La Televisión: ¿Es Producto O Producto Nuestro?
Enviado por hgutier1 • 7 de Febrero de 2014 • 1.524 Palabras (7 Páginas) • 356 Visitas
“La televisión, su propósito y alcance”
¿Somos producto de la televisión, o ésta es producto de nosotros?
La televisión ha sido modelador de nuestra sociedad desde su nacimiento, sin embargo, nunca se ha definido si su propósito es educar, entretener, o ambas. El presente análisis busca primeramente, una razón del porqué hablar sobre este tópico, establecer una hipótesis e argumentar sobre esa manera de pensar, para por último sintetizar lo comentado y concluir sobre las impresiones obtenidas.
Mucho se mencionado acerca del papel que cumplen, o deben cumplir, los medios de comunicación. Muchas veces, atribuyéndoles una especie de calidad educativa y en otras ocasiones, limitando su propósito a una simple comunicación visual o expresión ideológica. La amplia difusión y el alcance de los medios de comunicación hacen importante este tópico, sus efectos sobre la cultura, educación y valores de la sociedad, lo hacen imprescindible.
Es indudable que todos los medios de comunicación (cine, el radio, la televisión) actúan como transformadores de la sociedad. Sin embargo, para el presente análisis se presentará especial atención únicamente en este último y se contestará la primera cuestión planteada: ¿Somos producto de la televisión, o ésta es producto nuestro? Ambas. Somos productos y productores, maestros y alumnos, vendedores y clientes.
¿Qué es la televisión? La Academia Real de la Lengua la define como una simple transmisión de imágenes a distancia1, sin dar algún significado especial acerca del propósito de esas imágenes. No obstante, más allá de esta definición, la televisión encierra toda una serie de cambios culturales y revolucionarios que han influido indudablemente en cada uno de nosotros. La televisión ha moldeado nuestras actitudes y valores, a veces de la misma manera que lo han hecho nuestros padres o amigos.
A partir de lo anterior, surge la interrogación, ¿Cuál es el propósito de la televisión, o cual debería ser su propósito? Basta prender el televisor para darnos cuenta que actualmente, es simplemente entretener. ¿Por qué entretener? Porque el entretenimiento mueve masas y por que las masas representan dinero. Si observamos realmente, esa es la sustancia de la televisión, toma esa capacidad de transformar poblaciones y generar cambio, para obtener ‘rating’ y ganancias. La televisión se ha convertido en un negocio en el que los clientes somos nosotros y el producto es nuestro entretenimiento.
Para confirmar lo anterior basta con preguntarnos a nosotros mismos porqué vemos la televisión, porqué veo todos los programas de veo. En el 2004, los programas más vistos en México2, estaban constituidos prácticamente por las telenovelas mexicanas y programas de contenido similar.
Por otro lado tenemos lo que algunos consideran el deber ser de la televisión. El lado amable y socialmente responsable. El de educar. Algunos consideran que lo que en realidad debería ser la televisión es un despliegue educativo que aproveche su alcance y su difusión para generar cambios positivos, valores comunes o conocimientos adquiridos. Ven a la televisión como una escuela.
Particularmente, la televisión mexicana ha hecho caso omiso de esta última propuesta para buscar el entrenamiento popular. Si bien ha habido esfuerzos por tratar de educar, éstos solo se han hecho notorios en programas educativos infantiles o en contenidos de índole similar. La parte mayoritaria ha sido constituida por programas banales y repetitivos que buscan asegurar el éxito, que buscar alterar nuestros sentimientos y sobre todo, mantener nuestra visión fija en el televisor.
A partir de lo anterior, surge la cuestión, ¿Si no hace de nosotros seres educados, la televisión deseduca? Esto claramente depende del contenido, pues no todos los programas son iguales y no todos hablan de lo mismo. En realidad, hay autores que ven a la televisión como un agente indiferente. La realidad es que la televisión educa para bien o para mal. Al identificar esta capacidad muchos consideran que la población es un nicho de oportunidad para promover programas educativos, sobre todo por el gran índice de analfabetismo que existe en nuestro país.
Sin embargo, la pregunta valiosa es: ¿Es ‘malo’ el entretenimiento? Es decir, ¿Es ‘malo’ ver televisión? En realidad, el contenido de ésta en su mayoría no nos mejora (hablando en el contexto general), no hace de nosotros mejores personas, únicamente nos entretiene.
Pero, ¿Qué sucede cuando este entretenimiento banal va más allá de la ficción y empieza a transformarse en nuestra realidad? Empezamos a convertirnos en lo que vemos, y es cuando nos transformamos en un producto de nuestra propia creación. Nos convertimos en los programas que vemos y empezamos a imitar.
Uno de los ejemplos más notorios de esta imitación está en los niños. Con el paso del tiempo, los niños han dedicado más tiempo a estar en frente del televisor que a estar en actividades al aire libre. Lo relevante de este caso, es que la mayoría de los programas dedican su contenido
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