PRAXIA
Enviado por laura1990261718 • 15 de Mayo de 2015 • Tesis • 2.745 Palabras (11 Páginas) • 318 Visitas
PRAXIA
Las praxias son las habilidades motoras adquiridas. En realidad incluyen el saber colocar los dedos de una forma determinada hasta el saber vestirse o dibujar un cubo. Hay una gran variedad de alteraciones de este tipo (apraxias) que indican diversas alteraciones de los hemisferios cerebrales. (Miriam)
“Praxis (práctica) es el proceso neurológico que nos permite organizar planear y ejecutar, de una forma eficiente, habilidades de todos los tipos. Algunos componentes de la praxis ocurren involuntariamente, automáticamente o inconscientemente, mientras otros requieren que haya que pensar. Los diferentes componentes de la praxis requieren una información precisa proveniente del cuerpo, particularmente de los sistemas táctiles, propioceptivos y vestibulares vestibular es lo relacionado con una de las cavidades comprendidas en el laberinto del oído), además de los sistemas auditivos y visuales que completan, refinan y producen continuamente el proceso de la praxis”.
Apraxia
Apraxia es la pérdida de la capacidad para ejecutar movimientos voluntarios organizados, aprendidos por experiencia previa, sin que este trastorno sea atribuible a debilidad, incoordinación, desaferenciación, movimientos anormales de tipo extrapiramidal o cualquier estado o disfunción del sistema nervioso que imposibilite la percepción y comprensión de ordenes. Así pues, lo que se pierde es el plan o los esquemas motores que componen los movimientos. Aunque el ejemplo no es del todo satisfactorio debido a su simplicidad, la situación se asimilaría a la de un ingenio cibernético al que se le anularan las órdenes del programa que codifican la realización de movimientos con un determinado fin; quedaría inutilizado a pesar de que la maquinaria y los circuitos implicados en su movilidad estuvieran intactos. El cerebro humano afortunadamente es mucho más sofisticado, lo que implica que algunas alteraciones dispráxicas pueden mejorar por imitación del examinador. También se ha de destacar que es posible que este tipo de alteraciones observadas en respuesta a órdenes verbales no se manifiesten si se le pide al individuo que realice una acción que implique el mismo acto motor en un contexto distinto, más familiar para él, o bien, por la manipulación directa de un objeto cotidiano, lo que proporciona al paciente una información visual o somestésica que facilita la ejecución. Por lo tanto, y en términos prácticos, la característica fundamental de la apraxia es la conservación de la capacidad para realizar los movimientos aislados que componen una acción motora junto a la imposibilidad de planificarlos y ejecutarlos en una secuencia adecuada que se traduzca en un acto preciso.
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Es un trastorno del cerebro y del sistema nervioso en el cual una persona es incapaz de llevar a cabo tareas o movimientos cuando se le solicita, aunque:
Se entiende el pedido o la orden
Ella esté dispuesta a llevar a cabo dicha tarea
Los músculos necesarios para realizar la tarea funcionen adecuadamente
La tarea posiblemente ya ha sido aprendida
En la actualidad, el término apraxia es aceptado para referirse a
aquella “programación del habla motora deficiente” de la que Broca
hizo referencia en el año 1861. Existen diferentes definiciones para
este concepto pero la más frecuente y extendida es la que lo define
como un “trastorno de la ejecución de los movimientos aprendidos
que no puede explicarse por debilidad, incoordinación o pérdida
sensorial o por incomprensión o desatención de la orden”
(Geschwind, 1975).
La apraxia es consecuencia de un daño producido en el hemisferio
cerebral izquierdo, por ello, puede coexistir con la afasia pero no están
necesariamente correlacionadas. Debido a esto, se necesitará evaluar
de forma independiente cada patología.
A finales del siglo XIX, la incapacidad para realizar correctamente movimientos voluntarios era superficialmente descrita en casos asociados a la afasia. Aunque el término "apraxia" es utilizado desde 1871, el mecanismo era muy distinto al que hoy en día es aceptado. En esta época se consideraba que la razón por la cual un paciente no podía realizar el movimiento voluntario era su incapacidad para comprender el objeto asociado con el movimiento deseado. Es decir, se asimilaba a una "agnosia" o manifestación motora de una "asimbolia". Ésta era la concepción existente hasta cuando Hugo Liepmann presenta en 1900 su primer artículo sobre las apraxias (Rothi y Heilman, 1996). En este artículo, basado en las observaciones de su paciente, el señor T, Liepmann plantea que la apraxia es un desorden de programación motora y no un desorden del comportamiento simbólico. Una primera observación que llamó la atención del investigador fue la incapacidad del señor T para realizar movimientos con la mano derecha, en todas las modalidades, frente a la capacidad del mismo paciente para realizar movimientos corporales como "caminar hacia la ventana", así como para realizar correctamente los movimientos con la mano izquierda y para leer y escribir, lo cual impedía interpretar los desórdenes del movimiento con la mano derecha como el resultado de una "asimbolia" y sugiere que los desórdenes se explican por una falla en la planeación motora. Sus agudas observaciones clínicas en este paciente le 166 NEUROPSICOLOGÍA CLÍNICA Y COGNOSCITIVA permitieron describir las disociaciones observadas en las tareas, los tipos de error, las dificultades de coordinación bimanual y las disociaciones en la conservación y alteración de habilidades. La conclusión más importante de sus aportes en este caso fue que los movimientos planeados, voluntarios, tienen una representación cerebral, que puede ser selectivamente comprometida por lesión cerebral. En 1905, presenta su análisis de 83 casos de pacientes con lesiones derechas o izquierdas, en el cual demuestra el predominio de apraxia ante lesiones izquierdas, realizando un análisis del papel de ambos hemisferios cerebrales en la programación motora. En esta conceptualización, la corteza sensorio-motora izquierda domina la derecha con relación al control motor de ambas manos. Este control se ejerce a través del cuerpo calloso. Según la figura 8-1, una lesión en la corteza sensorio-motora izquierda (4) produce hemiplejía derecha y apraxia bilateral. Una lesión que involucra solamente la información que va desde la corteza sensoriomotora izquierda hasta el cuerpo calloso, o en el cuerpo calloso mismo (1 ó 2), produce sólo apraxia izquierda. La lesión en la corteza sensoriomotora derecha (5) sólo produce hemiplejía izquierda
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