Introducción al concepto y las diferentes perspectivas
ABRILCOTrabajo10 de Agosto de 2022
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Introducción al concepto y las diferentes perspectivas
El concepto de responsabilidad social y su aplicación en las empresas está analizado ampliamente en la literatura académica. Las diferentes perspectivas del concepto han dado lugar a distintos tipos de responsabilidad que pueden afectar a las empresas, entre las que se encuentran las responsabilidades sociales, morales y legales. Las responsabilidades sociales surgen como respuesta a las expectativas generadas por la sociedad; las legales se originan en la ley civil o criminal y en su cumplimiento; y las morales se clasifican en: rendición de cuentas, atribución como deber u obligación y actitud.
Las dos responsabilidades más interesantes desde el punto de vista de la organización, desde una perspectiva ética, son la moral y la social. Por una parte, la responsabilidad como obligación de rendir cuentas lleva a que las organizaciones estén cada vez más obligadas a ofrecer una información transparente a la sociedad en relación con sus prácticas y gestión. Por otra parte, la empresa (como institución social) tiene una legitimidad y una credibilidad que deberá mantener para garantizar su propia continuidad. La forma de mantener esta legitimidad será responder a las expectativas que la sociedad tiene respecto a ella y hacer suyos los valores y comportamientos que la sociedad le requiere.
La asunción de esta responsabilidad, teniendo en cuenta las expectativas de la sociedad, ha situado a la organización en un nuevo escenario en el que no debe atender únicamente a los intereses de los accionistas, sino también a los “grupos de interés” (stakeholders).
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El concepto de RSC surge a raíz de esta visión en la que la organización da respuesta a una serie de intereses (de accionistas, proveedores, clientes, empleados, etc.), buscando un equilibrio entre ellos y relacionándolos con el concepto de responsabilidad. La integración de ambos conceptos (responsabilidad y grupos de interés) constituye el eje de la definición de RSC que se da en el Libro Verde de la Comisión Europea: “integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y en sus relaciones con los interlocutores”. El hecho de aplicar estos conceptos a los stakeholders ha derivado en que se tengan en consideración todas las dimensiones de la actividad empresarial (responsabilidad productiva, jurídica, económica, social, medioambiental y comercial).
Muchas organizaciones han optado por este nuevo tipo de gestión empresarial y las más representativas llevan a cabo prácticas en materia de RSC y las difunden. Entre los motivos de esta generalización, se pueden destacar: la presión reguladora, la presión de los mercados financieros, la presión de la sociedad civil y los cambios en el entorno.
En este contexto, se generan múltiples principios sobre la RSC (Pacto Mundial de la Naciones Unidas, las directrices de la OCDE, el Libro Verde de la Comisión Europea, etc.) y normas de aplicación (GRI, EMAS, AA 1000, SA 8000 Social Accountability, Dow Jones Sustainability, SGE21, etc.) que adoptan muchas organizaciones.
Según el informe Forética 2011, la mayor parte de la opinión pública no sabe qué es la RSC, y los que dicen saber a qué se refiere demuestran un escaso conocimiento sobre ella. Esto se debe fundamentalmente a que las organizaciones han querido demostrar que son responsables, pero sin aplicar un comportamiento ético a su actividad. La responsabilidad social corporativa es una dimensión de la ética empresarial; solo desde un punto de vista ético que se fundamente en comprender que los comportamientos de la organización tienen consecuencias, que tenga en cuenta los principios de responsabilidad respecto a los grupos de interés, que genere una cultura y tome decisiones prudentes y justas, la organización podrá implementar una RSC auténtica. La RSC estratégica aporta legitimidad, credibilidad en las actuaciones, reafirma la confianza y la reputación, potencia su capital, garantiza la supervivencia y eleva el rendimiento y la eficacia.
2. Introducción a la RSC. Vínculos con la calidad, medio ambiente y la seguridad y salud en el trabajo
I. Introducción y objetivos
A continuación, se muestran los contenidos correspondientes a este epígrafe.
1.1. Introducción
La responsabilidad social corporativa, para una organización, supone desarrollar su actividad teniendo en cuenta los impactos generados sobre sus clientes, empleados, accionistas, comunidades locales, el medio ambiente y la sociedad.
Implica, además, el cumplimiento de la normativa legal vigente en el ámbito medioambiental, laboral, social y de derechos humanos, tanto nacional como internacional, así como de otros compromisos voluntarios que la organización haya adquirido de cara a mejorar la calidad de vida de los trabajadores, de las comunidades para las que trabaja o de la sociedad.
Según el Observatorio de responsabilidad social corporativa, esta se rige por cinco principios básicos:
Primero: El obligado cumplimiento de la legislación vigente.
Segundo: La globalidad; la responsabilidad social afecta a todas las áreas de trabajo de la organización y al entorno en el que se ubica.
Tercero: La adopción de compromisos éticos objetivos, que se convierten en obligaciones para el que los contrae.
Cuarto: El impacto económico, social y medioambiental que provoca la actividad de la organización.
Quinto: El conocimiento y la satisfacción de las necesidades y expectativas de los grupos de interés.
En esta unidad didáctica, se expondrán los conceptos de responsabilidad social corporativa (RSC) y responsabilidad social empresarial (RSE) y se especificarán sus diferencias.
Se determinarán los elementos fundamentales que llevan a incorporar la responsabilidad social en la gestión empresarial, así como los distintos agentes involucrados, tanto internos como externos, y las dimensiones que dan lugar a la gestión ética y responsable de una organización.
Se analizará el desarrollo internacional de la RSC y se darán a conocer las instituciones y agrupaciones creadas para cumplir con sus principios, divulgar sus resultados y que colaboran con las empresas para que consideren la responsabilidad social una herramienta fundamental de gestión empresarial.
Por último, se introduce el concepto de transversalidad de la RSE, mediante el análisis de los vínculos entre la RSC y la calidad, el medio ambiente y la seguridad y salud en el trabajo comparando los sistemas de gestión más utilizados para la gestión de estas cuatro disciplinas.
1.2. Objetivos
1. Distinguir entre responsabilidad social corporativa y responsabilidad social empresarial.
2. Conocer las dimensiones de la RSC.
3. Analizar los grupos de interés implicados en la RSC.
4. Conocer los antecedentes de la RSC.
5. Conocer las iniciativas europeas sobre RSC.
6. Conocer los vínculos entre la calidad, el medio ambiente, la seguridad y salud en el trabajo y la gestión ética y socialmente responsable.
II. Responsabilidad Social Empresarial y Responsabilidad Social Corporativa
Con frecuencia, en muchas publicaciones, los términos “responsabilidad social corporativa” (RSC), “responsabilidad social empresarial” (RSE) y “responsabilidad social” (RS) se utilizan de manera indistinta, aunque existen diferencias entre los tres conceptos. Estas diferencias se basan fundamentalmente en sus ámbitos de actuación.
La RSE se refiere a la incorporación voluntaria de esta filosofía de gestión a las empresas; la RSC amplía el ámbito de aplicación a las agencias gubernamentales y otro tipo de organizaciones; y, finalmente, la RS es el concepto más amplio, referido al compromiso de los ciudadanos, instituciones públicas y privadas y organizaciones sociales.
En este módulo, se utilizarán los términos RSC y RSE indistintamente, aunque es interesante conocer sus diferencias de matiz.
2.1. Responsabilidad social empresarial
Actualmente, hay muchos factores que contribuyen al avance de la RSE:
Factor 1: En el contexto de la globalización y el cambio industrial a gran escala, surgen nuevas expectativas e inquietudes de consumidores, ciudadanos, poderes públicos e inversores.
Factor 2: En las decisiones de inversión de personas e instituciones, influyen cada vez más los criterios sociales, tanto para consumidores como para inversores.
Factor 3: El deterioro medioambiental, consecuencia de la actividad económica, supone una preocupación cada vez mayor.
Factor 4: Los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la información facilitan una mayor transparencia en las actividades empresariales.
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