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Instinto


Enviado por   •  12 de Febrero de 2012  •  Tesis  •  1.619 Palabras (7 Páginas)  •  612 Visitas

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r. Mivart se inclina además a creer, y algunos naturalistas están de acuerdo con él, que las especies nuevas se manifiestan de repente "por modificaciones que aparecen con brusquedad y de una vez". Juzga difícil de creer que el ala de un ave se haya desarrollado de otra manera que no sea por modificación relativamente brusca, de naturaleza marcada e importante. Esta conclusión, que indica grandes lagunas o soluciones de continuidad en la serie, nos parece inverosímil.

Todo el que cree en la evolución lenta, y gradual admitirá desde luego que pueden haber existido cambios específicos tara bruscos y tan considerables como una simple variación cualquiera de las que encontramos en el estado silvestre y hasta en el doméstico.

Pero como las especies son más variables cuando están domesticadas o cultivadas que en sus condiciones naturales, no es probable que variaciones tan grandes y repentinas hayan ocurrido con frecuencia en el estado natural. Como se sabe, de vez en cuando surgen en el estado doméstico. De estas últimas variaciones algunas pueden ser atribuidas al retroceso, y los caracteres que de este modo reaparecen, probablemente fueron adquiridos en muchos casos al principio de una manera gradual, y aun el mayor número de ellas debe tenerse por monstruosidades, como los hombres con seis dedos, o los puerco espines, los carneros ancón, el ganado ñato, etc.; y como difieren enteramente por sus caracteres de las especies naturales, arrojan escasa luz sobre la materia que tratamos. Excluidos esos casos de variaciones bruscas, los pocos que quedan constituirán a lo sumo, si se los halla en estado natural, especies dudosas íntimamente relacionadas con los tipos de sus antecesores.

Las razones en las que se apoya nuestra duda para creer que las especies naturales hayan cambiado tan bruscamente como lo han hecho algunas de las razas domésticas, y para rechazar en absoluto que hayan cambiado de la manera maravillosa indicada por Mr.Mivart, son las siguientes: Según el resultado de nuestra experiencia, ocurren variaciones bruscas y muy marcadas en nuestras producciones domésticas, solamente en casos aislados y con grandes intervalos de tiempo.

Si ocurriesen tales variaciones en el estado natural, estarían expuestas a perderse por causas accidentales de destrucción y por los siguientes cruzamientos, como sabemos que sucede en la domesticidad, cuando las variaciones bruscas de esta clase no son especialmente preservadas y separadas por el cuidado del hombre. Por esta razón, para que apareciera una especie nueva repentinamente, a la manera que Mr. Mivart supone, es casi necesario creer, en contra de lo que nos enseñan casos análogos, que algunos individuos maravillosamente cambiados aparecieron simultáneamente dentro de la misma localidad.

Esta dificultad queda resuelta, como en el caso de la selección inconscientemente verificada por el hombre, acudiendo a la teoría de la evolución gradual, en virtud de la preservación de un gran número de individuos que varíen más o menos en una dirección favorable y de la destrucción de un gran número que varíe en sentido opuesto.

Existe la duda de que muchas especies hayan sido desarrolladas en manera extremadamente gradual, porque las especies, y hasta los géneros de muchas grandes familias naturales están tan inmediatamente enlazados, que es difícil distinguirlos. En cada continente, al ir del Norte al Sur, de las tierras bajas a las altas, etc., nos encontramos con una cantidad de especies íntimamente relacionadas o representativas, y al suceder lo mismo en ciertos continentes separados, tenemos razones para creer que estos estuvieron unidos en otro tiempo. Pero al hacer estas observaciones y las subsiguientes, nos vemos obligados a hacer referencia a puntos que se discutirán más adelante. Véanse las muchas islas que están alrededor de un continente cualquiera, y se verá cuántos de sus habitantes pueden merecer ser clasificados en el número de las especies dudosas. Lo mismo sucede si miramos los tiempos pasados y comparamos las especies que acaban de desaparecer con las que todavía existen en las mismas regiones, o si comparamos las especies fósiles enterradas en las subcapas de la misma formación geológica. Por lo tanto, resulta evidente que hay una multitud de ellas relacionadas de la manera más íntima con otras que todavía existen o que han existido recientemente, y difícilmente se sostendrá que tales especies deban su desarrollo a cambios bruscos o repentinos. Es preciso no olvidar tampoco, cuando estudiamos los órganos especiales de especies inmediatas, en vez de los de especies distintas, que pueden trazarse gradaciones numerosas y asombrosamente delicadas que relacionan estructuras extraordinariamente diferentes.

Muchos hechos se comprenden tan sólo por el principio de que las especies se han desarrollado por pasos muy pequeños, como por ejemplo, el fenómeno de que las especies incluidas en los géneros más grandes estén más íntimamente relacionadas entre sí y presenten mayor número de variedades que las especies de los géneros menores. Las primeras están también agrupadas en pequeños grupos, como las variedades alrededor de las especies, y presentan otras

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