LECTURAS DIARIAS Y DIARIOS DE LECTURA
Enviado por Rodrigo Ovejero • 28 de Mayo de 2017 • Trabajo • 1.172 Palabras (5 Páginas) • 208 Visitas
Proyecto: LECTURAS DIARIAS Y DIARIOS DE LECTURA
FUNDAMENTACIÓN
El rol del docente como mediador y promotor de lectura es un punto de apoyo durante el proceso de la enseñanza y adquisición de lectura como actividad que permita el goce y el conocimiento de mundo, pero no es la solución que permitirá erradicar totalmente lo que desde tiempos remotos la escuela ha promovido: leer para evaluar y no para disfrutar. Es largo el camino para llegar al uso de la lectura como acción que implica disfrute (Serrano-Cedeño, Reginaldo 2010)
Los muestreos estadístico de los últimos años presentan un número alarmante de estudiantes comunicacionalmente incompetente, es decir, alumnos analfabetos funcionales. Hay que tener siempre presente que no todos están llamados a ser letrados (Cassany, 2009), pero sí: usuarios adecuados en el uso de la lengua y sus dos formas oral y escrita.
La enseñanza de la lectura y la escritura, importantísima en la formación integral de todo individuo, y de que la escuela y sus docentes son responsables, son el norte a seguir. Ya no enfocados desde una posición tradicional, sino desde una perspectiva de la lengua como una competencia, que se adquiere en un proceso y se pule a lo largo de la trayectoria escolar. Hay que devolverle el sentido social a ambos términos, que en la escuela han sido vaciados y alejados de su verdadera función.
La enseñanza de la lectura debe ser considerada un asunto serio y hasta ético, por la implicación social que tiene.
La escuela y sus docentes tienen que actuar como mediadores, orientadores y facilitadores del proceso de aprendizaje de la lectura y desde aquí no olvidar que el objeto principal de dicha actividad es la comprensión de lo leído, sin olvidar que esto requiere ejercitación permanente por parte del alumnado.
Así mismo tiene que ser mediadora entre sus integrantes para el desarrollo y aprehensión de la lectura como fuente de sabiduría para el goce y no como cuestión estrictamente evaluativa
El maestro debe ser ejemplo, tener textos siempre accesibles en el aula, sin ningún tipo de discriminación, permitir que el alumno pregunte, se cuestione, educar desde el niño, su realidad, su edad, no perder de vista que cada alumno tiene un proceso de aprendizaje lector diferente y que por ello el cómo se va apropiando de las habilidades de lectura, no obedece a una cuestión colectiva. Cada docente tiene la obligación de responder a los intereses y necesidades de cada edad y tratar de no alejarse del contexto en el que su estudiante vive. Acercar a los estudiantes desde el afecto, mostrar que la lectura es la vía para conocer y creer en un mundo posible (Serrano-Cedeño, Reginaldo 2010)
La lectura es un proceso que una vez adquirido y desarrollado, puede generar conocimiento y por eso se adquiere de manera individual, es decir a un paso que será determinado por el propio interés de cada estudiante, por ello el docente mediador tiene que tener en cuenta las individualidades no el grupo, un conjunto de alumnos no aprende al mismo ritmo, cada uno marca su propio camino, según su caminar
En la secundaria es el lugar donde los aprendizajes alcanzados en la escuela primaria se anclan, y sí esta tarea se realiza con eficacia, aún más. Las propuestas lectoras se diversifican y profundizan con la misión de formar lectores autónomos, capaces de tomar decisiones, reflexionar, elegir, debatir y hacer cosas mediante el discurso y las palabras.
De esta forma, todos los actores de la institución (directivos, docentes de todas las disciplinas, bibliotecarios, referentes, preceptores, tutores y otros actores que la escuela considere adecuados) deben colaborar creativamente en la tarea de implementar escenas de lectura grupales y convocantes, tanto en el aula como en otros espacios ampliados de aprendizaje, de manera disciplinar pero también transversal.
El objetivo de la escuela es formar a los estudiantes en un conjunto de habilidades que les permitan acceder al conocimiento y construirlo, así como desempeñarse en la vida académica, ciudadana, en los proyectos personales y laborales (AAVV. Cuadernillo pedagógico Práctica diaria de lectura en la escuela)
La lectura es una práctica social compleja que se enseña; por eso la escuela es el mejor lugar para enseñarla y es una responsabilidad de toda la comunidad educativa desarrollar escenas lectoras que afiancen y ejerciten las habilidades que se ponen en juego al momento de leer. Los jóvenes estudiantes atraviesan una etapa vital especial, llena de intereses, motivaciones y gustos que muchas veces son difíciles de detectar –e incluso comprender– para los adultos. Por este motivo, si bien la escuela asume el objetivo programático de enseñar a leer, también reconoce y emplea estrategias provenientes de la promoción de la lectura, para mejorar el vínculo entre enseñanza y aprendizajes, de adultos con jóvenes, para favorecer que los adolescentes adquieran voz y protagonismo, se apropien de sus prácticas lectoras y habiten una escuela que los reconoce en sus formas de pensar, sentir y actuar.
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