevos medicamentos para quimioterapia, métodos de purificación del agua, para mejorar la nutrición, y nuevos enfoques del control de vectores. Las intervenciones deben adaptarse a las necesidades locales de poblaciones específicas.
Muchas tecnologías son complicadas, costosas e inaccesibles para la mayoría de las poblaciones. Algunas pueden, y de hecho así ha sucedido, adaptarse al uso en áreas marginales. Las pruebas de DNA pueden aplicarse para la detección rápida y la identificación precisa de parásitos o vectores arrojando datos valiosos para el diagnóstico en pacientes individuales y en estudios epidemiológicos. A medida que se identifican relevantes secuencias genéticas, puede ser posible utilizar una batería de pruebas de DNA en una muestra (por ejemplo, un vector o parásito) para la identificación de especies,
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