La Popó
Enviado por lotso98 • 21 de Noviembre de 2013 • 826 Palabras (4 Páginas) • 340 Visitas
Muy pocos la conocen por su verdadero nombre: Dalila josefina Marquinez Garth, conocida cariñosamente como “La Popó” se define como una mujer negra, orgullosa de ser una madre costeña de cinco hijos, 2 varones y 3 mujeres, le dicen “Popó” desde que era niña, “es que dicen que cuando pedía la pacha yo decía “Give me popó” y desde ahí me dicen solo popó. No sé por qué le decía popó a la pacha.
Cuando “La Popó” salió embarazada tenía 22 años, no estaba preparada para ser madre, inicialmente se sintió afligida porque los vecinos le decían que su mama, radicada en Estados Unidos, la regañaría, “en esa época yo era una muchacha tímida, no salía a bailar ni nada de eso, me la pasaba en mi silla mecedora, tenía mi novio que trabajaba de pescador en Corn Island, entonces cuando salí embarazada me fui a Laguna de Perlas, donde la familia de mi novio, porque estaba afligida que mi madre me regañara”.
“En ese tiempo yo era mojigata, no me gustaba salir, tal vez nadie me cree pero yo estoy diciendo la verdad, y aunque mi mamá estaba fuera del país yo la llamaba para pedirle permiso si quería salir, recuerdo que aquí, en Beholden, existía el rancho Lego Lego, donde si yo quería ir y ella me daba permiso, pues iba”.
Amar a su madre
Comenta que luego que nació su hija mayor que ahora tiene 23 años regresó nuevamente a sus casa en Bluefields porque su madre le dijo que se sintiera orgullosa de ser madre, “mi mamá se llama Graciela Garth, todos la conocen como La Puna, ella siempre me ayudó en todo, recuerdo que desde niña nunca nos faltó el bocado de comida en casa de mi madre y de mi abuela”, dice La Popó y comenta mirando hacia arriba, “a veces no abrazamos ni decimos nada a nuestra madre, yo les digo que uno tiene que cuidar y querer a su madre”.
Josefina admite no haber trabajado mucho, porque con la ayuda de su madre y su esposo siempre se mantenía, “cuando era chavala yo le cocinaba a un viejito que le decían: Mista Reol Down y yo le preparaba rondón y él me pagaba por eso, le gustaba el platillo que yo hacía, porque lo sé hacer rico, como lo hacía mi abuela”.
Vendió droga
“La Popó” reconoce que para mantener a sus hijos tuvo que vender droga, pero cuando se convirtió en cristiana dejó de ser expendedora: Yo vendía droga en Beholden, tenía una casa y vendía droga porque me gustaba tener dinero, no me importaba lo que le pasaba a la pobre gente, yo entraba en mi cuarto y ahí tenía la plata que había obtenido de esa fea manera… Todo eso quedó atrás, mi vida ahora es diferente…”
Reconoce que dejó la venta de droga por amor a sus hijos. “Resulta que una vez le di permiso a mi hijo, que entonces tenía 4 años y se fue a pasar unas vacaciones con su abuelo, mi hijo le dijo a mi suegro que yo vendía droga, entonces
...