Metodologia De La Ciencia
Enviado por joseramon10 • 9 de Enero de 2014 • 1.777 Palabras (8 Páginas) • 222 Visitas
MODELOS METODOLOGICOS DE LA HISTORIA DE LA CIENCIA
Celina A. Lértora Mendoza
Referencia: año 1989. Historia de la Ciencia y la tecnología: el avance de una disciplina, Editorial
Tecnológica de Costa Rica, Cartago, Costa Rica.
Resumen
Una indagación sistemática sobre los modelos metodológicos utilizables para elaborar
la historia de la ciencia debe comenzar por la afirmación de un hecho: la existencia de
trabajos histórico-científicos cuyas metodologías no siempre se explicitan, ni son
claras o coherentes. Dejando de lado los trabajos puramente historiográficos
(biografías, estudios de instituciones y su desenvolvimiento, etc., que sin mayor
dificultad hacen uso de la metodología histórica documental general), los trabajos
específicamente científicos suelen presentar dos formas: “puras” (naturalmente de
“pureza” variable según los casos) y una forma intermedia. Podemos, pues, comenzar
asentando estos tres modelos básicos usados de hecho en las investigaciones de
historia de la ciencia: modelo “científico”, modelo “filosófico”, y modelos
intermedios o de integración.
Modelo “Científico”
En este modelo, la historia de la ciencia es concebida como una disciplina científica,
en el sentido de que es realizada por científicos que se ocupan preferentemente de los
aspectos específicos del contenido. Es el tipo de historia de la ciencia común a casi todos
los tratados generales, como los de
Duhem, Crombie, Mieli, etc., aunque no siempre “puros” en el sentido de carecer
totalmente de una justificación sistemática.
Caracteres
Este modelo es reconocible con facilidad por dos características que se dan
conjuntamente, aún cuando una de ellas sobresalga más:
1. Pretensión de objetividad, en el sentido de que intentan mostrar y exponer los
“datos” o suponen posible una exacta distinción entre “dato” e “interpretación” (sea
histórica o teórico-científica), A la vez se aprecia una cierta indistinción subcategorial entre
lo que no es “dato”: interpretación, valoración, crítica, etc.
2. Siguen un desarrollo cronológico lineal, a partir del momento en que la ciencia, o
la disciplina, se considera constituida, tomando como meta el estado actual. El desarrollo
resulta unidireccional, es decir, se explican los procesos en virtud de su mayor o menor
acercamiento a la situación presente, que implícitamente resulta el ideal. Un signo
distintivo redaccional es la costumbre de concluir o resumir una parte o capítulo con las
formulaciones que tienen elementos comunes con las actuales, o son todavía sostenibles, lo
que supone su valoración positiva.
Supuestos epistemológicos
Tal forma de historiar la ciencia implica a su vez supuestos filosóficos y
epistemológicos no explicitados en la mayoría de los casos:
1. El criterio axiológico-epistemológico según el cual la ciencia en estado perfecto es
la actual, o la del porvenir perfeccionando lo actual.
2. Un supuesto estrictamente epistemológico, que podría enunciarse en tres
proposiciones.
1º La ciencia progresa aumentativamente, como un cuerpo, por la incorporación de
nuevas “verdades”
2º La lógica utilizable es la bivalente; toda proposición científica es verdadera o falsa
en sentido absoluto.
3º Este valor de verdades temporalmente inalterable.
Este modelo, a pesar de sus limitaciones, ha dado obras de significativa importancia
en el ámbito de las ciencias naturales (físico-químicas biológicas) y también en
matemática1
. Su crisis no derivó de su ineficacia para investigar datos del pasado, sino de
las polémicas metodológicas sobre el conocimiento histórico, o de las discusiones sobre
diferentes métodos científicos.
En una primera etapa, este modelo era totalmente acrítico, y podría decirse que estaba
implícitamente basado en la teoría de la ciencia de Aristóteles, para quien la investigación
científica procede según el principio metodológico que señala que, a partir de lo que nos es
más familiar avanzamos hacia lo más difícil2
al que se une la asunción principal de que el
conocimiento científico versa sobre el mundo. Estos dos principios, ontológico y
metodológico, no son inocuos sino que implican el desarrollo de una lógica de la
investigación según la cual hay una correspondencia significativa entre lo que decimos (el
discurso científico), la forma lógica y lo que existe. El modelo de investigación en historia
científica reproduce, en cierto modo, el proceso de adquisición de los conocimientos, y por
ello entiende el desarrollo científico como una profundización metódica y una sucesiva
acumulación de descripciones de lo real. El cuestionamiento de esta concepción no provino
de discusiones sobre la interpretación de la historia científica (quizá porque no la había),
sino de su quiebra como método de investigación científica. Según Kung, este
cuestionamiento comienza en forma sistemática con Galileo (la crítica de Salvialti en los
Diálogos) para quien es necesario establecer un nuevo sistema intelectual de comprensión
del universo, considerando que la imagen anterior era insuficiente, acrílica y no empírica3
.
Esta nueva visión puede caracterizarse, según indica R. Torretti4
como un criticismo
conceptual que incluye la exigencia del experimento crucial. Esta exigencia de una nueva
visión intelectual es lo que permitió justificar el cambio de la antigua visión del mundo y
medir el grado de aceptación de las teorías por su grado conceptual de perfección, que
también incluyó la posibilidad de formalización. La imagen acumulativa en la investigación
científica que surge de la línea Copérnico-Newton tendría su análogo en la línea
epistemológica Carnap-Reichenbach5
.
Para aclarar mejor este panorama interpretativo debemos hacer algunas
puntualizaciones. En primer lugar, el cambio de visión del mundo que supuso la aceptación
de nuevas metodologías, no significó de ninguna manera cuestionar la objetividad de la
ciencia, por lo cual la interpretación acumulacionista pudo seguir siendo válida;
simplemente, se niega que la ciencia anterior
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