La Quimica

El sistema de envasado y los productos lácteos probióticos

El consumo de alimentos que contienen probióticos ha aumentado considerablemente en los últimos años como resultado de sus beneficios para la salud humana. Junto con otros factores, la elección del material de envasado juega un papel importante en el mantenimiento de recuentos viables de estos microorganismos a niveles suficientemente altos para asegurar su actividad terapéutica a lo largo de la vida útil. El objetivo de este artículo es proporcionar una visión general de las principales cuestiones relacionadas con la importancia del sistema y / o materiales de envasado en la estabilidad de los productos lácteos probióticos.

Desde la antigüedad, los alimentos se ha considerado esencial e indispensable para la vida humana. Los alimentos proporcionan todos los elementos necesario que el hombre a desarrollar no sólo su físico, sino también todas las actividades intelectuales. Numerosos estudios claramente muestran que la calidad de vida está íntimamente asociada con la tipo de dieta diaria, así como con el estilo de vida de cada individuo

(Moura, 2005).

Los alimentos que ofrecen algún tipo de beneficio para la salud aparecieron por primera vez en el mercado en la década de 1960. En aquellos días, comenzó los medios para destacar y reforzar la importancia de comer bien y que los productos alimenticios y los alimentos procesados deben conservar los atributos naturales de sus ingredientes.

El público en general comenzó a tomar conciencia de que existe un vínculo entre una serie de condiciones médicas (como el estreñimiento, las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y la hipertensión) y la ingesta de una cantidad excesiva de determinados ingredientes y que, además, las consecuencias para la salud de comer mal hábitos y una dieta pobre se vieron agravados por el estrés inherente a la vida moderna (Bello, 1995).

Dentro de este contexto, una nueva categoría de alimentos llamado funcional alimentos se lanzó en el mercado a mediados de 1980.

Las prácticas de alimentación de vejez desde el Lejano Oriente, en particular Japón y China, han contribuido de manera decisiva al concepto de los alimentos funcionales, es decir, los alimentos procesados que contienen ingredientes que ayudan a funciones específicas del cuerpo, además de ser nutritivos (Buttriss, 2000; Hasler, 1998).

Los alimentos funcionales son aquellos que proporcionan beneficios para la salud más allá de la nutrición básica y promover la salud a través de mecanismos no abordado por los modelos convencionales de nutrición. Es debe tenerse en cuenta, además, que se ha mencionado anteriormente los efectos promotores de la salud se refieren a la mejora de la salud en general Y no a la curación de enfermedades (Sanders, 1998; citadas por Saad, 2006). Los alimentos funcionales también son conocidos con otra nombres, tales como nutracéuticos, alimentos terapéuticos, medicinales alimentos, y otros (Finley, 1996; citadas por Berner y O'Donnell,1998). Estos alimentos pueden contener uno o incluso una combinación de componentes que imparten fisiológica deseable efectos en el cuerpo humano. Una clase importante de funcional alimentos abarca los probióticos, prebióticos y simbióticos, una gran parte de los cuales son los productos lácteos. En Brasil, las ventas de alimentos funcionales ascienden a US $ 500 millones por año, lo que representa aproximadamente el 1% del total las ventas de la industria brasileña de procesamiento de alimentos, de acuerdo la Asociación Brasileña de la Industria Alimentaria. Esta membresía organización que representa los intereses de la Industria alimentaria brasileña afirma, además, que los productos lácteos funcionales productos, nutracéuticos y productos a base de soja cubren una sustancial y prometedor nicho de mercado. ABIA prevé un sustancial crecimiento de 4,5 a 5% para este segmento del mercado en 2005, en comparación con las cifras de producción de 2004 (Alimento Seguro, 2005).

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