Los Neumáticos Y Sus Repercusiones En La Naturaleza

El proceso más utilizado para eliminar los neumáticos usados es el conocido como incineración. Se queman los materiales orgánicos del neumático a altas temperaturas en hornos con materiales refractarios de alta resistencia. Es un proceso costoso y además presenta el inconveniente de la diferente velocidad de combustión de los diferentes componentes y la necesidad de depuración de los residuos por lo que no resulta fácil controlar. Según Barros, et.al (2004)

Este material no es orgánicamente degradable es decir que no se le puede tratar como: plantas, hortalizas, madera y más ya que estos últimos pasan por un proceso en el que se pudren, para así convertirse en abono para nuevas plantas. El caso más relevante de utilización para neumáticos en la fabricación artesanal de ciertos accesorios como son: cauchos para bujes de suspensión, bandas para trapiches, alfombrillas, comederos para animales entre otros. (Repositorio Digital de la Universidad Politécnica de Ecuador)

Por otra parte, resulta más problemático ya que genera un mayor problema de contaminación. Con este método, los productos contaminantes que se producen en la combustión son perjudiciales para la salud humana. Además el hollín contiene cantidades importantes de hidrocarburos aromáticos policíclicos, altamente cancerígenos. El zinc, en concreto, es particularmente tóxico para la fauna acuática. También existe el peligro de que muchos de estos compuestos sean solubles en el agua, por lo que eventualmente podrían ser ingeridos por los seres humanos.

Los contaminantes de los neumáticos son sustancias extremadamente dañinas, que al insertarse en el ambiente se revuelven en el aire y se mezclan con otras sustancias provocando serios daños al medio ambiente y la salud de los habitantes.

La quema de neumáticos da origen a altos niveles de contaminación del aire, ya que su combustión genera gases que contienen sustancias tóxicas como dióxido de carbono, azufre, y otros elementos químicos; estos elementos además se desplazan por el aire como partículas, las cuales llegan directo a los campos y a las personas a través del contacto con la piel y las vías respiratorias. El humo o los gases tóxicos provocados por la quema de llantas, afectan la salud física inclusive de los mismos responsables, así como la salud de las demás personas. Los gases atacan principalmente al sistema respiratorio y dan lugar a enfermedades bronco-respiratorias, asma y hasta cáncer pulmonar. También pueden provocar enfermedades en la piel, ojos e incluso problemas cardiacas.

Otro efecto ocasionado, es la alteración de la atmósfera, ya que los elementos que se desplazan con los gases provenientes de la quema de neumáticos, generan una mayor retención o absorción del calor, la cual eleva la temperatura dando lugar al llamado “efecto invernadero”, que produce el cambio climático a nivel mundial, con de gran impacto. La quema de 2 toneladas de llantas muestra un 200% de incremento del nivel de mercurio en el aire y un 500% de incremento en el zinc en forma de ceniza que se mezcla con el aire que respiramos.

La quema de neumáticos libera dioxinas, dióxido de cloro y furanos que son dos de los químicos más tóxicos conocidos por la ciencia y son los principales causantes de cáncer (Cornejo, 2009). El producto de la quema de neumáticos ocasiona cambios drásticos en la atmósfera lo cual propicia el efecto invernadero que ocasiona los cambios climáticos. Esta acción también libera e incrementa en el aire elementos peligrosos para la salud.

Dioxinas y Furanos:

Las dioxinas y los furanos se encuentran relacionados en algunos aspectos de la química. Mckay (2002).

Las dibenzo-para-dioxinas y dibenzofuranos (PCDD y PCDF) son compuestos con propiedades químicas similares. Cada uno comprende dos anillos de benceno interconectados por átomos de oxígeno. En el caso de las PCDD los anillos de benceno

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