Prevencion Al Delito

INTRODUCCION

La prevención del delito es la formación ciudadana clave para la vida en sociedad, por eso el trabajo de esta dirección está orientado a la interacción directa con las comunidades organizadas; la idea es facilitar las herramientas para que las mismas comunidades puedan prevenir delitos, detectar problemas y elaborar planes, tanto en la materia preventiva como de otros tipos. La Prevención del delito colabora en desarrollar los diferentes proyectos que tiene la comunidad, ayuda a canalizarlos ante los órganos competentes para dar la viabilidad. En relación con la prevención del delito abarca una gran variedad de temas, como la justicia de menores, el tratamiento del delincuente, la cooperación internacional, la buena gobernanza, la protección de las víctimas y la violencia contra la mujer.

La violencia es no sólo es un problema social, es también un problema semántico, pues “sólo a partir de un determinado contexto social, político o económico puede ser valorada, explicada y defendida”

El delito es una forma de reacción frente a la injusticia y la marginación política y económica esto puede explicar en parte lo que transforma ciertos domicilios, personas y bienes de consumo en los objetos perfectos para el delito, según la teoría del control. La delincuencia en las ciudades tiene diferentes variantes: vandalismo, robo, allanamiento de morada, narcomenudeo, violencia doméstica. Los patrones de criminalidad muestran que este tipo de problemas son causados La teoría de la prevención situacional busca crear en el ambiente físico, obstáculos para que el delincuente no tenga éxito en su intento criminal. Las agresiones ocurren cuando se agregan tres factores: un agresor motivado, un objeto disponible y la ausencia de vigilancia y así para sus estudiosos, es importante que uno de los tres factores dejen de existir de modo a que el delincuente cambie su comportamiento delictivo o se sienta amenazado de cometerlo.

En nuestra sociedad uno de los objetivos esenciales es la creación del hombre desarrollado integralmente, incluyendo como rasgos fundamentales sus elevados valores éticos, su espíritu colectivista, que natural y espontáneamente acata las normas de convivencia. Sin embargo, no todos los ciudadanos reúnen estas condiciones y las características positivas, una pequeña minoría, subsisten con deformaciones conductuales, que llegan a tipificarse como posibles actores de delitos que afectan el normal desarrollo de la convivencia social en que se desenvuelven.

La desviación social, moral e ideológica y la conducta antisocial no surgen de manera instantánea, caótica e impredecible, sino que tiene un desarrollo en el tiempo, una historia y una respuesta a causas objetivas y subjetivas que deben ser estudiadas antes de llegar a la manifestación del delito cometido. Surge de aquí la necesidad

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