HACIA UNA NUEVA CLASIFICACIÓN DE LOS MODELOS PEDAGÓGICOS

HACIA UNA NUEVA CLASIFICACIÓN DE LOS MODELOS PEDAGÓGICOS

Es observable que ante los problemas de aprendizaje que presentan los educandos y aun con los invaluables aportes a la educación de Piaget, Vigotsky, entre otros, todavía no existe un modelo pedagógico capaz de solucionarlos.

Es por ello que desde un enfoque pedagógico, didáctico y curricular, no sólo psicológico, aplicar una nueva clasificación de los modelos pedagógicos.

El pensamiento pedagógico puede decirse que inició su desarrollo desde los inicios de la humanidad. Él mismo no es más que una consecuencia del avance histórico, debido a la necesidad del ser humano de transferir con eficiencia a sus descendientes las experiencias adquiridas y la información obtenida en sus experiencias diarias, tanto en el medio natural como en el social.

No obstante, fue en el siglo XVI, cuando la Pedagogía adquiere por primera vez un carácter de disciplina independiente; emerge como la posibilidad de solución a la necesidad que tiene la sociedad de contar con una base teórica fuerte sobre la cual sustentar, de manera fundamental, la enseñanza en la misma, con la Pedagogía Tradicional.

Entre los mayores pedagogos de esta, están Comenius e Ignacio Loyola, pero es hasta el siglo XIX que la Pedagogía Tradicional, como práctica pedagógica ya ampliamente extendida alcanza su mayor grado de esplendor, y es en este siglo en el cual el estado nacionalista le concede el valor insustituible de ser la primera institución social, responsabilizada con la educación de todas las capas sociales.

Al respecto, sobre la Pedagogía tradicional, Ortiz (2009) declara acertadamente lo siguiente:

Su finalidad es la conservación del orden de las cosas y para ello el profesor asume el poder y autoridad como trasmisor esencial de los conocimientos, quien exige disciplina y obediencia, apropiándose de una imagen impositiva, coercitiva, paternalista, autoritaria, que ha trascendido más allá de un siglo y subsiste hoy día, por lo que se le conoce como Escuela tradicional (p. 64).

En este modelo pedagógico la educación del aprendizaje va dirigida al resultado, sin análisis y razonamiento. El profesor es expositivo, ofrece una cantidad de información para ser memorizada por el alumno. La exposición y el análisis del profesor parte de: informar el tema al alumno, motivarlo, exponer el tema, ejercitación (repetición y memorización), se generaliza el contenido. Se dan a los alumnos métodos y procedimientos de trabajo particulares con el objeto del conocimiento. La relación del alumno- profesor se basa en el predominio del profesor autoritario y al alumno es pasivo.

Sin embargo, hoy en día, es importante e innegable que la pedagogía tradicional no es la tendencia más adecuada para resolver la tarea que tiene la enseñanza, pues resulta deficiente e insuficiente en el plano teórico cognitivo y de la praxis del ser humano, es decir, éste modelo no responde a las contingencias de la práctica cotidiana.

LA ESCUELA NUEVA (Jhon Dewey, Decroly, Cousinet)

Como una crítica y modificación de la escuela tradicional surge con John Dewey la Escuela Nueva, la cual propone según Ortiz (2009):

Su método educativo se basa en que el alumno tenga experiencias directas, que se le plantee un problema autentico, que estimule su pensamiento, que posea información y haga observaciones; que las soluciones se le ocurran al alumno y que tenga oportunidades para comprobar sus ideas (p. 66).

En esta tendencia pedagógica alcanzan un mayor auge los intentos por dirigir a los educandos más hacia las acciones prácticas concretas, que hacia los ejercicios teóricos; enfatiza la importancia que tiene que el educando asuma un papel activo, consciente de lo que desea aprender, en consecuencia con sus posibilidades e intereses propios de los alumnos, lo que trae aparejado un cambio importante de las funciones que entonces debe realizar el profesor en el desarrollo del proceso enseñanza-aprendizaje que posibilite alcanzar realmente, de forma medible, los objetivos propuestos.

El soporte primordial de la educación se halla en las capacidades del educando, quien debe ser animado para que indague, explore, se introduzca en el ambiente y aprenda de la experiencia. John Dewey expone en 5 artículos la experiencia del niño como factor de actitudes, valores y aptitudes, complementando la escuela como institución social donde confrontara sus experiencias y las nuevas por aprender que las llevara a la práctica social, el cual asegurará su supervivencia social.

Por eso, de manera muy distinta, la “Escuela Dewey” instituida en 1892 en Chicago, tomó como lugar de inicio, no a las actividades futuras del adulto en las que participaría el niño, sino las actividades ordinarias en las que estaba comprometido, lo cual era una verdadera novedad.

En esta misma corriente se inscribe Decroly, cuyo método de enseñanza de este médico se basa en dos principios: la globalización y los centros de interés. Asegura que un alumno educado bajo este método se caracteriza por recibir lo complejo y lo simple.

Otro creador de la escuela nueva, pero en Francia es Cousinet, “impulsa el trabajo en grupo, el método libre y el espíritu investigativo” (Ortiz, 2009: 66). Para él, el trabajo en grupo cooperativo es un medio de formación intelectual, como de la educación social, pero con un profundo respeto la libertad personal del educando. Así, como lo primordial del trabajo escolar debe ser la investigación, el provocar el espíritu investigativo.

Es así como, con esta concepción

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