Estadísticas: ¿muestran o ocultan información?
Enviado por Pau Ferrer • 23 de Mayo de 2021 • Ensayo • 2.075 Palabras (9 Páginas) • 100 Visitas
¿En qué medida es la estadística una herramienta fiable que facilita la construcción del conocimiento en las ciencias sociales?
Para iniciar con el ensayo, pongámonos en la situación de una empresa que se está planteándose expandir su negocio a un nuevo país. Como es lógico, dicha propuesta no se pondrá en práctica de forma inmediata, sino que previamente se deberá realizar un estudio de mercado en el cual, entre otras cosas, se medirán variables como el nivel socioeconómico de la población. Para poder acceder a este tipo de información de forma rápida y sencilla, se suele recurrir a estudios estadísticos, los cuales, pese a estar considerados como una herramienta formal por la comunidad académica y ser empleada no solo en la economía, sino en la mayoría de las disciplinas de las ciencias sociales, también están sometidos bajo la crítica de diversos intelectuales como Louis Guttman debido al frecuente mal uso de estos[1]. Este razonamiento nos lleva a formular la siguiente pregunta: ¿En qué medida es la estadística una herramienta fiable que facilita la construcción del conocimiento en las ciencias sociales?
Dicha cuestión será desarrollada en el presente ensayo estableciendo referencias con las áreas de conocimiento de las matemáticas y de las ciencias sociales, tratando de dar respuesta a su vez a preguntas relacionadas con el tema central: ¿Influye el lenguaje en la realización y transmisión de una estadística?, ¿De qué manera puede afectar el mal uso de la estadística al conocimiento sobre las ciencias sociales?, ¿Influyen los métodos de obtención de datos en la validez de una estadística?, ¿En qué medida puede el rigor y el espíritu crítico minimizar el riesgo de ser manipulado por una estadística?, ¿En qué medida reflejan los estudios estadísticos a la sociedad analizada?
La estadística (palabra derivada del término alemán Statistik) se puede definir como el estudio de los datos cuantitativos de la población, de los recursos naturales e industriales, del tráfico o de cualquier otra manifestación de las sociedades humanas (Real Academia Española, s.f.) [2], o bien como la ciencia que tiene por objeto aplicar las leyes de la cantidad a los hechos sociales para medir su intensidad, deducir las leyes que los rigen y hacer su predicción próxima. [3]
La popularidad de esta rama de las matemáticas, y en especial la estadística inferencial impulsada por los matemáticos Bernoulli, De Moivre y Karl Gauss, en campos como la economía, la sociología, la demografía, la psicología o las ciencias jurídicas se debe a su capacidad de describir las características de un conjunto, sin la necesidad de realizar el registro de datos a todos los elementos o unidades del conjunto o población, sino solo a una parte de esta. Este hecho hace que el estudio de las poblaciones, asumiendo siempre un mínimo margen de error, se pueda realizar de forma precisa, rápida y económica y por lo tanto se puede expandir y transmitir el conocimiento de una forma simplificada y eficaz.
De esta forma, el desarrollo de las ciencias sociales en el siglo XX y lo que va del XXI no se puede entender sin el papel que ha desempeñado la estadística, unido indefectiblemente al interés de los investigadores y científicos por cuantificar la magnitud, incidencia e impacto de los fenómenos sociales, entre sus principales usos.[4]
Sin embargo, como bien menciona el economista Aaron Levenstein: “Las estadísticas son como los bikinis: lo que muestran es sugerente, pero lo que esconden es vital”[5]. Esto nos lleva a reflexionar sobre si realmente las estadísticas facilitan el conocimiento o si realmente pueden llegar a obstaculizarlo.
Lo cierto es que, desde la creación de la estadística como ciencia, la facilidad con la que se puede malversar y manipular un estudio estadístico ha resultado en innumerables casos de fraude estadístico en las ciencias sociales, siendo estos protagonistas en la política y en la sociología.
Este fenómeno no solo puede ocurrir debido a un falseamiento de los datos o de la fuente de la estadística, sino que hay métodos teóricamente correctos mediante los cuales se puede manipular una estadística de forma voluntaria sin llegar a mentir, simplemente ocultando la verdad.
Esto hace que en muchas ocasiones la estadística se emplee para respaldar conclusiones mediante la manipulación estadística, en lugar de usarse correctamente para investigar una población y extraer conclusiones a raíz del estudio, tal y como lo estipula el matemático Andrew Lang: “Los políticos usan las estadísticas de la misma manera que un borracho usa farolas, como apoyo en lugar de iluminación"[6]. Consecuentemente, no solo se ve afectada la obtención de conocimiento sobre un determinado tema, sino que también se obstaculiza la transmisión de información veraz.
Para adentrarnos de forma más específica en el debate, trataremos el tema desde la perspectiva de las dos áreas de conocimiento elegidas: las ciencias sociales y las matemáticas.
Por un lado, las ciencias sociales son las ciencias que estudian el comportamiento del hombre en la sociedad y sus formas de organización, en las que se incluyen algunas disciplinas que ya hemos nombrado en este ensayo como la economía o la psicología.[7]
Tal y como hemos mencionado anteriormente, la estadística tiene un rol suficientemente relevante en las ciencias sociales como para considerarla una de las principales herramientas para el análisis de datos en estos campos, ya que son las estadísticas las que nos ayudan a entender lo más detalladamente posible el funcionamiento de las sociedades.[8]
Para poner un ejemplo de su uso en esta área de conocimiento, la estadística es primordial en al ámbito económico, debido a que esta, por una parte, a nivel microeconómico ayuda a las empresas en la toma de decisiones mediante la realización de estudios de mercado. Mientras que, por otra parte, también es necesaria en la macroeconomía, puesto a que se emplea para medir datos como la tasa de paro, el PIB de un país o en la evolución del IPC, los cuales son básicos a la hora de analizar la economía desde una perspectiva global y tomar decisiones gubernamentales, lo cual muestra que tan útil es la estadística en la sociedad humana.[9] [10]
No obstante, la estadística también puede tener consecuencias negativas en el conocimiento sobre las ciencias sociales mediante el mal uso de estas, generalmente empleando técnicas de manipulación de datos que pueden llegar a generar estudios estadísticos totalmente válidos desde el punto de vista técnicos, pero totalmente sesgados e intencionadamente inclinados hacia la postura de quien los crea.
Existen una gran cantidad de ejemplos que prueban lo que se conoce como ‘corrupción estadística’. En algunos casos, el problema deriva de un muestreo de la población totalmente sesgado, lo cual siempre dará resultados favorables a quien haga la estadística y además suele ir acompañado de una generalización que trate de convencer de que los resultados expuestos en la estadística reflejan la totalidad de la población. Por ejemplo, si realizamos una encuesta política a una muestra representativa donde se sabe de antemano que casi en su totalidad los sujetos son simpatizantes de un partido, el resultado estaría ocultando la verdad.
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