LA LUCHA POR LA SOBREVIVENCIA
Enviado por axelin1 • 7 de Abril de 2013 • 3.847 Palabras (16 Páginas) • 480 Visitas
Capítulo I
LA LUCHA POR LA SOBREVIVENCIA
En un millón de años, el hombre pasó de animal a Homo Sapiens, dominando el medio y a los
demás pobladores de la tierra, pero sus triunfos mayores fueron la rueda y la escritura
Durante incontables millones de años la gigantesca esfera que hoy llamamos Tierra giró en el
vacío, tu superficie cubierta de aguas y rocas. Edades sin cuento hubieron de pasar antes de que
apareciese la primera célula viva, el primer pez, el ave, el insecto, los mamíferos. Entre
monstruosos cataclismos nacían volcanes y se hundían mares y lagos, se elevaban cadenas
montañosas y se abrían paso los ríos, rugían las tempestades y ardía el inmutable sol. El planeta
giraba y rondaba al gran astro llameante, y en su superficie tomaba forma un mundo rico en
especies animales y vegetales, jugosas frondas verdes y grandes saurios hambrientos, bosques
espesos e inmensas llanuras desiertas.
ANTEPASADO: Retrato hablado del "Hombre de Piltdown", denominado así en honor del
antropólogo que reunió sus restos encontrados en Europa.
Después vinieron los hielos. Una y otra vez los glaciares avanzaron y retrocedieron, empujando
hacia el cinturón ecuatorial la verde línea de vegetación, ligando con inmensas tundras y estepas
la esbelta franja arbolada y los interminables páramos de hielo polar. Durante incontables siglos
pareció que todo signo de vida moriría bajo los hielos que avanzaban implacablemente. Pero
llegó un día en que los glaciares detuvieron su marcha, y nuevos milenios transcurrieron,
mientras una vez más se cubría de verdor la zona temporada del globo. Y durante esa primera
pausa, ese primer respiro entre la primera y la segunda invasión de los glaciares, apareció sobre la
superficie de la Tierra un ser que caminaba erecto, sobre sus extremidades traseras, equilibrando
apenas el tosco cuerpo velludo y la gran cabezota de mono: el Australopiteco, primer indicio de
una nueva raza que dominaría la Tierra.
Desde entonces ha transcurrido un millón de años. Pero fue esa criatura tan lejana en el tiempo,
ese Australopiteco a quien los hombres de ciencia no saben si definir aún como mono o ya como
hombre, el que aprendió a matar a sus enemigos, los babuinos, no mediante su fuerza muscular o
sus garras, sino empleando un instrumento: una piedra astillada. ¿La encontró en algún claro de
la selva, o la "construyó" golpeándola con otro objeto para darle la forma requerida? No importa:
el Australopiteco fue el primero de todos los seres aparecidos sobre el planeta quien, moviéndose
Historia de los Inventos Sucesos N° 12
Capítulo 1 2 Preparado por Patricio Barros
en un universo de cosas desconocidas, vio ese objeto y decidió valerse de él para aumentar la
fuerza o el alcance de su brazo. Había inventado la primera arma.
Desde ese remoto instante se inició la cadena que hoy ha permitido al hombre explorar los
continentes, los mares y el espacio interplanetario; transformar la distancia y someter el tiempo;
crear ciudades y navíos, aviones y armas atómicas, máquinas y herramientas, vehículos y obras
de arte. La larga cadena de inventos y descubrimientos, mediante los cuales el ser humano ha
plasmado para sí un mundo que se transforma vertiginosamente, se estira desde esa piedra
astillada cogida por el Australopiteco hasta las últimas novedades tecnológicas de hoy.
EL HOMBRE INVENTOR
Entre todos los animales, el hombre es el único capaz de inventar, es decir, de modificar el orden
de la naturaleza mediante el empleo de instrumentos.
Es verdad que los castores y las golondrinas construyen sus habitaciones con materias extrañas,
que las abejas y las hormigas crean verdaderas ciudades y el gusano de seda o la araría
"inventaron" la fibra textil: pero su manera de hacerlo no ha cambiado desde que aparecieron en
el escenario del mundo. El hombre, en cambio, empuñó una piedra para defenderse de un animal
salvaje; luego buscó mejorar ese instrumento primitivo, y terminó construyendo herramientas que
le servirían para fabricar nuevas herramientas.
Además, no sólo ha inventado objetos; también ha descubierto las propiedades de los fenómenos
naturales, las leyes que los rigen y los factores que los alteran. Pero ambas cosas, los inventos y
los descubrimientos, le sirvieron en primer término para dar mayor potencia a su propio cuerpo, a
sus manos, brazos, piernas y pies, ojos y oídos. Para golpear mejor, mazas y martillos; para
coger mejor, tenazas y pinzas; para recoger mejor, redes y recipientes; para rascar mejor,
raspadores, peines y rastrillos, para lanzar más lejos un proyectil, lanzas, hondas y arcos; para
alargar el brazo, el hacha y la hoz; para trasladarse allí donde sus pies no pueden llevarle, la barca
y el carro...
La historia de los inventos no es más que la historia del hombre y sus relaciones con la
naturaleza, con todo el mundo que le rodea. Un mundo hostil al que hubo que domeñar ya en
esos inimaginablemente lejanos albores de la prehistoria, en ese amanecer del espíritu humano,
simbolizado en el guijarro trizado, aferrado por la mano oscura y de un ente a quien le faltaban
aún incontables milenios para llegar a ser, en toda la extensión de la palabra, un ejemplar de esa
especie zoológica definida por Linneo como Homo Sapiens.
LOS GENIOS OLVIDADOS
La historia, tal como la conocemos, data de menos de seis mil años atrás. Fue sólo a mediados
del cuarto milenio antes de Cristo, que los anónimos habitantes de Sumer aprendieron a marcar,
con ayuda de una cuña, una superficie húmeda para grabar una serie de signos permanentes, los
que transmitirían su pensamiento a las generaciones futuras. Allí, entre los sumerios que
habitaban el fértil valle que se extiende a los pies
de las montañas curdas, entre los ríos Tigris y
Eufrates, nació la escritura y con ella la historia.
Casi simultáneamente, algún anónimo genio
súmero descubrió que era más fácil arrastrar una
carga si bajo la plataforma que la sostenía se
colocaban dos discos de madera unidos con un
eje, la rueda, al igual que la escritura saltó como
una chispa del genio humano y ambos inventos
Historia de los Inventos Sucesos N° 12
Capítulo 1 3 Preparado por Patricio Barros
marcaron la frontera
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