Proceso De Enfermeria Colelitiasis U De G Cusur
Enviado por Cristian6666 • 15 de Julio de 2013 • 12.166 Palabras (49 Páginas) • 698 Visitas
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR
DIVISIÓN BIENESTAR Y DESARROLLO REGIONAL
DEPARTAMENTO SALUD Y BIENESTAR
PROGRAMA DE UNIDAD DE APRENDIZAJE POR COMPETENCIAS.
CAMPO CLINICO DE ENFERMERIA QUIRURGICA EN EL ADULTO
L.E. Gloria Arteaga Vega Dr. Alfonso Barajas Martínez
Presidente de la Academia de Disciplinas Clínicas en Enfermería Jefe del Departamento de Salud y Bienestar
L.E. Alicia Munguía Hernández
Profesor De La Unidad De Aprendizaje L.E. Avelino Rodriguez Montes
Profesor De La Unidad De Aprendizaje
UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
CENTRO UNIVERSITARIO DEL SUR
DIVISIÓN DE BIENESTAR Y DESARROLLO REGIONAL
ACADEMIA DE ENFERMERIA
PROCESO DE ENFERMERIA SOBRE:
COLELITIASIS.
Campo: ROTACIÓN HOSPITALARIA EN ENFERMERÍA.
Maestro titular del campo: ELVIA LOPEZ LUPERCIO.
Elaborado por: Cristian Fernández Guzmán.
Introducción.
En la población general, la presencia de cálculos en la vesícula biliar es una patología muy común y causa frecuente de consulta. La prevalencia a nivel mundial en adultos varía entre
5,9% y 21,9%, con grandes variaciones geográficas y regionales; Latinoamérica es una región con alta prevalencia. Las poblaciones más afectadas por los cálculos biliares son los indios nativos americanos. Los estudios de prevalencia realizados en la década de 1970 en nativos americanos (pima, chippewa y micmac, entre otros), revelaron una prevalencia de 64% en mujeres y 29,5% en hombres mayores de 30 años. Siguen muy de cerca los indios mapuche de Chile, con una prevalencia reportada de 49,4% para mujeres y 12,6% para hombres. El estudio MICOL evaluó
29.739 personas de 10 regiones italianas y reportó una prevalencia de 18,8% para las mujeres y 9,5% para los hombres. La menor carga de la enfermedad se observa en las tribus masi y bantu de africanos negros, con una prevalencia reportada menor de 5%. El entendimiento de la fisiopatología
Y la clasificación de los cálculos biliares es de suma importancia, ya que aporta claves para su tratamiento.
Historia.
La primera clasificación para la enfermedad litiásica biliar la propuso Naunyn, en 1896, quien tan sólo describía dos etiologías: infecciosa y por estasis biliar. Más adelante, en 1924, Aschoff añadió las causas metabólicas.
La clasificación ideal de los cálculos biliares debe cumplir cuatro características principales: aportar datos sobre la posible etiología, utilizar terminología simple y universal, aportar datos relevantes al manejo y poseer aceptación internacional. No fue sino hasta 1981 que los National Institutes of Health (NIH) de los Estados Unidos y el International Workshop on Pigment Gallstone Disease crearon una nomenclatura basada en las características morfológicas, composición, etiología y localización de los cálculos biliares. En 1986, la Japanese Society of Gastroenterology, mediante su Gallstone Research Committee, complementó esta clasificación y la resultante es la más completa y la de mayor aceptación a nivel mundial.
Clasificación de los cálculos biliares.
Los cálculos de la vía biliar se dividen según su localización, en dos tipos: primarios y secundarios. Se consideran primarios cuando permanecen en el sitio en que se forman y, secundarios, cuando se forman en la vesícula biliar y migran a la vía biliar. Los primarios se subdividen en intrahepáticos y extrahepáticos, y el límite es la unión de los conductos hepáticos derecho e izquierdo Además, se clasifican según su apariencia morfológica y sus componentes, en dos grupos principales: cálculos de pigmento y de colesterol. Los cálculos de colesterol se subdividen en puros, combinados o mixtos, mientras que los cálculos de pigmento se subdividen en cálculos negros o café. Para obtener datos relevantes para el diagnóstico etiológico de los cálculos biliares, se deben tener en cuenta tres factores principales: el color, la forma y la apariencia al corte. El análisis del color únicamente no es útil, ya que cálculos de diferentes composiciones comparten colores; además, el color de la superficie puede variar cuando los cálculos se secan.
Cálculos de colesterol.
Los cálculos de colesterol puros generalmente son blancos o amarillos, únicos, ovales, duros, y al corte tienen cristales en el centro y apariencia radiada del centro a la periferia. Deben tener un contenido mayor de 70% de colesterol para ser clasificados como puros. Se pueden asociar a la presencia de pigmento en su centro, pero característicamente corresponde a menos de 1/3 del diámetro del cálculo.
Los cálculos de colesterol mixtos son redondos o con facetas, amarillos, café claro, café oscuro o verdosos. Al corte existen capas concéntricas y radiadas con una capa externa no definida.
Los cálculos de colesterol combinados son ovalados o redondos, café claro o café oscuro y en su apariencia al corte se pueden definir dos capas: una central con estructura radiada del centro a la periferia con presencia de cristales y una externa concéntrica definida de más de 1 mm de espesor.
Los cálculos de colesterol son más frecuentes en el grupo de las denominadas “3 F”: mujeres en la cuarta década de la vida, multíparas y obesas (>30 IMC). La asociación con obesidad otorga un riesgo relativo de 3,7 (IC95% 2,3 - 5,3) y las pérdidas súbitas de peso (>1,5 kg semanales) o cíclicas
(>9 kg) otorgan un riesgo relativo de 2 (IC95% 1,3-2,1) para el desarrollo de este tipo de cálculos.
Otros factores de riesgo incluyen el uso de anticonceptivos orales y ciertas hiperlipemias. Su formación no se asocia a procesos infecciosos y tampoco se asocia a estenosis o dilatación de la vía biliar.
Existen tres factores clave en la fisiopatología de los cálculos de colesterol. El principal factor necesario para la formación de cálculos de colesterol es la sobresaturación de la bilis por colesterol. Este fenómeno se ha asociado en algunos estudios a dos factores principales: la gran concentración de la enzima limitante para la formación de colesterol en el hígado (hidroximetil glutaril-coenzima-A) y la poca concentración de la enzima limitante para la conversión de colesterol en ácidos biliares (7-alfa-hidroxilasa). Las vesículas de lípidos en la bilis están conformadas por colesterol y fosfolípidos, a una razón de 0,34-0,38 a 1. En la bilis litogénica, esta razón se altera (2 a 1) y conlleva a la formación de micelas multilaminares
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