Producto integrador de aprendizaje Malaria
Enviado por arixd • 19 de Septiembre de 2020 • Ensayo • 2.497 Palabras (10 Páginas) • 70 Visitas
[pic 1] UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NUEVO LEÓN [pic 2]
FACULTAD DE MEDICINA
Inmunología
Producto integrador de aprendizaje
Malaria
Nombre: Sifuentes Becerra Ari
Grupo: 08 Matricula: 1938072
Prof.: Manuel Guadalupe Mejía Torres
Introducción.
La parasitosis por Plasmodium spp. Es conocida como malaria, paludismo, fiebres palúdicas, fiebres intermitentes y fiebres veraniegas. El nombre de malaria es derivado del italiano mala aria “Mal aire” y paludismo del latín palus “laguna” o “pantano” y el ismo de acción o proceso patológico.
El nombre de fiebres veraniegas es preveniente de panamá y es debido a que en este país eran más frecuentes y se concentraban en la época final de la estación lluviosa y el principio de la sequía.
El Plasmodium spp. Es un protozoario del filo Aplicomplexa que presenta tropismo por células sanguíneas. Su principal vector es el mosquito hembra de la especie Anohpeles.
La malaria ha infectado a los humanos por más de 50,000 años y puede que este nos haya acompañado desde el inicio de nuestra especie, esta teoría nació al encontrar especies cercanas a los parásitos infectantes para los humanos en los chimpancés. Además de diversas referencias en relatos y pinturas que datan de 2700 a. C en el continente asiático. Este parasito fue descrito científicamente por primera vez en Argelia en 1880 por el médico militar francés Charles Louis Alphonse Laveran, este científico descubrió parásitos en los hematíes de personas infectadas, por lo que propuso que se trataba de un protozoario, este fue el primer protozoario identificado como causante de una enfermedad. Gracias a este descubrimiento se le concedió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1907.
Un año después de que estos fueran descritos, un médico hispano-cubano de nombre Carlos Finlay durante su estadía en la Habana, donde trataba con pacientes que sufrían de fiebre amarilla, sugirió que eran los mosquitos quienes se encargaban de transmitir la enfermedad de un humano a otro, pero no fue hasta 1898 que el investigador británico Sir Ronald Ross, demostró que la malaria era transmitida por mosquitos al observar que ciertos mosquitos transmitían la malaria a los pájaros, consiguió aislar los parásitos de las glándulas salivales de los mosquitos que se alimentaban de las aves infectadas lo que le otorgo el primerio nobel de medicina en 1902.
Su importancia radica en que según la Organización Mundial de la Salud, se estima que 3.2 millones de personas se encuentran en riesgo de infección de Malaria y de sufrir enfermedad en 107 países (Esto se traduce en una probabilidad >1 en 1000 de contraer malaria en un año), y presenta una mortalidad de 500,000/año.
La mayor morbi-mortalidad se presenta en África, donde se detectan alrededor de 90% de todas las muertes debidas a esta parasitosis, en tanto que en menores de cinco años, la malaria representa el 78% de todas las muertes.
Desarrollo.
La primera línea de defensa celular del huésped contra este parasito, se compone de células dendríticas, monocitos – macrófagos, células NK y Células natural killer citotóxicas.
Las células dendríticas tienen la capacidad de reconocer patrones moleculares asociados a patógenos (PAMP) mediante el uso de receptores. Dentro de estos se encuentran los receptores tipo Toll (TLR). Consecuente al reconocimiento de los PAMP’sm los TLR’s inician una cascada de señales que inducen la producción y secreción de citoquinas proinflamatorias, quimiocinas e interferones, lo que genera la maduración de las células dendríticas. Estas células fagocitan, procesan y presentan antígenos de Plasmodium a los linfocitos T cooperadores (LT CD4+) para su activación mediante el complejo de histocompatibilidad II (MHC-II), el receptor de celular T (TCR), interferón-γ (IFN- γ), Interleucina-12 (IL-12) y el factor de necrosis tumoral – α (TNF-α). Es necesaria la activación e las células T para inducir la activación e los macrófagos, la fagocitosis de los glóbulos rojos infectados, la activación de las células NK, la producción de citoquinas y pequeñas moléculas inflamatorias, tales como Óxido nítrico (NO) y radicales libres de O2.
Después de la respuesta primaria, algunos linfocitos se convierten en células de memoria, las cuales se encuentran inactivas hasta que se presente una reinfección, la cual inducirá la activación de estas y una respuesta inmune más rápida y efectiva.
Durante la fase exo-eritrocitica que es desarrollada en el hígado, los esporozoitos y los hepatocitos parasitados, activan directamente las células de la respuesta inmune innata. Las células dendríticas, los monocitos y los macrófagos se encargan de fagocitar al hepatocito parasitado, al material liberado del parasito por una desintegración del hepatocito parasitado y a los merozoitos liberados por el esquizonte maduro formado dentro del hepatocito.
Posterior a esto, procesan antígenos que son presentados a las células T, principalmente a células T CD8+, estas se encargan de producir IFN-γ, y otras citosinas para inducir proliferación y activación de células T. Debido al desconocimiento de los parásitos por las células fagocíticas, son secretadas una serie de citoquinas que activan a las células NK que producen y liberan IFN-γ, el cual permite que se active el óxido nítrico sintasa (iNOS) para producir óxido nítrico (NO) en hepatocitos infectados, macrófagos y células Nk que se encargaran de eliminar al parasito mediante su efecto toxico. Las células NK inician la lisis celular mediada por perforinas y granzimas. Las NK son las de menor cantidad dentro del grupo celular de respuesta inmune innata y su activación depende de la unión entre su receptor con el glucolípido α-GalCer, mostrado por las células presentadoras de antígeno, lo cual desencadena la producción de IFN-γ que permite la eliminación de hepatocitos parasitados.
En la fase eritrocítica, la cual se desarrolla en el torrente sanguíneo con la invasión de los eritrocitos, las células dendríticas tienen la misma función descrita anteriormente.
Las células Nk son las primeras en iniciar la respuesta de ataque ante una infección por Plasmodium, para ser estimuladas se requiere la secreción de IL-12 e IL-18 las cuales son secretadas principalmente por monocitos, macrófagos y células dendríticas. La producción de INF-γ además de todas las funciones mencionadas con anterioridad, es la citocina clave para la respuesta inflamatoria ya que de manera de retroalimentación positiva induce la activación de monocitos, macrófagos y células dendríticas que son necesarias para la presentación de antígenos del parasito y la activación de células T. Las células NKT comparten propiedades con las células NK y células T, estas pueden ser activadas directamente por glucolípidos y fosfolípidos presentes en la membrana del parasito y posteriormente también producirá y secretará IFN-γ.
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