Los resultados del estudio para las estaciones 1, 2 y 4 (Tabla 3), muestran para C
Enviado por Andrei Blas Azaña • 26 de Julio de 2016 • Ensayo • 1.523 Palabras (7 Páginas) • 331 Visitas
Los resultados del estudio para las estaciones 1, 2 y 4 (Tabla 3), muestran para C. garthi elevadas concentraciones de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) (48,290 a 54,290 %) superiores al grupo de ácidos grasos saturados (AGS) (25,888 a 34,955 %) y ácidos grasos monoinsaturados (AGMI) (15,778 a 20,391 %). Esto es concordante con la afirmado por Covarrubias & Ortega (2002), quienes manifiestan que los ácidos grasos de origen marino contienen una mayor proporción de ácidos grasos insaturados 66% principalmente de cadena larga; siendo fuentes importantes en AGPI (ácidos grasos poliinsaturados, PUFAs). Andrade (2000) confirma que las grasas de los crustáceos marinos son en su mayoría poliinsaturadas. Resultados diferentes han sido observados en el crustáceo de agua dulce, que contienen cantidades moderadas del ácido graso ω3. Así, Ramírez et al (2010) reportan en Macrobrachium jelskii, mayores concentraciones de AGS entre 35,93 a 51,42 %, AGMI entre 21,00 a 25,49 % y AGPI entre 23,09 a 38,80 %.
De los 21 ácidos grasos encontrados en C. garthi (Tabla 4 y 5), destacan en nuestros resultados dentro del grupo de los AGPI, al ácido Eicosapentaenoico (EPA) (25,179 a 33,944 %) y al ácido Docosahexaenoico (DHA) (14,563 a 17,375 %), coincidiendo con lo señalado por Mesa et al (2007), quienes reportan que los animales que viven en el fondo del mar (crustáceos y moluscos), son principales fuentes de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI ω-3), como es el caso del EPA (20:5 ω-3) y DHA (22: 6 ω-3); componentes de función terapéutico encontrados casi exclusivamente en los alimentos provenientes del mar (Andrade, 2000). La característica de su apreciable contenido de EPA y DHA, hacen de C. garthi una fuente alternativa de ácidos grasos de gran importancia nutricional, otro grupo de AGPI importantes, encontrado en esta especie, son los ω6 (Tabla 5) destacando entre estos al ácido Linolelaídico (3,302 a 4,248 %); haciendo notar que la concentración ω6 es menor a los ω3, de manera que C. garthi es una fuente alternativa en la elaboración de dietas para organismos en cultivo.
Los AGPI, son de interés en el contexto de alimentos funcionales, tales como ω3 y ω6, los cuales no pueden ser sintetizados por los mamíferos, por lo que se denominan ácidos grasos esenciales (AGE) y deben ser obtenidos en los alimentos (Nguyen et al., 2010). Deducimos que todas las relaciones ω6: ω3, menores a 1,0 encontrados en el estudio, y a la presencia de elevadas concentraciones de EPA y DHA (Tabla 5), C. garthi reúne las características para su identificación como un alimento funcional. Restrepo et al (2012), hacen notar que existe una competencia saludable entre estas dos series de AGE, por la formación de eicosanoides (prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos), los cuales son responsables de efectos fisiológicos negativos, cuando se consume una proporción más alta de ω6 que de ω3 se crea un desequilibrio incrementando los efectos perjudiciales al buen funcionamiento de un organismo. Las relaciones 2:1 y 1:2 de EPA a DHA posiblemente sean igual de beneficiosas, dado que ambos compuestos parecen trabajar juntos (FAO, 2012).
Hinzpeter et al (2006), investigó que el fitoplancton es la principal fuente de alimento de los herbívoros filtradores marinos y el principal aporte de ácidos grasos Linoleico y α-linolénico. Debido ante esto, Uauy & Valenzuela (1992), sostienen que los AGPI ω3 de origen marino se forman en el cloroplasto de las plantas marinas y microalgas, siendo estas consumidas por peces, crustáceos, los cuales concentran EPA y DHA como triacilglicéridos, principalmente en el tejido adiposo y en la grasa del músculo y vísceras. Coronado et al. (2006), añaden que en los animales acuáticos se produce una biosíntesis de ácidos grasos ω3, a partir del ácido Linolénico presentes en el plancton. De acuerdo a los niveles altos de EPA como encontramos en nuestros resultados (Fig.2), se considera un indicador de una dieta a base de diatomeas, mientras que altas concentraciones de DHA indican una dieta rica en dinoflagelados, (Guerra et al., 2004). Asumimos por ello, que ambos ítems alimentarios estuvieron presentes en la dieta de C. garthi en todas las estaciones; y más que el sustrato fue la dieta, la que influyó en la composición de ácidos grasos del organismo en estudio.
La composición por tipo de ácidos grasos tanto por estación como por estadios juveniles y adultos (hembras y machos) (Fig. 2) no se observaron diferencias significativas (p•0,05). Si bien, se observaron diferencias respecto a la limpieza del sustrato en las estaciones contempladas del estudio, éste no influyó en la concentración de los diferentes tipos de ácidos grasos identificados, ni por estación, ni por estadío de C. garthi acorde con los resultados obtenidos.
En las especies marinas existe una relación entre el grado de insaturación y la temperatura en que habita el pez, a medida que las aguas son más frías, las dobles ligaduras aumentan para que los lípidos permanezcan líquidos, de manera que entre todos los aceites comestibles, los de pescado son los más sensibles a la oxidación y particularmente su fracción de fosfoglicéridos es la más insaturada (Badui, 2006). Se deduce que C. garthi también cumple esta relación, ya que estos organismos los encontramos distribuidos en aguas con temperaturas que oscilan entre 18 a 19,5 °C.
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