Interrupción del embarazo.La visión de la OMS

FILOSOFÍA

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ENTRE RÍOS

Facultad de Ciencias de la Gestión

PROFESORADO EN BIBLIOTECOLOGÍA

TRABAJO FINAL

Catedra: FILOSOFÍA

Profesor: GABRIEL MATARAN

Alumna: LAURA LEONETTI

Año: 2018

INTRODUCCIÓN

La interrupción del embarazo es una actividad tan arcaica como la propia humanidad, y ha sido y es permanentemente objeto de disertación desde incomparables puntos de vista.

Es un fenómeno social, que a pesar de su ocultación, mimetismo e ilegalidad arroja estadísticas porcentuales elevadas. Tan aterradoras son las cifras de decesos que arroja la mala praxis, que esta ciudadanía actual, donde el género femenino se ha empoderado y batalla fervientemente por sus derechos tan postergados,  es que mana la exigencia urgente de la despenalización del aborto,  como una necesidad inminente.

Debo aseverar que aunque no hay una alternativa única, debido a dogmatismos eclesiásticos y diversidad de opiniones y posturas, las cuales respeto aunque no coincida, las mujeres nos profesamos muy seguras respecto a decidir sobre nuestros cuerpos.

Personalmente entiendo y afirmo que este dilema, no es un acto que agrade, seduzca o conciba felicidad a ninguna mujer, también estoy convencida que la despenalización del aborto es un hecho que sobre todo defiende la vida.

Ahora digo, en un sentido cuasi filosófico, ¿Qué? ¿Cuándo? ¿Cómo podemos indicar que un ser en formación ya es vida? ¿Quién lo acredita? ¿Es la fe? ¿La ciencia? ¿La justicia?

DESARROLLO

Marco teórico

“… El Aborto se define como la interrupción del embarazo antes de la viabilidad fetal. (…) la mayor dificultad reside en la definición de viabilidad fetal (…). Clásicamente, el límite de la viabilidad se colocó en 28 semanas ó 1000 gr. de peso. En 1950, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sistematizó la clasificación de las pérdidas reproductoras o fetales con fines estadísticos comparativos en 4 grupos:

1.- Pérdida fetal precoz: antes de las 20 semanas ó 400 gr. de peso.

2.- Pérdida fetal intermedia: entre las 20 y 28 semanas ó 1000 gr. de peso.

3.- Pérdida fetal tardía: después de las 28 semanas,

4.- Pérdida fetal indeterminada.

Posteriormente también la OMS definió el aborto como la expulsión del concepto antes de las 20 semanas. Sin embargo, el Comité de Aspectos Éticos de la Reproducción Humana y la Salud de las Mujeres de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), en su reunión de Moscú de 1973, estableció el concepto de parto cuando naciese un feto pesando 500 gr. ó más (ó 22 semanas ó más, si no se conoce el peso), y consiguientemente, el aborto quedó definido por la expulsión de un feto que pesase menos de 500 gr. y/o antes de las 22 semanas cumplidas. La OMS en 1977 también lo definió así, aunque señala 20-22 semanas, y en gran parte de la literatura obstétrica

se señala el límite cronológico de las 20 semanas.(…) actualmente se define el aborto como la interrupción del embarazo o pérdida del concepto antes de alcanzar los 500 gr., o las 22 semanas de gestación (si no se conoce el peso fetal)”.^[1]

” La Organización Mundial de la Salud aborda este complejo tema desde un punto de vista predominantemente sanitario.”^[2]

La visión de la OMS

Según el artículo consultado en El Definido: “casi cada una de estas muertes y discapacidades (por abortos inseguros) podría haberse evitado a través de la educación sexual, la planificación familiar, el acceso al aborto inducido en forma legal y sin riesgos; y de la atención de las complicaciones del aborto”.

La OMS concibe que la legislación y  las políticas concernientes a la interrupción del embarazo deben salvaguardar la salud y los derechos humanos de las mujeres. Por este motivo, la entidad concibe imperioso “eliminar las barreras regulatorias, políticas y programáticas que obstaculizan el acceso a la atención para un aborto sin riesgos y su prestación oportuna”.^[3]

Como contrapartida en el extremo opuesto se encuentra la Iglesia Católica Apostólica Romana (además de incontables opiniones intermedias, institucionales, personales, etc.) que en su catecismo sentencia al respecto:

“El aborto”

“2270. La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 1, 1).

2271 Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.

2272 La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana. (…). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da muerte, a sus padres y a toda la sociedad.

2273 El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación:

2274 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano.

2275 Se deben considerar “lícitas las intervenciones sobre el embrión humano, siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual” (Instr. Donum vitae 1, 3). (…)”^[4]

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