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Pruebas De Paternidad


Enviado por   •  25 de Junio de 2013  •  3.960 Palabras (16 Páginas)  •  569 Visitas

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Pruebas de paternidad

La investigación biológica de la paternidad, abarca cualquier estudio de la relación biológica entre dos individuos, ya que una relación genética entre dos individuos, siempre puede resolverse como una sucesión de relaciones paternofiliales ascendentes y descendentes dentro de un árbol genético, por muy distantes que sean sus posiciones. Así podemos hablar del estudio más simple como es el caso estándar, de paternidad/maternidad con un solo progenitor, de estudios con abuelos, estudios de hermanos, paternidades a partir de familiares (cuando el padre está fallecido o no disponible).

También pueden considerarse paternidad/maternidad en su sentido amplio el estudio de marcadores de cromosoma Y y de ADN mitocondrial, estudiando en este caso no una relación paternofilial/maternofilial directa, sino una relación genética de toda una línea genética padres/hijos o madres/hijos.

El estudio de la paternidad en su sentido más estricto, como es el aclarar la paternidad biológica de un hijo cuestionado, tiene unas implicaciones legales (aunque se haga de forma privada y no judicial) que hay que tener presentes. Por suerte, tanto la legislación como la ciencia han llegado a un punto en el que es posible la investigación de la paternidad con garantías suficientes.

La investigación biológica de la paternidad o maternidad con marcadores de ADN es el método de identificación más preciso que existe en la actualidad para establecer las posibles relaciones de parentesco entre un presunto padre o madre y un supuesto hijo o hija gracias al análisis de una serie de rasgos genéticos usados en identificación humana que son transmitidos hereditariamente.

La identidad de un individuo se adquiere en el proceso mismo de la fecundación, cuando se fusionan dos células de diferente origen (materno y paterno). Dicha fusión forma una nueva célula llamada cigoto que luego se desarrolla para convertirse en un embrión y posteriormente en un ser humano. Esto implica que el genoma de todo individuo está conformado por una mitad que proviene de su madre biológica y la otra mitad de su padre biológico.

El genoma constituye todo el material genético de un individuo y se concentra en una molécula informativa con características químicas muy particulares llamada Ácido Desoxiribonucleico o ADN, el cual a su vez, se condensa en estructuras conocidas como cromosomas. Dentro de la molécula de ADN existen regiones informativas llamadas genes que proporcionan características físicas y metabólicas particulares a los individuos y otras que aunque no se relacionan con el aspecto físico o metabólico, son utilizadas en genética forense para identificación.

Historia de las pruebas de paternidad

Durante el transcurso de la historia los hijos nacidos fuera del matrimonio han sido la causa de disputas y de trato discriminatorio en la mayoría de las sociedades. En la antigüedad estos hijos no existían porque morían en el vientre de la madre ya que la lapidaban; antiguas legislaciones egipcias, caldeas y griegas consideraban a estos hijos como bastardos, sin derechos a reclamar las obligaciones propias de la paternidad.

En la ciudad fenicia de Cartago, la incertidumbre de la paternidad era resuelta por un comité de personas idóneas. En el siglo XVIII A.C., el código de Hammurabi determinó que los hijos no reconocidos por sus padres eran acogidos mediante la figura de adopción.

Posteriormente las Leyes romanas reconocían el derecho de la existencia del individuo extramatrimonial en condiciones de hijo nulo o filius nullius.

Es clásico el caso del hijo que Cleopatra llevó desde Egipto hasta Roma imputando su paternidad a Julio César y creando un problema político en Roma que terminó con el asesinato del propio Julio César. Desde esas épocas hasta exactamente el año1900 el "parecido físico" era el único parámetro concreto mediante el cual se podía tratar de dilucidar si un hombre era o no el padre biológico de un niño. Obviamente, éste era un método sujeto a interpretaciones muy subjetivas que sólo en casos muy específicos daba resultados creíbles para la comunidad.

Los desarrollos más importantes para resolver estos problemas recién se empezaron a dar en el Siglo XX: Cuando Karl Landsteiner en el año 1900 describió el sistema de grupos sanguíneos ABO (antígenos tipo A o tipo B que podían o no estar asociados a los glóbulos rojos) y cuando varios años después (hacia 1915) la comunidad científica reconoció y aceptó que la forma de heredar dichos antígenos seguía un patrón descrito a fines del siglo XIX por Gregor Mendel en sus experimentos con vegetales. El patrón mendeliano de la herencia del sistema ABO fue dilucidado por Felix Bernstein en 1924.

La determinación de paternidad mediante el análisis de los grupos sanguíneos ABO fue utilizada por primera vez de manera legal en Alemania en 1924. Tal fue el furor del análisis que se llegó a procesar más de 5,000 casos legales sólo entre 1924 y 1929. Los tribunales de Italia, Escandinavia y Austria siguieron pronto el ejemplo de Alemania. Recién en 1937 la American Medical Association aprobó el uso de esta técnica en los EE.UU., aunque ya en 1931 se había dado el primer caso de paternidad (Commonwealth vs Zammarelli) ventilado en tribunales de los EE.UU.

La utilidad de la determinación de paternidad mediante la comparación de los grupos sanguíneos del padre presunto, la madre y el niño(a) se notaba fundamentalmente en los casos de exclusión. En estos casos la probabilidad de paternidad era de exactamente cero por ciento. Sin embargo, en grupos humanos de poca variabilidad étnica la preponderancia local de ciertos tipos de grupos sanguíneos hacía que en la mayoría de los casos sólo se concluyera "que el hombre era probable que pudiera ser el padre biológico de la criatura". Sin embargo, mientras más común era el tipo sanguíneo del padre presunto en el grupo étnico de la localidad, menor era su probabilidad de paternidad.

Entre los años 1940 y 1970 ocurrieron avances importantes pues Levine y Stetson en 1940 descubrieron el sistema Rh y en años sucesivos nuevos subgrupos sanguíneos empezaron a ser descritos. Sin embargo, aún persistía el problema de que lo que único que se podía saber con 100% de certeza era si el padre presunto en efecto NO era el padre biológico; es decir si aquel era excluido como padre. La metodología disponible hasta entonces no hacía posible designar con ningún grado de certeza importante si un padre presunto SÍ era en efecto el padre biológico (caso de inclusión).

El descubrimiento de los antígenos asociados a los glóbulos blancos llamados sistema HLA (Human Leukocyte Antigen) permitió que hubiera un método más sofisticado para determinar

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