Los Animales
Enviado por gordi444 • 18 de Octubre de 2014 • 3.572 Palabras (15 Páginas) • 182 Visitas
REFLEXIONES EN TORNO A UNA ÉTICA ANIMAL
“¿Cómo podremos construir una nueva humanidad?
Con respeto por la Vida.
La existencia depende más del respeto por la vida
que de las leyes y los profetas.
El respeto por la vida abarca toda la ética del amor,
en su sentido más profundo y elevado
Es la fuente de renovación constante para el individuo
Y para la humanidad. ”
ALBERT SCHWEITZER
Reverence for Life
Al hablar de una ética animal, estaríamos planteando la utilización de diversos enfoques éticos para cada uno de los seres o sistemas que habitan el planeta; encontrando así una ética centrada en el hombre (antropocéntrica), otra centrada en los animales (zoocéntrica) y finalmente una centrada en la vida (biocéntrica), siendo esta última la que adoptaremos como eje de reflexión, la BIOETICA.
En nuestra propuesta pretendemos reflexionar sobre los aspectos éticos de la relación hombre – animal; discutiendo acerca del estatus moral de los animales, de sus “derechos” y finalmente revisar nuestras “responsabilidades” éticas, morales y legales con las otras formas de vida que comparten el ambiente natural y artificial en el que vivimos.
Estas reflexiones nacen de la posibilidad que ofrecen las argumentaciones de la Bioética para abordar discusiones sobre el sentido de nuestras acciones, decisiones y actitudes hacia la vida y los animales. Nace de la vivencia personal de compartir su vida y su muerte, su salud y su enfermedad, de estudiar y observar su conducta. De la insatisfacción frente a preguntas y respuestas acerca de nuestras diferencias y similitudes, del uso que damos de ellos y por supuesto, del “ser” de mi quehacer, la Medicina Veterinaria.
Preguntas asumidas habitualmente por filósofos, escritores, periodistas, abogados y en menor proporción por zoólogos y biólogos; casi nunca fueron abordadas por los médicos de los animales, los Veterinarios.
Esta ausencia es probable que haya sido ocasionada, en gran medida, por la formación universitaria de pre grado en las ciencias veterinarias que valora mucho más los aspectos zootécnicos, quirúrgicos, diagnósticos y clínicos; frente a las reflexiones filosóficas o éticas de nuestra labor. Es también probable, que sea debido, a la percepción que del animal tenemos, máxime cuando el objetivo fundamental de la profesión son la salud humana; la sanidad animal y productividad agropecuarias, en la que los animales son considerados “objetos” (semovientes) y su dimensión de “seres sensibles”, solo hasta hace pocos años se viene teniendo en cuenta en el ámbito profesional. Esta dimensión, su estudio y aplicación se ha logrado a través de la Etología Veterinaria y del Bienestar Animal (animal welfare).
Es posible que para muchos esta discusión no tenga objeto, y para ellos, las argumentaciones dadas por los proteccionistas o defensores de los animales han carecido de bases sólidas a nivel filosófico y moral. Y es que solo, hasta que filósofos reconocidos, abordaron la problemática de los animales y de la forma como los tratamos, se crearon espacios de discusión y análisis acerca de nuestros supuestos, de nuestras actitudes y de lo que hacemos frente a las otras formas de vida con las que compartimos la existencia en este planeta.
“... cada vez que me he mostrado suficientemente humilde y dispuesto a permitir que un ser que no era humano me instruyera, este amigo, ya tuviera cuatro patas, seis o ninguna, compartió conmigo una sabiduría que no tiene precio. Todos ellos me enseñaron que la perfecta comprensión entre el ser humano y las otras formas de vida es posible en el momento en que el ser humano cumple realmente con el papel que le corresponde.” (4)
Nos proponemos una reflexión que tenga en cuenta las condiciones que hacen posible la vida, reconociendo la biodiversidad no solo en términos ecológicos y ambientales, sino por la trama de los elementos que la constituyen y que hacen posible ver la vida como una totalidad. Esta red o trama en la que todos los elementos se encuentran entrelazados en una dinámica estructural de relaciones, red que nos permite el substrato sobre el que podemos construir nuestro aporte. a
Reflexión que no estará orientada a “humanizar lo animal ni animalizar lo humano”, sino más bien, a proponer una relación armónica, coherente y madura con las demás especies.
a. Adaptación de MACROBIOÉTICA - Colección Pedagogía y Bioética. Nº 7; Universidad a distancia. Programa de Bioética; Facultad de Educación; Universidad El Bosque. Bogotá, 1999.
1. La relación hombre animal.
“La grandeza de una nación y su progreso moral se puede juzgar de acuerdo a la manera en que trata a sus animales” Mohandas Gandhi
Las diversas relaciones que mantenemos con los animales, sean estos silvestres, domésticos, de compañía, de laboratorio, de consumo, callejeros, etc.; ha permitido una aproximación desde diferentes enfoques: académico, filosófico, ético, jurídico, emocional, romántico, artístico, compasivo, fundamentalista, salubrista, clínico, etológico y comparado entre otros.
Y todos estos enfoques han generando a su vez posiciones ideológicas muy definidas como la proteccionista, abolicionista, utilitarista o indiferente. Discutiéndose habitualmente temas como la experimentación y vivisección, el tráfico de fauna silvestre, la tenencia responsable de mascotas, las poblaciones animales callejeras y su control, los animales como alimento, los métodos de producción intensiva, las colecciones de animales (zoológicos) y los centros de control de zoonosis (antirrábicos).
Esta relación que la especie humana ha establecido con otras especies animales se encuentra enmarcada por momentos históricos y culturales, así como por factores ambientales, políticos, económicos, científicos y sociales. Tornándose más estrecha y compleja, cuando como especie empezamos a domesticar y coleccionarlos; creando interacciones que en principio iban en detrimento de las necesidades básicas de aquellas especies mantenidas en cautividad o domesticidad.
“Actualmente al hombre lo rodean una serie de animales domésticos de gran valor económico o afectivo, considerados como algo natural, olvidando que todos ellos no existían hace quince mil años y que la mayoría no aparecieron hasta hace unos diez mil años (domesticación).
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