IMPORTANCIA DE LAS LEGUMBRES PARA LA ECONOMÍA DEL PAÍS “UN ENSAYO DIRIGIDO A NUESTRA BIODIVERSIDAD”

IMPORTANCIA DE LAS LEGUMBRES PARA LA ECONOMÍA DEL PAÍS

“UN ENSAYO DIRIGIDO A NUESTRA BIODIVERSIDAD”

Escuchó usted “Quién bien come y mejor digiere, solo de viejo se muere”, pues es una conocida frase popular, la cual me atrevería a catalogarla como la más apropiada al contexto de las legumbres.  No cabe duda que antes de los conocimientos científicos actuales, la replana coloquial revelaba ya las propiedades de estos alimentos inmortalizándolos en cortos pero significativos párrafos y aunque las legumbres vienen siendo utilizadas muchos años atrás, se mantiene aquel espíritu de conciencia. [pic 1]

Pues bien, el presente año está dedicado a las legumbres, y aquí en el Perú nos sentimos más que identificados con ello ya que en nuestra sociedad, sea por su valor alimenticio, su valor productivo – y desde un punto de vista biológico – su valor ambiental, nos permiten solucionar problemas como la desnutrición, mejorar la economía, así como conservar nuestro medio circundante. Ahora les pregunto: ¿Qué sería de nuestro Perú sin sus legumbres?, para responder esto vamos a conocer más de ellas: [pic 2]

Las legumbres, o como seguramente se referirían nuestros antepasados, “Chaqallu” (legumbre en quechua), pertenecen al tercer grupo de plantas más numerosas del planeta, y en el Perú son reconocidas por presentarse alrededor de 145 géneros y 1000 especies. (Baldeón S, Flores M y Roque J, 2006).  Existe una gran producción de legumbres en nuestro país, ya que se cultivan: 12 especies de legumbres de grano y más de 80 clases comerciales, en alrededor de 220,000 Has distribuidas en las 3 regiones y en los 24 departamentos del país, desde el nivel del mar, hasta más de 3,200 metros sobre el nivel del mismo.[pic 3]

Habas (vicia faba), arvejas (Pisum sativum), pallares (Phaseolus lunatus), tarwi (Lupinus mutabilis), garbanzos (Cicer arietinium), lentejas (Lens culinaris), fríjol Común (Phaseolus vulgaris), frijol Castilla (Vigna unguiculata), frijol de Palo (Cajanus cajan), Pajuros (Erythyna edulis), entre otras, son algunas legumbres importantes en nuestro país así como las más cultivadas. Algunas especies como los frijoles y el pallar, son propios del Perú y países de América; y otros como la arveja, el haba, la lenteja y el garbanzo, se han adaptado a nuestro medio.[pic 4]

Desde luego que tenemos una gran biodiversidad, pero ¿cómo influye en nosotros el valor nutricional de las legumbres?  Las legumbres son una fuente rica de proteínas, fibras, vitaminas, y minerales y están consideradas como un superalimento porque van más allá de su valor nutricional. Son además ricas en lisina, un aminoácido esencial para la formación del colágeno que constituye a los cartílagos y tejidos conectivos, estas tienen efectos positivos sobre los niveles de colesterol y de glucosa y por tanto son ideales en casos de diabetes e hipercolesterolemia (Gestión,2016). [pic 5]

De forma complementaria, otras especies de leguminosas – como la lenteja y el tarwi – pueden contener elementos esenciales para la nutrición pues registran un alto contenido de hierro, elemento básico para combatir a la desnutrición. Igualmente, poseen vitaminas del grupo B, antioxidantes y fibras que reducen los niveles de colesterol en la sangre, y otras que previenen la posibilidad de sufrir algunos tipos de cáncer (como el de colon), o ayudan en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad. [pic 6]

Las legumbres tienen muchos aspectos importantes, otro de ellos es el ambiental puesto que son los únicos cultivos que tienen la propiedad de fijar nitrógeno atmosférico (elemento esencial para el crecimiento de las plantas) mediante asociaciones simbióticas (interacción mutualista donde ambos organismos se benefician) con microorganismos llamados Rhizobios (nombre colectivo para aquellos microorganismos que viven en las raíces). (Manuel Megías, 2016). Este proceso lo hacen en estructuras especializadas llamadas nódulos radicales en donde se produce la FBN (fijación biológica de nitrógeno). (Azcón-Bieto, J.; Talón, M. 2008)[pic 7]

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