La Escuela Y La NTIC´S
Enviado por MARYFIERRO • 2 de Octubre de 2014 • 2.267 Palabras (10 Páginas) • 169 Visitas
“Frente al maestro que sabe recitar muy bien su lección hoy se sienta un alumno que por ósmosis con el medio- ambiente comunicativo se halla “empapado de otros lenguajes, saberes y escrituras que circulan por la sociedad.”
Introducción:
La sociedad se enfrenta a nuevos desafíos que provienen del mundo tecnológico y estos avanzan a velocidades que parecen imposibles de alcanzar .Pareciera que a toda prisa se marcha hacia una sociedad digital.
Esta realidad que nos envuelve, ha generado diversidad de formas de trabajo, de interacción, de comunicación, de formación y subjetivación.
El desarrollo tecnológico es un proceso cultural y por lo tanto social, que afecta las actitudes, valores, creencias y comportamientos en los seres humanos.
Por lo tanto, en el marco del nuevo escenario social y cultural, pensar que la escuela no esta implicada, es dejar de lado la conformación de un nuevo ciudadano.
Históricamente, las sociedades proponen sistemas educativos para la formación de ciudadanos que respondan, de forma consciente o no, a sistemas hegemónicos y los sistemas educativos, a su vez, conforman ciudadanos que responden afín a ellos .Así sociedad y escuela, un binomio que funcionó o funciona inseparablemente, forman parte de un entramado cultural difícil de deshacer. Pero ¿qué pasa cuando ese entramado se ve atravesado por otros lenguajes, como internet o las redes sociales, que se mueven en un ecosistema comunicativo complejo y multidireccional?
Los medios de comunicación y las N Tics construyen nuevas formas de transmisión del conocimiento, creando al mismo tiempo nuevas subjetividades y formas de organizar la vida cotidiana.
Ni sociedad ni escuela son ajenas a estos nuevos modos de percibir el espacio y el tiempo, que franquean a contextos diversos y desiguales, rompiendo la lógica del funcionamiento escolar, centrada en la lecto-escritura y el libro de texto como eje tecnopedagógico.
Sin embargo, la incorporación de la NTics en el ámbito educativo, ha sido más lenta que en otros sectores, ya sea por falta de capacitación, insumos, presupuestos estatales o todas ellas juntas. ¿Cómo entender la aplicación de los medios digitales en la educación cuando no se han empezado a usar de manera estructural en lo más profundo de los procesos educativos?
Reconsiderar, entonces, la función pedagógica de la escuela en la construcción de sentidos que favorezcan la creación de recursos humanos, construyan ciudadanos y desarrollen sujetos autónomos, será el reto que la escuela como institución legitimizada deberá afrontar en un futuro muy lejano.
Desarrollo:
Corren nuevos tiempos por autopistas tecnológicas.
La Modernidad quedó atrás y con ella las pretensiones de formar un ciudadano útil a las exigencias que imponía la sociedad de principios del siglo XX.
Se puede inferir que el mundo moderno entra en el cambio a partir de tecnologías como la radio, la televisión o el cine. La información y el entretenimiento comienzan a ocupar espacios que son solo privativos, hasta ese momento, de los libros.
Los Mass media, como los apodaron los americanos, a los medios masivos de comunicación o de masas, inundan el mercado. Los sujetos están, a partir de ese momento, ciertamente, ligados a las ideas que los mismos destilan desde sus pantallas, imágenes o voces. Los medios de comunicación social, comienzan a emerger rápidamente hacia una carrera que parece no tener fin. Se puede decir, entonces que, detrás de estos medios de “comunicación social”, subyace un discurso político-económico que hábilmente enreda a los sujetos. Más información, más entretenimiento, más digitalización, más de todo: menos para pensar.
El mercado, la globalización, los intereses económicos, las luchas de poder y el ciberespacio son dioses que demandan una sociedad en constante competencia.
Por lo tanto, el sistema educativo actual ha de enseñar estrategias y brindar herramientas a sus alumnos/as para responder a las exigencias del mundo posmoderno.
La escuela no siempre fue permeable a los discursos que provenían del afuera, al contrario, encerró entre sus muros un único discurso: el escolar.
Haciendo un repaso por la escuela de principios de siglo, se puede ver la forma en la que ese discurso junto con la ayuda del Estado se construyó férreamente y se impuso de igual manera.
Hubo un tiempo en nuestro país que la escuela fue vehiculo de inclusión disciplinaria en el marco de una economía agroexportadora y por demás nacionalista.
Una escuela eficiente a la hora de integrar a las masas, tanto de orden nacional como de inmigrantes, detrás un proyecto homogeneizante que educaba para “ser alguien” ligado a un ideal de progreso.
Como señala Beatriz Sarlo:”La escuela era una máquina de imposición de identidades, pero también extendía un pasaporte a condiciones mejores de existencia”
Era la escuela de la promesa cumplida. Era la escuela que reproducía el orden social hegemónico mientras que el Estado modelaba a los servidores públicos-entiéndase docentes- a través de publicaciones como El Monitor de la Educación Común o las conferencias que patrocinaba el Consejo Nacional de Educación.
Es así como la cultura escolar pone su epicentro en la enseñanza de la escritura y la lectura, donde los libros de texto son instrumentos fundamentales de transmisión de conocimientos y valores, asimismo los docentes pasan a ser el” robot estatal” y la escuela asume un rol monocultural y acaparador del saber.
En el documento, Re-leer la escuela para re-escribirla (2009) se señala al respecto:
“Desde la constitución del sistema educativo argentino, la escuela fue -durante
muchos años- la principal (y casi la única) política cultural en nuestro país; a través de
ella se regulaban las relaciones entre grupos culturales, se legitimaba un mundo simbólico, se distribuían los bienes culturales, se reconocían, se formaban y se impugnaban identidades culturales (…). (pág.24)
En este sentido, la escuela fue formadora de una única cultura que correspondía a la escolar. Dentro de sus muros no penetraba nada que el sistema educativo no admitiera y el Estado no garantizara. Escuelas con alumnos pasivos dispuestos a recibir enciclopédicos conocimientos.
Estado –Escuela y Escuela –Estado, respondían al unísono detrás de la s cabezas rapadas y los moños y corbatines almidonados de la señorita Rosa del Río.
Entonces, vale preguntarse ¿qué le sucedió a éste sistema educativo? pues tal fuerza homogeneizadora parecía impenetrable, tanto desde los muros escolares como ideológicos.
Una
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